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Más de 600 personas se acercaron al Campus Miguelete para participar de una jornada inolvidable. En total hubo nueve postas en las que lxs visitantes pudieron mirar las estrellas, conocer el mundo microscópico, patear penales, familiarizarse con los desarrollos que impulsamos en nuestros laboratorios y transformarse en biólogos por un rato.
“¡Ay, se ve a Venus! Es como la luna, de color blanco”, le dice emocionado a su mamá Enzo, un nene fan del espacio, mientras mira el planeta a través de un telescopio instalado a pocos metros de nuestro mástil Firulete. Dos segundos después, ya se había armado una larga fila detrás suyo, con chicxs y grandes esperando su turno para maravillarse con la inmensidad del universo.
La actividad fue una de las nueve postas que formaron parte de la Noche de las Universidades, un evento de puertas abiertas que se realizó este jueves a las 19 en todas las universidades públicas del país en el marco del 75.° Aniversario de la gratuidad universitaria. A la UNSAM llegaron más de 600 personas, entre chicos, jóvenes y adultos, que tuvieron la posibilidad de conocer qué hacemos en la institución, pero también mirar las estrellas, aprender sobre la arquitectura del campus, patear penales y convertirse en científicxs por un rato.
“La Noche de las Universidades es un encuentro con nuestra comunidad en el que la Universidad abre sus puertas para que puedan acercarse a conocer lo que hacemos. Esto es, generar profesionales, egresados y proyectos de investigación que se traducen en soluciones para los problemas de nuestro pueblo”, dijo el rector Carlos Greco en la bienvenida. “Hoy podrán ver algunas pinceladas de lo que ocurre en nuestras aulas y laboratorios, y también palpar, valorar y sostener esto que nosotros creemos que tiene que ser una política de Estado”, agregó.
En Fabricatón, la primera posta del recorrido, los visitantes pudieron conocer nuestro Laboratorio de Fabricación Digital (FabLab UNSAM), que trabaja con herramientas controladas por computadoras como corte láser e impresión 3D y con recursos electrónicos para crear soluciones y productos que dan respuesta a problemas sociales. Allí se fabrica casi cualquier cosa a muy bajo costo y se materializan proyectos de innovación social, digital y económica. En una pizarra del taller se podía leer el lema: “Fallar temprano es un éxito. Errar mucho. Errar barato. Errar rápido = Innovación”.
Roberto Busnelli, coordinador del Instituto de Arquitectura (IA) de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad (EHyS), dio la bienvenida a lxs visitantes y comentó que La Noche de las Universidades se dio en simultáneo con el Ibero FabLabs Fest, el segundo encuentro iberoamericano de FabLabs. Luego, Leonardo Casal, del Laboratorio de Biomateriales, Biomédica y Bioinstrumentación (Lab3Bio) de nuestra escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) presentó junto con Matías Aguirre, ingeniero electrónico, y Fabián Leguizamón, diseñador industrial, los siguientes desarrollos: Open Beat, un monitor hemodinámico de código abierto que mide la presión arterial latido a latido de manera portable; Lambee 2, un detector polifuncional de bajo costo para análisis químicos desarrollado con docentes y estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM; y Boya, una estación de monitoreo remoto desarrollada junto con Marco Tascón, investigador del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental (3iA) de la EHyS, para medir parámetros de contaminación del segundo cause más contaminado del país: el Río Reconquista.
Develar los misterios del universo y participar de misiones espaciales siempre han estado entre los deseos más grandes de la humanidad. En la Noche de las Universidades hubo dos postas dedicadas a esos temas. La primera fue Una antropóloga en la NASA, en la que Malena García Vildoza, estudiante de la Licenciatura en Antropología Social y Cultural de la Escuela IDAES, contó sobre el proyecto que la llevó a jugar en las grandes ligas espaciales. Todo empezó cuando participó de una competencia organizada por la NASA con el objetivo de crear herramientas para atender problemáticas sociales, como la falta de acceso al agua potable.
