Ante el avance de la mecanización creciente del trabajo y de las plataformas que ofrecen contenido on demand, tanto las fábricas como los cines, donde las personas se reúnen para ganar su sustento o ver películas con otros/as, parecen en peligro de extinción. Sin embargo, el miércoles 13 de septiembre, Día del Trabajador y la Trabajadora del Calzado, la fábrica de zapatos Viamo se convirtió en sala de cine para estrenar el documental “Calzarte. A tus pies vivo”, realizado por la politóloga Marina Farinetti, vicedirectora del Laboratorio de Investigación en Ciencias Humanas (LICH) de la Escuela de Humanidades de UNSAM, Nicolás Ferioli, estudiante de la maestría en Historia Conceptual de la misma casa de estudios y por el realizador audiovisual Gastón Bejas, también integrante del LICH.

Ante decenas de trabajadores/as del calzado, varios/as de ellos/as protagonistas de este mediometraje, se exhibió por primera vez este ensayo audiovisual que indaga el mundo del trabajo en el interior de un establecimiento fabril. Durante la proyección hubo varios momentos de aplausos, comentarios, sonrisas cómplices y sorpresa. Es que el film muestra no sólo la labor diaria que se desarrolla en la fábrica y las reflexiones de quienes ejercen su oficio en ella, sino también otros aspectos personales relacionados con habilidades y deseos extra laborales. Los hermanos Rodolfo y Alfredo Chiodini, dos de los dueños de la empresa, estuvieron presentes en la función estreno.

Este ensayo audiovisual se realizó como parte de una investigación sobre el futuro del trabajo que Farinetti lleva adelante en el marco del Proyecto de Unidad Ejecutora (PUE), “Perspectivas y prospectivas de futuro: un Atlas digital de lenguajes, categorías y experiencias” que se desarrolla en el LICH (EH-UNSAM/CONICET).

La película se filmó en la planta de producción de Viamo, una mediana empresa familiar fundada hace treinta y cinco años por la familia Chiodini. En la actualidad emplea a 281 personas que se dedican al diseño, la producción y comercialización de calzado, un producto para cuya fabricación todavía se realizan gran cantidad de labores de tipo artesanal.

“Nos interesaba hacer público algo que no se ve, visibilizar y valorizar el trabajo, mostrar un espacio construido a partir de un oficio que tiene una densidad histórica notable y una industria del calzado que se caracteriza por la fuerte participación del trabajo artesanal”, cuenta Farinetti. “Este documental, dentro de la investigación, fue fundamental para mostrar las voces de los trabajadores y trabajadoras reflexionando sobre los mismos temas que pensamos en la universidad”.

Durante varios meses Farinetti, junto a su equipo y Bejas, acudieron a la fábrica que la firma Viamo tiene en el barrio porteño de Villa Soldati. Allí charlaron con trabajadores/as del calzado sobre su experiencia diaria, sobre los tiempos en la fábrica y fuera de ella, sobre los cambios que se fueron dando en las últimas décadas en relación a las tareas que realizan. También dialogaron con ellos/as sobre sus deseos, sus sueños y sobre las ideas que tienen en relación al futuro del trabajo.

“Cuando empezamos a hacer el registro de entrevistas aparecieron temáticas comunes en las historias: las tareas de cuidado, particularmente en las mujeres; la relación del oficio con el trabajo manual y artesanal; la tecnología como amenaza y por supuesto los sueños obreros”, rememora Bejas. “Nos encontramos con mucha apertura de parte de los y las narradoras, invitándolos a que muestren las actividades que les apasionan y realizan fuera de la fábrica. Registrarlas en su lugar de trabajo no sólo le da aire al relato, sino que también reivindica ese mundo de sueños”. Entre los/as trabajadores/as que participaron del audiovisual hay una instructora de yoga, un cantante, un profesor de kickboxing y un actor, que también despliegan estas prácticas frente a cámara.

A lo largo de los casi cuarenta minutos de “Calzarte” se pueden ver, además de las personas que ejercen su oficio, distintos tipos de máquinas, desde una vieja Singer hasta una cortadora de cuero robotizada de última generación. Estas imágenes muestran una de las cuestiones fundamentales que aborda el documental, la tensión entre la artesanía y la producción industrial con alta tecnología, entre el ser humano y la máquina, todos temas clásicos y a la vez muy actuales de las Humanidades. “Es muy bueno para las Ciencias Humanas mostrar estas historias, retratar el mundo del trabajo para contrarrestar las imágenes apocalípticas y catastróficas que respiramos en los estudios sobre esta temática, que justamente teorizan acerca de que la época de las fábricas va a tener su fin”, considera Farinetti. “Estamos en un momento de transición o de un fin de época del trabajo industrial, pero además esto también nos muestra el fin de época de los oficios y de la valorización de los oficios. Entonces, un documental es un formato muy adecuado para mostrar eso y la universidad pueda generar un conocimiento reflexivo sobre un problema de extraordinaria relevancia para las Ciencias Humanas”.

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