Del 26 al 28 de marzo, referentes de diversas partes del mundo se dieron cita en el Campus Miguelete de la UNSAM para reflexionar sobre la potencia transformadora de los cuidados, las trampas del sistema financiero, el avance de la ultraderecha y los procesos sociales para una resistencia común. “La economía feminista es el deseo de cambiarlo todo y sabemos que la única forma de hacerlo es cambiando el sistema”, afirmaron.
“Necesitamos una economía feminista que sea herramienta de lucha. Para eso, tiene que lograr construir un conocimiento que esté vivo; tiene que ser colectiva, que es un ejercicio muy duro porque vivimos en un mundo con un régimen de individualización del conocimiento; y tiene que ser internacionalista, porque todavía hay muchas voces que no escuchamos, como las campesinas, las mujeres populares, las mujeres migradas. ¿Cómo hacemos para escucharnos todas y para callarnos algunas también? Necesitamos construir horizontes de ilusión compartidos. Esto no significa que no haya conflictos, sino que necesitamos algo que nos pueda movilizar para reconstruir el entramado de la vida, porque lo hemos roto”.
Así resumió Amaia Pérez Orozco, doctora en Economía y activista social de Bilbao, el espíritu del Primer Encuentro de Economía Feminista de Abya Yala que se realizó esta semana en el Campus Miguelete de la UNSAM.
El evento, organizado por la Escuela Interdisciplinaria De Altos Estudios Sociales (IDAES) y que culmina hoy, convocó a referentes de diversas partes del mundo a reflexionar colectivamente bajo la consigna “Desde las economías feministas, politicemos el malestar”. Tuvo seis ejes estratégicos vinculados a la potencia transformadora de los cuidados; deudas y sistema financiero; el avance de la ultraderecha; procesos sociales para una resistencia común; el sistema como control cultural, social y político; y expresiones artístico-culturales desde la economía feminista.
“El encuentro fue posible porque lo pensamos como una construcción colectiva que involucra a la universidad en sus diferentes áreas y espacios, en articulación con el territorio, organizaciones sociales y otras universidades”, dijo durante la apertura Flora Partenio, investigadora del Centro de Estudios de la Sociedad Digital (CeSDi – EIDAES) y parte de la organización. “¿Por qué atacan tanto a los feminismos críticos y a la universidad pública? Porque son espacios donde aflora el debate y la crítica en términos de escuchar a la otra, y eso es una de las cosas que más están molestando actualmente: el disentir, el construir a pesar de las diferencias”, agregó.
Por su parte, el decano de la Escuela IDAES, Ariel Wilkis, celebró que el encuentro se realizara en la semana de la Memoria, la Verdad y la Justicia, en el marco de una discusión por las desigualdades, los derechos, la memoria, la justicia y el futuro. “A nosotros nos da orgullo poder pensar con ustedes y, seguramente, su contribución durante estas tres jornadas nos llenarán de aprendizajes”, afirmó.
La charla de apertura contó con cuatro referentes internacionales que abordaron los desafíos, propuestas y alianzas de las economías feministas transfronterizas, partiendo del hecho de que, más allá de las particularidades de cada territorio, los pueblos del Abya Yala (América, en idioma guna) comparten muchas problemáticas y desigualdades sociales. En primer lugar, la economista chileno-catalana Cristina Carrasco realizó un repaso por algunos hitos en la historia de la economía feminista, que comenzó a mediados del siglo XIX, durante la primera ola del feminismo. “La economía feminista es el deseo de cambiarlo todo y sabemos que la única forma de hacerlo es cambiando el sistema, es decir, que se rompan absolutamente todas las desigualdades”, remarcó.
Desde esa perspectiva, esta disciplina llegó para cuestionar indicadores económicos y la supuesta neutralidad de algunos conceptos, como el debate sobre “dos tipos de trabajo”: producción/reproducción. “Este esquema todavía lo encuentro por ahí y no me gusta porque cuando hablamos de dicotomía nunca es neutro, siempre hay una clasificación que es la dominante y otra la dominada. En este caso, la producción sigue siendo el centro porque se entiende que se produce solo en el mercado y reproducción es lo que queda afuera, lo que hacemos en el hogar, que además es falso, porque en el hogar también producimos, así como hay cuidados de mercado. Es todo parte de un solo proceso”, explicó la economista.