“Me uní con un chico de Estados Unidos que estudia ingeniería agroespacial, otro de Senegal que estudia geología y un argentino que estudia ciencia de datos. Desarrollamos una herramienta de imagine learning que localiza pozos de agua potable en Gambia. Es una herramienta libre y abierta para que cualquier persona pueda usarla y adaptarla a su región”, contó Malena. Su equipo fue uno de los cinco ganadores del concurso “Pale Blue Dot: Visualization Challenge” y esto les permitió participar de un intercambio interdisciplinario en el Departamento de Antropología Aplicada de la NASA.
Además, la estudiante habló de la importancia que las instituciones científicas más importantes del mundo les dan a las ciencias sociales. “Ahora está de moda poner a las ciencias sociales en un lugar de segunda, pero la NASA las pone en un lugar central: allí los antropólogos diseñan políticas públicas vinculadas a los usos del espacio exterior y eligen los objetos que enviamos en los cohetes”, destacó. “También quiero resaltar que no hubiera podido participar de esta competencia sin el tipo de formación que se da en la Escuela IDAES, que es única en el país. Por eso los invito a venir y habitar la UNSAM: no se van a arrepentir”, les dijo a lxs visitantes, mientras en un videowall especialmente instalado para la ocasión se proyectaban imágenes de su trabajo.
La otra posta espacial fue Los planetas vistos desde el Campus y estuvo a cargo de AstroUNSAM, una iniciativa que llevan adelante lxs investigadorxs de la ECyT Cynthia Quinteros y Hernán Socolovsky. “Somos entusiastas de la astronomía, tenemos un telescopio y organizamos observaciones del cielo y talleres de discusión. Sobre todo se acercan a participar estudiantes, docentes, no docentes e investigadores de la Universidad, pero la invitación está abierta a toda la comunidad”, alentó Quinteros.
Mientras lxs participantes hacían fila para mirar por el telescopio, Quinteros preguntó si alguien estaba al tanto del problema de la contaminación lumínica en el contexto de la observación astronómica. Un nene contestó de inmediato: “¡Yo sé! Es que en la ciudad hay demasiada luz y ya no se alcanza a ver bien el cielo”.
De ese tema también habló Matías Galperín, estudiante de Ingeniería Electrónica (ECyT), que participó del Grupo Astronómico Osiris de El Bolsón. “Nos juntábamos una vez por semana a aprender sobre el cielo y hacíamos charlas para la comunidad. Uno de los temas era cómo nos afecta la contaminación lumínica y el año pasado participamos del Premio Zayed a la Sustentabilidad con un proyecto para implementar un alumbrado más eficiente. Quedamos finalistas y viajamos a Dubai. Si bien no ganamos, sirvió para dar visibilidad a la problemática”, celebró.
Otras postas de la Noche de las Universidades estuvieron dedicadas a la arquitectura y la naturaleza que le dan a nuestro Campus ese aspecto único. En la posta Edificios y Esculturas, Guillermo Radavero, arquitecto de la Gerencia de Infraestructura de la UNSAM, contó que la playa de maniobras Miguelete, que hoy compone el edificio circular del Campus Miguelete, comenzó a funcionar en 1906. Para 1970, la infraestructura ferroviaria quedó obsoleta y en 1999, con el desembarco de la UNSAM, pasó a ser el corazón del predio. Hoy el Campus abarca 16 hectáreas en total, con 10 cuadras de largo y casi 3 de ancho.
“En la vida de una persona, veinte o treinta años es mucho, pero en un sitio como este es muy poco. Sin embargo, acá se hizo un montón. El master plan, que fue mutando y ampliándose con la sucesiva adquisición de tierras, siempre incluyó la construcción de edificios heterogéneos y la refuncionalización de los que ya estaban, algo que en la Gerencia nos entretiene bastante. Sabíamos que este campus iba a durar mucho y por eso apostamos a su consolidación diseñando edificios muy distintos entre sí, pero montados sobre la base del espacio público”, relató Ravadero.
Agustín González, también arquitecto de la Gerencia de Infraestructura, presentó por su parte algunas de las esculturas de artistas argentinos consagrados que integran nuestro increíble paseo escultórico: Percanta (León Ferrari), Comadre del rayo (Hernán Dompé), Mástil Firulete (Pabo Reinoso), Pachamama (Osvaldo Chiavazza), Cinta (Jorge Gamarra) y Continuidad interrumpida (Enio Iommi), entre otras.
