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La Diplomatura en Operación de Reciclado de Plástico y Producción de Madera Plástica reconoce el valor del saber ciruja: cruza conocimientos académicos con los saberes prácticos de recicladorxs de José León Suárez para impulsar su inserción laboral y la mejora de sus capacidades productivas.
“Esta diplomatura reunió historias que tienen que ver con la justicia y con un ejercicio de construcción y actualización de la memoria, y viene a reconocer el saber ciruja, a ordenar un poco y a validar el conocimiento que muchos de ustedes ya tenían”, dijo Waldemar Cubilla, fundador de la Biblioteca Popular La Carcova y uno de los coordinadores de la Diplomatura en Operación de Reciclado de Plástico y Producción de Madera Plástica, durante la entrega de diplomas a lxs primerxs 34 egresadxs.
La propuesta formativa fue creada por la Escuela de Humanidades (EH) y la Secretaría de Cultura, Comunidad y Territorio de la UNSAM, en el marco de un proyecto que contó con financiamiento de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) sede Argentina, que se suma a las experiencias que apuestan a la asociatividad con organizaciones del territorio y al diálogo de saberes, que forman parte del “Territorio educativo” de la Universidad.
El proyecto estuvo orientado a incrementar las capacidades laborales y de emprendedorismo de lxs vecinxs de San Martín y a fortalecer la capacidad instalada de sus entornos formativos: la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM (EST), que tiene una orientación que forma técnicos en industria de procesos especializada en plásticos, y la Cooperativa de reciclado de plástico y producción de madera plástica Toco Madera, proyecto productivo de la Biblioteca Popular La Carcova.
“Todas las organizaciones que fueron parte de este proceso pudieron confirmar que la combinación entre lo público y lo privado, orientada a lo comunitario como valor central, es posible y debería seguir profundizándose”, consideró Cubilla. En este sentido, destacó: “La Cooperativa Toco Madera logró ordenar su línea de producción y pensarse como una empresa que necesita ofrecer un producto de calidad, certificado, para poder competir en el mercado: puso la instalación y sus maquinarias, y aprovechó todo el proceso de la diplomatura para repensar su línea de producción. Es decir que esta experiencia fue una especie de asistencia técnica también”.
Las clases, que estuvieron a cargo de docentes de la UNSAM y trabajadores del reciclado, se realizaron entre noviembre de 2023 y junio de 2024 en distintos establecimientos de las organizaciones participantes, según los contenidos de cada encuentro.
“La Escuela de Humanidades contribuyó formalmente al inicio, en el diseño del programa. El gran trabajo lo realizaron todos ustedes, cada día, en cada uno de los proyectos, con cada una de las expectativas”, subrayó Silvia Bernatené, decana de la Escuela, y felicitó a lxs primerxs egresadxs de esta experiencia de formación profesional. “Esto recién empieza, porque muestra cómo el saber de la experiencia y el saber académico se pueden fusionar en un proyecto superador. Ojalá que haya más experiencias de este tipo”, subrayó.
Nuevas herramientas para saberes preexistentes
Cursaron la Diplomatura personas de todas las edades. Tomás Mancuso, por ejemplo, tiene 18 años y está cursando el secundario en el Centro de Formación 404 de Villa Bosch. Se enteró de la diplomatura por una profesora de Servicios Agropecuarios que lo impulsó a cursarla.
“Me encantó la diplomatura y los profesores fueron un lujo”, dijo con su diploma en mano. “De chico, yo ayudaba a mi papá en su microemprendimiento de reciclado de plásticos. De algunas cosas me acordaba bastante, pero en la diplomatura pude darme cuenta qué era cada cosa que iba recordando. Aprendí muchas cosas que me sirven para seguirlas y hacer con esto una carrera laboral”, celebró.
Otro caso es el de Norma Paredes, que inicialmente acompañó a su hijo, que estudia en la EST, y se quedó cursando ella también. Ahora, ambos recibieron su diploma. “Me costó un poco porque hace años que ya no estudiaba, pero me pareció muy buena”, aseguró Paredes. “La cursada me abrió la mente en cuanto a temas de contaminación. A partir de ahora, ya puedo implementar al menos lo básico para separar la basura y reciclar en mi casa”, agregó.
Para Cubilla, las dificultades impuestas por la coyuntura fueron uno de los desafíos más grandes. “La diplomatura estuvo apuntada a un sector que no la está pasando bien. En este sentido, más allá de la cuestión de formación y del cumplimiento programático, también fuimos acompañando otras circunstancias a través de la motivación, el acompañamiento afectivo y la pregunta sobre cómo los estudiantes estaban transitando estos tiempos”.
Una diplomatura que hace justicia
Entre lxs egresadxs de la diplomatura, se encuentra Alicia Duarte, la hermana de Diego, el adolescente desaparecido hace dos décadas bajo las montañas de basura de la CEAMSE, en José León Suárez, mientras trataba de encontrar un par de zapatillas para poder ir al colegio. Alicia González hoy trabaja en una cooperativa textil en la que también se elaboran piezas con material reciclado. Durante muchos años se dedicó al cirujeo.
“Decidí hacerla porque me pareció una gran oportunidad. El hecho de que en San Martín, un distrito muy marcado por el tema de los residuos, se haya dado esta Diplomatura, va a quedar marcado en la historia. Sobre todo nosotros, que somos del territorio y que sabemos del cirujeo, entendimos que era una certificación de nuestro trabajo, que hoy no está reconocido”, dijo Duarte.
“A veces pensamos que un pobre no puede llegar a la universidad, y esta apertura nos hace soñar y sentirnos felices por un momento. Sobre todo a mí, que vengo arrastrando una historia muy fuerte con el tema del cirujeo por la desaparición de mi hermano en un basural: tener hoy este reconocimiento es seguir manteniendo viva la memoria de Diego”, expresó Duarte, y aseguró que los conocimientos adquiridos le permitirán seguir profundizando en el reciclado de materiales.
Entre otros proyectos, hoy Duarte está construyendo junto con otras organizaciones territoriales una plaza en homenaje a Diego, en el barrio Costa Esperanza, en la que habrá un mural y asientos hechos con plástico reciclado. “Nos parece muy interesante esta articulación con Toco Madera, queremos que haya más cooperativas como esta y que la UNSAM siga apostando a estos proyectos, porque hay muchos saberes en el territorio que a veces no salen a luz, y con esto se les da visibilidad”.