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8M / Mujeres y feminidades en marcha

Tres mujeres de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad p recuerdos, experiencias, luchas en torno al 8M. Majo Barlassina es no docente de la EhyS, Ludmila Crippa es docente y arquitecta y da clases en el Instituto de Arquitectura de la Universidad, y Victoria Passucci es becaria doctoral y se desempeña en el 3iA. ¡Gracias a las tres por sumarse!

Majo Barlassina
Mi niñez y adolescencia transcurrieron en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Como todo pueblo, tradicional, por el 8M se regalaba flores y no se hablaba de lo que significaba realmente ese día. Así que mis primeros recuerdos del 8M -ya como estudiante de la carrera de Ciencia Política – fueron movilizadores al reconocerme como mujer, luchadora, consciente de cómo las mujeres vivimos en una sociedad patriarcal y sobre todo como militante dentro de estructuras patriarcales de poder.
Hace años que dejé la militancia de las redes y desde el 2017 participo de las marchas y actividades en conmemoración del día internacional de la mujer. 
Ludmila Crippa  
Como mujer, arquitecta y docente recuerdo especialmente el primer ni una menos en junio 2015.  Ese día me encontró en la Universidad de Buenos Aires, como cada miércoles, dando clases y tuve la necesidad de visibilizar la convocatoria en el aula comentando con los y las estudiantes lo que estaba sucediendo en la calle. 
Creo que si bien para los movimientos feministas el 8m tiene desde siempre un significado político, ese día cambió la mirada para la sociedad toda y fue un punto de inflexión para transformar lo que se presentaba como una celebración banal y romantizada -llena de flores y slogans vacíos- en una jornada que pone en escena las nuevas y viejas luchas de los movimientos de mujeres. 
Cada 8M nos aporta nuevas consignas, nuevas banderas y nos permite como colectivo repensar en qué mundo queremos vivir. Pero este año, en lo personal, creo que es necesario expresarnos con potencia contra quienes buscan hacernos retroceder sobre derechos ya conquistados y quienes intentan invisibilizar nuestros reclamos.
Victoria Passucci
El primer 8M del cual fui parte estuvo marcado por la unidad y la reflexión en ámbitos educativos. Recuerdo ese día de manera patente, hacía poco había comenzado a trabajar en la UNLP y esa jornada me permitió comprender el rol que ocupamos aquellas que integramos y apostamos a la universidad pública y gratuita, defendiendo los derechos adquiridos y luchando por los que aún faltan.
Desde entonces, cada 8M los tránsito militando desde donde esté y como pueda, debatiendo en los almuerzos, charlando en los pasillos y en los laboratorios, esperando como en cada jornada que llegue la hora de desatar los pañuelos de la mochila, agarrar el glitter del cajón e ir a marchar con mis amigas y hermanes a la calle. 
 

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Nota actualizada el 7 de marzo de 2024

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