María Florencia Gottardi es licenciada en Gestión y Tecnología ferroviaria de la escuela de Hábitat y Sostenibilidad, y futura maestranda de Gestión en políticas de planificación de transporte. Pero desde hace tiempo que está vinculada a los trenes, y hoy se ofreció a compartir su experiencia como estudiante y egresada del Instituto del Transporte.

“Yo no sabía ni tomar el tren, advierte Florencia. De chiquita no era de tomar el ferrocarril, pero tenía a mi tío que era guarda, y fue él quien tuvo la idea de que yo trabajara en el ferrocarril Urquiza”, cuenta. Y agrega que la parte más complicada es la de salir del trabajo de oficina y de atención al público. “A veces te iban rotando, y había estaciones más lindas que otras. Después de un tiempo, me di cuenta de que me interesaba hacer acción social, y me di cuenta de que tenía un mundo adelante, y empecé a meterme de a poco”, describe.

Cuando tuvo claro que quería dedicarse al ferrocarril, decidió buscar donde hacerlo.
” La verdad es que al principio fue muy difícil, porque yo venía del mundo artístico, era patinadora, con brillos, y gibre, y de repente encontrarme en una gran familia ferroviaria, era complicado”, recuerda. “Vivía en un mundo deportivo, más artístico, y de repente encontrarme en la familia ferroviaria, donde es más complicado insertarse, una mujer joven, que en ese momento era un ambiente más masculinizado… pero me fui metiendo en lo que era el sistema ferroviario”, explica.

Pero una vez decidida a estudiar, Florencia averiguó cuáles eran las universidades que tenían esta carrera. “Empecé a averiguar en qué universidades se dictaba la carrera, porque era súper específica-, y  justo abrió la tecnicatura del Instituto del Transporte”, relata. “En realidad me interesaba Administración y Gestión, que era la en la que creí que me iba a sentir cómoda”, agrega.

Cuando llegué al Campus y vi semejante lugar, y el Tornavías que te transporta al ámbito ferroviario, y te vas metiendo y visitando lugares que fueron ferroviarios también y te vas familiarizando más con términos, palabras”.  Y veía el tren, las vías, como venían los chicos de señales, y traían cosas, de comunicación, de señales, de vías, empezaron a trabajar en la vía.

Me empecé a conectar con gente de interior, al tren de carga que tenemos en el urquiza y dije: acá hay un mundo más grande que el tren de pasajeros o el que conocía yo, y bueno, quería profesionalizarme capacitarse y empecé a buscar oportunidades y propuestas de las universidades públicas o privadas.

“Y llegué a la UNSAM con este campus hermoso, con gente dentro del Instituto de Transporte de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad que ayudan a que una se desempeñe en la carrera, y así fue como empecé y todo fue un cruce de lo cotidiano de estar trabajando en  el ferrocarril en ese momento, de tener las vías al costado de la boletería y a la vez lo técnico y profesional de la escuela, que iba ayudando que a que yo entendiera todo este sistema tan enorme y tan complejo que a veces parece abrumador y complicado de resolver, pero estamos acá muchas y muchos queriendo cambiar la historia”, concluye Florencia.

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