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Archivistas de la UNSAM preservan la historia documental del país

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Manuscritos, cartas, fotos y hasta papeles sueltos garabateados por reconocidos artistas e intelectuales argentinos son algunos de los documentos que TAREA-IIPC rescata para la posteridad. Liderado por Nora Altrudi y Laura Malosetti Costa, el equipo de archivistas recibió un subsidio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (PICT 2015) para continuar con la catalogación de la colección personal de Ricardo Carpani.

Por Gaspar Grieco | Fotos: Pablo Carrera Oser

Pilas de cajas con olor a humedad repletas de polvo y papeles ajados por el tiempo llegan desde hace más de una década al Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural (TAREA-IIPC) producto de donaciones de coleccionistas privados o de acuerdos y comodatos firmados con diversas instituciones públicas y privadas del país. Se trata de documentos que, si bien a primera vista pueden resultar poco atractivos, son recibidos por los investigadores, restauradores y archivistas del Centro de Conservación, Catalogación e Investigación de Archivos y Fondos Bibliográficos Especiales con entusiasmo, dado su valor documental para la historia de la Argentina.

Documentos de la colección del Museo Pío Collivadino, adquiridos en comodato con la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ); el archivo histórico de San Martín recopilado por Roberto Conde; el archivo de Irene Ruíz de Olano, que contiene documentación de los artistas argentinos Rogelio Yrurtia y Lía Correa Morales de Yrurtia; la colección de Ricardo Carpani, también adquirida en comodato con su viuda; archivos de las Fundación Espigas; y el archivo del Centro Documentación de la Inmigración de Habla Alemana en la Argentina (DIHA) son algunos de los tesoros que el equipo de restauradores del TAREA-IIPC clasifica y acondiciona para su correcta conservación.

Laura Malosetti Costa, una de las coordinadoras del Centro y consultora del Instituto, cuenta: “Lo que tiene de especial y hermoso el trabajo que hacemos es que los archivos, una vez restaurados y clasificados, se abren a la consulta en forma inmediata. Nuestros investigadores trabajan en la catalogación con pasión. Estos archivos, que llegan como una montaña de papeles muertos, luego de ser acondicionados y fotografiados, cobran vida”.

A modo de ejemplo, la especialista Nora Altrudi habla del archivo del matrimonio Yrurtia-Correa Morales, ya restaurado y catalogado: “Colocamos los distintos documentos interfoliados en carpetas que nosotros mismos diseñamos —materiales de guarda que están realizados con papeles libre de ácido—. Se trata de la correspondencia que el célebre matrimonio de artistas mantuvo durante las primeras décadas del siglo XX y que hoy puede consultarse junto con decenas de otros documentos pertenecientes al Archivo Ruiz de Olano —donado por la señora Irene Ruiz de Olano, que fue secretaria del matrimonio durante muchos años—. Nosotros limpiamos los documentos, los humectamos, aplanamos y reparamos. Por último, los escaneamos y fotografiamos, y les hicimos las guardas de conservación”.

Nora Altrudi Nora Altrudi

Cuando un archivo llega al instituto, el equipo de restauradores inicia un riguroso trabajo que consta de cuatro etapas: en primer lugar, los investigadores hacen un inventario para conocer el contenido y luego retiran el material que podría dañar los documentos (ganchos, señaladores metálicos, etc.); en segundo lugar, se clasifica el material por tipo de documento (cartas, bocetos, catálogos, etc.); en tercer lugar, se realizan las tareas de “estabilización”, que consisten en la limpieza, aplanamiento y quita de dobleces; por último, los documentos se colocan en una guarda de conservación para su posterior catalogación y digitalización.

Una vez organizado cada archivo, cualquier estudiante o investigador puede consultar el material en el edificio de Barracas, donde se encuentra alojado. “La idea es que, a futuro, todos los archivos estén disponibles en la web de la UNSAM”, explica Altrudi, mientras sostiene entre sus manos el programa de una obra de teatro a la que Pío Collivadino asistió a principios del siglo XX y en cuyo reverso el artista argentino realizó algunos bocetos.

La tarea es importante: Malosetti Costa y Altrudi afirman que el Estado argentino no cuenta con una tradición formal de conservación de archivos documentales. No obstante, ambas coinciden en señalar a la Fundación TAREA (que la UNSAM obtuvo por licitación en 1995) como pionera en esta clase de trabajo que comenzó a realizar en la década de  los 80 y destacan la labor de la última gestión del Archivo General de la Nación (AGN), con el que TAREA-IIPC viene colaborando desde 2009.

