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El proyecto liderado por los investigadores del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) Diego Álvarez y Juan Ugalde será financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y por una empresa argentina líder del sector farmacéutico. Los especialistas desarrollarán la primera vacuna contra el virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti en diversas regiones del mundo.
La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) y la empresa Sinergium Biotech —conformada por los laboratorios argentinos ELEA y Biogénesis Bagó—financiarán el desarrollo de vacunas biotecnológicas en el marco de la convocatoria de Proyectos Concertados con Empresas (PCE). Uno de los cuatro proyectos aprobados es liderado por los investigadores del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM Diego Álvarez, especialista en virología, y Juan Ugalde, especialista en desarrollo de vacunas y detección de enfermedades y decano del Instituto. Oscar Taboga y Victoria Alfonso, especialistas en báculovirus del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), completan la dirección de este equipo interdisciplinario que obtuvo 6 millones de pesos para el “desarrollo y prueba de eficacia de vacunas contra el virus chikungunya” durante los próximos tres años.
“Este financiamiento es importante por varias razones: representa un impulso económico para nuestras investigaciones; nos vincula con una empresa líder del sector farmacéutico; promueve la colaboración con colegas de otra institución; y permite que nuestros conocimientos impacten en la sociedad en forma directa”, asegura Álvarez, quien completó su doctorado en 2008 estudiando aspectos básicos de la biología del virus del dengue, el cual es trasmitido por el mismo mosquito que porta el virus chikungunya.
“Hacemos ciencia motivados por la satisfacción intelectual de comprender procesos muy complejos y porque nos parece relevante desentrañar procesos biológicos básicos. Pero creo que el sueño último es que eso tenga un impacto en la sociedad”, indica Ugalde, quien cuenta: “Tenemos experiencias exitosas en el desarrollo de vacunas contra bacterias como la Brucella. En este caso, la vacuna a desarrollar es contra un virus, pero la experiencia previa es de gran ayuda”. Al respecto, las investigaciones de Álvarez sobre el dengue —iniciadas hace una década— aportaron principios biotecnológicos para el diagnóstico de dicha enfermedad mediante tiras reactivas. Ese mismo desarrollo será transferido a la empresa de base tecnológica Chemtest, de la que Ugalde es socio fundador.
Acerca de la vacuna que desarrollarán, Álvarez explica que “cubre un área de vacancia en todo el mundo y podría beneficiar a millones de personas”. “El virus chikungunya llegó a América en 2013 y se diseminó desde el Caribe llegando a infectar a 1 millón de personas en toda la región”, amplía Álvarez, quien comenzó a estudiar la biología básica del virus tras el brote ocurrido en 2016 en la Argentina.
Una vacuna basada en báculovirus híbdridos
El desarrollo de la vacuna estará basado en la incorporación de células de insectos: un sistema de producción que introduce la edición de báculovirus mediante la tecnología de ADN recombinante —la cual permite incorporarles proteínas del chikungunya—. “Son báculovirus híbridos capaces de generar inmunidad en el organismo humano contra el virus”, explican Ugalde y Álvarez. “El sistema inmune está entrenado para diferenciar lo propio de lo no propio, lo que es interno de lo que es externo al organismo. Cuando el sistema reconoce un virus, un parásito o una bacteria como no propio dispara una respuesta y lo elimina”, detalla Álvarez.
“El concepto de esta vacuna es exponer al paciente a un conjunto reducido de proteínas del chikungunya que no causará la enfermedad, pero que el sistema inmune reconocerá como no propio generando anticuerpos y una memoria inmune contra el virus”, añade Ugalde. “Para alcanzar este resultado recurrimos a los báculovirus, que son muy seguros para los seres humanos. A diferencia del virus chikungunya, se trata de virus que no causa la enfermedad —no es infectivo—, pero que activa nuestro sistema inmune”, completa Álvarez.
Sobre el virus chikungunya
Por Diego Álvarez
La fiebre chikungunya es una enfermedad infecciosa producida en el hombre por el virus que lleva este nombre y que presenta síntomas de fiebre alta, fuertes dolores articulares –a veces también musculares-, dolores de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones en la piel.
Se transmite al hombre por la picadura de mosquitos de la especie Aedes, que son los mismos que transmiten el virus del dengue y se reconocen con facilidad por sus rayas blancas en las patas. Los mosquitos se infectan con el virus cuando pican a una persona enferma. De este modo el virus se multiplica en el mosquito y el ciclo de transmisión de la infección se reinicia cuando el insecto pica a una persona sana.
Los síntomas aparecen tras cuatro u ocho días de incubación. Con la atención y el tratamiento adecuados en general los pacientes se recuperan por completo en pocos días y generan defensas, de manera que no pueden volver a infectarse con el virus, aunque en algunos casos los dolores articulares pueden hacerse crónicos.
No es frecuente que la enfermedad tenga complicaciones graves, y los casos de muerte son muy raros y están relacionados con otros problemas de salud. Los grupos de mayor riesgo son las personas mayores, niños menores de un año y embarazadas.
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