A continuación, Pérez Orozco habló sobre tres conceptos fundamentales que tienen que ir juntos: sostenibilidad de la vida, conflicto capital-vida y cuidados. El primero tiene que ver con denunciar un mundo donde los mercados están en el centro, a costa de la vida. “Poner la sostenibilidad de la vida en el centro nos ha permitido decir que economía no es dinero, sino los procesos que sostienen la vida. Esto nos ha permitido sacar a la luz un montón de trabajos ocultos y desigualdades que atraviesan los hogares. Pero sobre todo, nos da mucha rebeldía, mucha fuerza política, porque no estamos hablando desde su terreno, desde los mercados, estamos hablando desde el nuestro, que es la vida misma”, aseveró.
En tanto, Pérez Orozco señaló que conflicto capital-vida refiere al hecho de que el sistema hace negocio de la explotación de las vidas humanas, de la Tierra, de todo lo vivo; y que es necesario construirlo como un problema común para poder atenderlo. Por su parte, la idea de cuidados ha sido muy potente para poder nombrar toda una dimensión invisibilizada que está sosteniendo un sistema construido en torno a la lógica de acumulación. “Pero cuidado con los cuidados porque la usamos para nombrar demasiadas cosas que son distintas. Hay que distinguir los cuidados que queremos poner en el centro de los que están sosteniendo el mismo sistema. Como dirían las compañeras ‘sin nosotras no se mueve el mundo, ¿pero qué mundo estamos moviendo?’”, enfatizó.
A su turno, Ana Felicia (Tita) Torres, antropóloga social y educadora popular feminista de Costa Rica, contó la experiencia de la red de Mesoamericanas en Resistencia por una Vida Digna, que son “herederas de una lucha colectiva”, como la lucha contra los tratados de libre comercio. El movimiento articula alrededor de 15.000 mujeres distribuidas desde Chiapas (México) hasta Panamá y recupera el concepto de Mesoamérica -en vez de Centroamérica- como una identidad histórico-cultural desde la cual se posicionan para entender su historia.
“La economía feminista de las mesoamericanas se potencia a partir de la cosmovisión de los pueblos originarios mesoamericanos y de Abya Yala, que mantiene la vigencia en la medida que las mesoamericanas sostenemos un arraigo territorial y una acción de resistencia, pero sobre todo una acción de re-existencia, que es tal vez lo más transgresor de lo que hacemos. Somos un movimiento que resiste y re-existe a partir de una propuesta política y ética antisistémica, anticapitalista y antirracista”, indicó Torres.
Para cerrar el panel de apertura, la economista uruguaya Alma Espino señaló que las economistas feministas latinoamericanas han contribuido a crear y recrear conceptos, como la noción de trabajo y de cuidados, en un contexto político y económico específico, que ayuda a interpretar y tratar de modificar las realidades de nuestra región. “En nuestras ciudades latinoamericanas, cuidados no es solamente qué hacemos con los niñitos y con los adultos mayores, que cada día son más. Tenemos una acción más de cuidados en todos los barrios, donde las y los adolescentes están a merced del narcotráfico, la violencia, el descuido. Me parece que eso lo tenemos que incorporar porque todas las formas de violencia patriarcal, machista, que se generan en esos ambientes descuidados los tenemos que conectar”, finalizó.
Durante las tres jornadas, hubo charlas, trabajo en comisiones, actividades artísticas y culturales, y una feria de la economía popular, solidaria y feminista. La plenaria de cierre será esta tarde a las 15 en el Auditorio Tanque y finalizará con un festival en la galería del teatro Tornavía (programa completo acá). También habrá un encuentro online el próximo lunes a las 11.30 (hora Arg.), “Miradas y análisis de las economías feministas de Abya Yala a la esfera digital: Construyendo puentes globales” (inscripciones acá).
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