El trabajo en el AGN implicó no solo la conservación preventiva de los conjuntos documentales (es decir, su diagnóstico, limpieza y cambio de guarda), sino que también se tuvieron en cuenta las condiciones edilicias y medioambientales de los lugares de almacenamiento. En la Fase I de este proyecto (2009-2010), se trabajaron 1500 metros lineales de documentos pertenecientes a la Sala IX (Gobierno Colonial) y la Sala XIII (Contaduría Colonial). En la Fase II (2011-2012), 250 metros lineales de documentos pertenecientes a la Sala X (Gobierno Nacional). En la Fase III (2013-2014), se trataron preventivamente 6000 unidades archivísticas de la misma Sala X y de la Sala VII (Donados y Adquiridos). En la última etapa (2014-2015), se trabajó no sólo con los 492 metros lineales correspondientes a los importantes archivos fotográficos de Noticias Gráficas y del diario Crítica, sino que también se intervinieron la Sala III (Contaduría Nacional) y los Censos de Población entre 1869 y 1895.

Al respecto, Malosetti Costa sostiene que “todo archivo que no esté disponible para la consulta y que no pueda ser visto por los investigadores no existe” y destaca la iniciativa de archivistas aficionados, como el escritor uruguayo Andrés Lamas (1817-1891) o el vecino del partido de San Martín Roberto Conde, que han cedido sus colecciones a TAREA-IIPC para su catalogación.

“El señor Conde ha hecho un trabajo maravilloso: con escasos recursos, coleccionó toda la historia del partido de San Martín. Reunió planos, fotos y documentos valiosos que recolectó por sus propios medios con la ayuda de vecinos y cartoneros”, cuenta Malosetti Costa. Al respecto, Altrudi define a esta época como “la era del archivo” por considerar que en todo el mundo “la construcción de archivos es una actividad que se ha vuelto atractiva y valiosa”. No obstante, señala la especialista, la era digital “pone a las personas en contacto con la desmesura de los archivos, lo que implica un gran desafío porque aún no se sabe cómo conservar ordenado el material digital. Hoy los usuarios generan por día miles de archivos que no se sabe dónde quedan guardados. Un tema importante que también queremos abordar”.

Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica (PICT 2015)

En diciembre de 2014, la UNSAM firmó un convenio con Doris Halpin, viuda de Ricardo Carpani, para trabajar en la conservación, catalogación e investigación de la colección del reconocido artista plástico, que no solo incluye sus pinturas, sino también dibujos, grabados, afiches, fotografías, correspondencia y demás documentos de archivo. El resultado fue tan meritorio que no sólo se realizó una exposición en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti sino que, además, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica le otorgó al equipo de TAREA-IIPC un PICT 2015 para continuar con el trabajo.

Malosetti Costa explica que el nuevo subsidio le permitirá a la UNSAM “trabajar en la conservación de los documentos, comprar materiales, tecnologías, cámaras, sustancias para limpiar y todo lo necesario para seguir encarando este proyecto, que es extenso y cuesta mucho”.

Nota actualizada el 25 de julio de 2016

4 comentarios

  1. Fernando Rey dice:

    Soy vecino de Villa Ballester y me gustarìa investigar un poco el archivo del Sr, Conde, hermoso trabajo realizò èl y uds en catalogarlo

  2. Admiro la tarea que estan haciendo… He donado muchas cosas a la Fundacion Espigas sobre mis obras y en especial el catalogo que armé manualmente de las artistas que participaron en el “Espíritu de la Colmena” (1996 en Recoleta). Tengo en casa también cartas que intercambió mi padre (Antonio Dalmiro Atienza ), con muchos intelectuales amigos y conocidos de él : (Marco Denevi, Leonardo Castellani, por citar algunos etc etc…) La verdad que por falta hasta de espacio no se bien que haré con tanta documentación interesante (?). Bueno, solo esta nota es para felicitar a Nora Altrudi y Laura Malosetti Costa por esta tarea.
    Cordialmente : Maggie Atienza Larsson

  3. Marcela Tavelli dice:

    Nora, Laura me encantaria trabajar como voluntaria, espero que pueda, espero conectarme con ustedes, soy alumna de la maestria de la Unsam y visite Tarea en mayo con un grupo de compañeras. Me fascino el trabajo que hacen, los felicito!

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