En tanto, en la posta Naturaleza Campus, los investigadores del 3iA Mariana Totino y Facundo Schivo condujeron un breve recorrido por la flora y la fauna nativas que viven y crecen en el Campus. “Acá tenemos muchas especies que son de la Argentina, pero no necesariamente nativas de esta región del país. Vamos a estar viendo variedad de hojas, frutos y cortezas. Por ejemplo, en esta época del año tenemos la suerte de poder ver un bosquecito de jacarandás en flor con su típica coloración lila. Los frutos alojan en su interior unas semillas que, gracias a sus alerones, se dispersan con el viento”, contaron.
“Más allá tenemos un ejemplar de un árbol típico de la región pampeana, pero de suelos drenados: el espinillo, uno de los pocos árboles originales del predio. Si miran con atención van a ver que la forma de sus hojas responde a las características de un clima más seco: reducen su tamaño para ahorrar agua. Cuando está en flor, este árbol se pone muy amarillo y emana un perfume muy atractivo. Las ramas más nuevas tienen espinas, que además producen una defensa contra insectos y herbívoros”, explicaron lxs especialistas a medida que avanzaban en el recorrido.
Entre grillos y estrellas, el tour también incluyó la descripción de las flores y los frutos de ceibos, sauces, lapachos y timbós, cuyas propiedades terapéuticas, antisépticas y nutricias popularizaron su uso entre los pueblos nativos y su posterior adaptación a la farmacopea contemporánea.
Afuera del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB), la estudiante Marisol Cantalupi, parada junto a una vitrina repleta de desarrollos realizados por investigadores de ese instituto, les contaba a lxs visitantes de qué se trataban proyectos como el kit de detección de dengue, el exoesqueleto 3D y el videojuego para promover el proceso de alfabetización. Varios pasos hacia la izquierda, las estudiantes María Victoria Büler y Elisa Ojeda hacían lo propio con otro grupo de visitantes curiosxs. “Acá se hizo la vacuna ARVAC contra el COVID-19, que fue la primera vacuna cuyo proceso productivo se hizo 100 % en Argentina. Todo eso sale de la investigación básica que hacemos acá”, remarcó María Victoria.
El recorrido continuó en el interior del edificio, donde científicxs y estudiantes contaron detalles sobre las investigaciones que se llevan adelante en esos laboratorios. Lxs visitantes pasaron de maravillarse con la enormidad de las estrellas a conocer el diminuto mundo de los microorganismos y espiar a través del microscopio. En uno de los laboratorios, una científica habló de las estrategias del parásito Trypanosoma cruzi para engañar a las células y causar la enfermedad de Chagas, y la importancia de buscar moléculas que permitan encontrar tratamientos más eficaces.
¡Por eso todavía no hay vacuna! ¡Porque el parásito muta y engaña a los glóbulos blancos!, exclamó un nene que escuchó atento toda la presentción y llegó a esa conclusión.
Lo explicaste mejor que yo, lo felicitó la investigadora.
La danza, la música y el deporte también tuvieron su protagonismo en las postas de la UNSAM. En Momentum. Atmósfera Efímera, lxs artistas Camila y Carlos Almeida, egresada y docente de la Licenciatura en Artes Escénicas respectivamente, presentaron una performance de danza contemporánea y teatro de materiales en la que ella bailó sumergida dentro de una especie de bolsa gigante que cambiaba de forma a través de sus movimientos.
La obra nació en la Universidad y luego viajó por distintos festivales de danza de la Argentina y llegó hasta España, donde dieron una master class. “Este proyecto surgió con la idea de mostrar cómo un cuerpo en movimiento puede manipular un objeto, que toma vida y volumen no solo por el cuerpo que lo mueve sino también por el aire que lo habita. Lo que queremos es mostrar cómo podemos crear desde la simpleza experiencias que sean transformadoras”, explicó Camila luego de la performance.
Y como en una universidad conurbana no puede faltar el fútbol, para ir cerrando la noche, el área de Deportes UNSAM organizó un pequeño torneo de penales que generó risas, gritos y festejos. Finalmente, la última posta estuvo dedicada a una muestra de estudiantes de la Licenciatura en Música Argentina, que entre tangos y milongas puso el acorde final a una velada inolvidable en la que celebramos el aniversario de la gratuidad universitaria junto a toda la comunidad de San Martín y alrededores.
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