Escuela de Humanidades

“Es necesario promover mayores y mejores discusiones públicas sobre el futuro de nuestro sistema educativo”

La investigación sobre las políticas educativas ha hecho aportes para comprender un sistema que se caracteriza por una fuerte expansión del acceso; una actualización de enfoques, contenidos e infraestructura; una acentuación de los bajos resultados de aprendizaje; y un aumento de la diferenciación social entre circuitos educativos. Interrogantes abiertos para lograr un diseño más equitativo en la escolarización.

Jorge M. Gorostiaga* 

La investigación sobre políticas educativas en la Argentina en los últimos 40 años ha experimentado un sólido crecimiento y una saludable complejización en sus enfoques de análisis. Como campo en el que intervienen múltiples (sub)disciplinas, muchos de sus aportes se han generado en diálogo con la Sociología y la Economía de la Educación, entre otras áreas de estudio afines.

En estas cuatro décadas el sistema educativo (desde el nivel inicial al superior) experimentó tres momentos de ruptura ligados a diferentes significantes: el de la democratización en el inicio del período, el de la modernización con la Ley Federal de Educación en los noventa, y el de la inclusión con la Ley de Educación Nacional de 2006. Todo ello enmarcado en un escenario global de acelerado cambio social y de fuertes demandas a la educación desde diversas esferas de la sociedad. Más allá de los vaivenes que implicaron las distintas políticas, la dinámica del sistema puede caracterizarse a grandes rasgos como la combinación de una fuerte expansión del acceso; una cierta actualización de enfoques, contenidos e infraestructura; una acentuación general de los bajos resultados de aprendizaje; y un aumento de la diferenciación entre circuitos educativos en la que los grupos de menor status socioeconómico acceden a una escolarización empobrecida. Estos dos últimos problemas –el de los aprendizajes y el de la segmentación- son probablemente las cuestiones que están en la raíz de la sensación de crisis de la educación en nuestro país, que, estando presente ya a principios de la década de 1980 en los diagnósticos académicos y gubernamentales, parece haber ido en aumento desde entonces y expandiéndose a toda la sociedad argentina.

La investigación sobre las políticas educativas ha hecho aportes importantes en pos de la comprensión de dicha dinámica de cambio, en términos de las fuerzas que la orientan, de las formas en que los cambios se han desplegado, de sus resultados y de sus efectos buscados y no buscados. También ha contribuido con críticas fundamentadas hacia las propias políticas, críticas muchas veces centradas en el uso ineficiente de recursos, en las inconsistencias entre objetivos declarados y medidas implementadas, o en cómo algunas políticas han tendido al mantenimiento o al aumento de las desigualdades sociales. En determinados temas se han llevado a cabo estudios comparados que permiten entender cómo el caso argentino responde a ciertas tendencias regionales o incluso mundiales, así como sus particularidades. También cabe resaltar el desarrollo de investigaciones a escala subnacional que, si bien de manera desbalanceada regionalmente, muestran especificidades y variaciones que resultan claves para comprender de manera más acabada la dinámica de cambio del sistema.

De manera sintética, pueden resaltarse algunos focos de las contribuciones del campo con continuidad a lo largo de estas cuatro décadas y que, en medida variable, han incidido en los procesos de diseño de políticas y en el debate público. Ha existido una valiosa producción sobre la cuestión del federalismo y sobre los cambios en las formas en las que se procesa el gobierno del sistema, en particular acerca de los procesos de descentralización y de cómo se ha ido resignificando la distribución de competencias y responsabilidades entre Nación y provincias. Otro tema abordado con cierta asiduidad ha sido el de las políticas de ampliación de oportunidades educativas, en ocasiones poniéndolas en diálogo con los procesos de segmentación o segregación escolar. En cuanto a los niveles, el secundario ha sido un foco privilegiado de la investigación, no casualmente dada su centralidad en las transformaciones que propiciaron las leyes de 1993 y 2006. Además, puede destacarse que la universidad ha atraído una significativa atención tanto en lo referido a las políticas que han modificado su relación con el Estado como a las que se han orientado a ampliar el acceso. No obstante, también debe señalarse la subsistencia de importantes áreas de vacancia, así como la necesidad de ampliar los debates teóricos y la base empírica a partir de los cuales construir aportes más sólidos y, eventualmente, promover mayores y mejores discusiones públicas sobre el futuro de nuestro sistema educativo.

*Doctor en Análisis Social y Comparado en Educación y Director del CEIECS. 

40 años de Democracia y las Humanidades

Esta nota forma parte de una serie de reflexiones impulsadas desde la Escuela de Humanidades con motivo de los 40 años de democracia. 

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Nota actualizada el 6 de noviembre de 2023

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