En el marco de los festejos por los 20 años del Instituto de Altos Estudios Sociales de la UNSAM, el historiador francés dictó un taller en el Edificio Volta (CABA). Durante la actividad propuso la adopción de un modo de producir conocimiento que combine el rigor metodológico con la capacidad de transmitir emociones a través de la escritura.
¿Es posible cruzar la producción científica y la creación literaria? ¿Pueden hermanarse estas dos esferas históricamente separadas, una ligada al conocimiento de “lo verdadero” y la otra a la invención de “espacios ficticios”? Estas preguntas fueron los ejes de la actividad coordinada por el historiador y escritor francés Iván Jablonka, que contó con la participación de docentes, investigadores y estudiantes del Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la UNSAM.
Para Jablonka, autor de diversas investigaciones históricas en las que apeló a recursos literarios sin renunciar al rigor científico, “tanto la forma de la novela del siglo XIX como los no textos académicos especializados llegaron a su punto de obsolescencia”. El historiador propone entonces un nuevo modo de aproximación: un “tercer continente” que cruce las producciones científicas con la creación literaria y que “permita renovar no solo las formas, sino también el método con el que hacemos ciencias sociales”.
Según el historiador, la delimitación de ese nuevo género requiere distintas operaciones. En primer lugar, redefinir la noción de lo literario. “No tenemos que hacer una equivalencia entre literatura y ficción, sino más bien entender la literatura como una forma capaz de crear emociones”, reflexionó Jablonka, quien aseguró que, si bien muchos textos académicos abordan experiencias humanas extremas, la forma ascética en la que están elaborados no remite a esas experiencias. “No se trata de introducir emociones ficticias o inventadas. Se trata de usar las emociones para tratar de entender de qué estamos hablando cuando narramos, por ejemplo, la experiencia del exilio o de la guerra”, señaló el autor, quien en seguida afirmó: “Si un historiador no puede dar cuenta de la vivencia de esos hechos hablamos entonces de un fracaso científico”.
Jablonka también hizo especial hincapié en la noción de rigor como elemento fundamental para garantizar el éxito del cruce entre las ciencias sociales y la literatura. En este sentido, contrariamente a la objeción habitual de que cuanto más literario se vuelve un texto más se aleja del campo científico, el especialista afirmó que “la creación literaria nos ofrece más rigor, más honestidad y más reflexividad que esa no escritura académica a la cual nos referimos habitualmente”. Esto se debe a que, en su opinión, la escritura literaria asume un lugar de enunciación encarnado y situado, contrario al punto de vista abstracto que escribe “como si estuviera en el lugar de dios, mirando hacia la Tierra desde lejos, en un gesto típicamente masculino y que se considera a sí mismo universal”. Contrariamente a esta visión, Jablonka propuso asumir una posición que cuestione el orden del género y el orden del saber, y a la que definió como “feminismo metodológico”.
Sobre el final del taller, el historiador señaló que un factor central la renovación de las ciencias sociales tiene que ver con el concepto de verdad. “Creo que la verdad existe y que, si uno no cree en ella, entonces no hace ciencias sociales”. En este sentido, Jablonka opinó que los cientistas sociales hoy deben tener una mirada posdisciplinar. “Ya nadie se puede pretender únicamente historiador, sociólogo o antropólogo. Tenemos que usar las herramientas de todas esas disciplinas a la hora de hacer ciencias sociales”, concluyó.
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