Dirección de Género y Diversidad Sexual

“FUE UNA TRANSFORMACIÓN PODER EXPERIMENTAR POR EL CUERPO LO QUE PENSABA ESCRIBIENDO”: ENTREVISTA A SOFÍA BENSADON

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¿Sabías que el 19 de agosto es el Día Mundial de la Fotografía? La fecha coincide con el día que Luis Daguerre presentó en 1839 su último invento: el daguerrotipo, un artefacto que permitía capturar una imagen a través de un proceso químico. Este día se conmemora desde el año 2007, por iniciativa de Korske Ara, un fotógrafo australiano que desde entonces organiza un concurso de fotografía del que puede participar cualquier persona y que recauda fondos para la atención médica de infancias.
En este marco, desde la Dirección de Género y Diversidad Sexual de la Secretaría General Académica UNSAM, entrevistamos a Sofía Bensadon, fotógrafa y licenciada en Antropología Social y Cultural (EIDAES – UNSAM) y conversamos acerca de su tesis de investigación “Entre fuerza y maña: una etnografía sobre el trabajo y el sostenimiento de la vida entre mujeres constructoras de las ciudades de La Paz y El Alto, Bolivia.”

Equipo: Sofía, presentaste una investigación etnográfica que piensa las vidas de mujeres trabajadoras de la construcción en el mercado laboral de las ciudades de La Paz y El Alto, Bolivia. ¿Por qué elegiste este tema de investigación? ¿Y cómo hiciste para investigarlo?

Sofía: Fue un proceso largo, yo vengo de la fotografía, de oficio soy fotógrafa. Cuando terminé el colegio, me dediqué a trabajar para un fotógrafo que fue mi maestro durante varios años, con el tuve una formación técnica en fotografía blanco y negro. Siempre me interesó mucho lo que era la fotografía documental. Un maestro que tuve, que se llamaba Carlos Bosch que había estudiado antropología, me dijo que debería estudiar la carrera, entonces me anoté en la UNSAM.

Yo estaba trabajando haciendo una serie fotográfica de retratos de albañiles en una construcción en Caballito, porque una parte de mi familia tiene una empresa constructora.  Había logrado acceder por ese medio a un mundo prohibido, desde muy chica y cargando una cámara. Una mañana tomando mate con ellos, me interpela el jefe de cuadrilla y me dice: ¿sabías que en nuestro país hay mujeres que trabajan en la construcción? A mí me sorprendió mucho, porque eso fue en 2015. Acá no se veían, por lo menos en Capital. Siempre hay mujeres que logran cruzar el cerco y que están invisibilizadas en cuadrillas pequeñas. Yo creo que se viene hablando el tema del acceso, ya que muchas veces se evita. 

Me puse a investigar y encontré una ONG en Bolivia que trabajaba con mujeres en la construcción y pensé que tenía que ir a conocerlas. Me llamó la atención que trabajen dentro de las obras. Porque en las obras de Buenos Aires capaz había alguna mujer de seguridad e higiene, arquitecta o ingeniera, pero no había tenido la oportunidad de cruzarme con mujeres albañilas. A la par, decidí anotarme a estudiar antropología en octubre y en enero viajé a Bolivia, el proceso de la carrera se había atravesado, digamos, por esa experiencia. Primero, desde la fotografía que es mi forma de investigación y, a la par, empezando a entender qué era la antropología. Encontré un lugar que se hace las mismas preguntas que yo, o ciertas preguntas que yo me había empezado a hacer y empecé a generar algunas herramientas. 

Hice varios viajes de los que tenía registro en la primera etapa de la licenciatura y, en la segunda etapa, fue entender cómo procesar toda esa información, cómo escribir y transformarlo en una tesis de Antropología.

 

 

E: ¿Cómo fue el camino para poder construir a partir de tus registros una investigación antropológica?

S: Cuando hago  fotos, es para no tener que ponerle palabras. . Y la antropología describe para poder entender, conocer y usa palabras para crear conceptos. Me pasó que a la hora de tener que empezar ese proceso de escritura de la tesis las docentes de los talleres me invitaban a que partiera de una imagen para describir y analizar. Analizar mi propia imagen me resultaba extraño, redundante, uno no saca fotos para luego explicarlas en palabras. El ejercicio me conflictuaba. Las imágenes expresan cosas que las palabras no pueden y viceversa. 

Yo sentía que algo muy potente que no tenían las imágenes era como aparecía la noción de fuerza expresada en los testimonios de las mujeres trabajadoras de la construcción, algo que yo quería comprender. 

 Todo ese proceso me llevó un tiempo: intentarlo y fracasar, dejarlo por la mitad, no llegar a entregar un trabajo final de un taller de redacción. En ese momento, decidí que las imágenes tenían que correr en paralelo como un capítulo más de la tesis, es un ensayo visual que tiene otra forma de lectura, s y encontré una manera de provocar.

 

 

E: ¿Haces algo actualmente que tenga que ver con tu investigación o con las metodologías que utilizaste para llevarla adelante?

Como les decía, yo empecé con la fotografía como mi herramienta y ese fue un proceso de tres años. Y pensé, tras conocer un montón de mujeres, que con las fotografías no me alcanzaba, tenía que grabar (además de mi grabador). Entonces empecé a filmar y tenía todo ese material en estos tres formatos: audio, vídeo y de foto.

Parte de lo que decantó de ese proceso fueron dos cortos y ahora estoy queriendo hacer una película sobre mujeres en la construcción. En ese formato puede llegar a mucha gente, sus testimonios pueden ser escuchados. Que no queden guardados en mi disco rígido. También hay algo que pasa con las personas con las que uno comparte las investigaciones: te transmiten sus historias en pos de que llegue ese mensaje. Una carga con una responsabilidad de todas esas voces que quieren ser transmitidas.

Los dos cortos realizados por Sofía forman parte de este mismo proceso de investigación. El primero de los cortometrajes documentales es “50 kg” y pone en diálogo el relato oral de una mujer constructora  y una serie de fotografías con la intención de generar un retrato que capte la experiencia sensible  de los procesos de auto-construcción de las ciudades de La Paz y El Alto, Bolivia. 

El segundo se llama Gambote. Moler, mezclar, prensar, dejar secar, hornear son algunas de las tareas que realizan Rosa e Irineo en su rutina diaria de elaboración del “gambote”, un tipo particular de ladrillo. Mientras trabajan acompañamos la intimidad de su día a día. Un retrato del antiguo oficio y la importancia de mirar el cielo. 

Para acceder a ambos materiales podes escribir a sofiabensadon@gmail.com

 

 

E: ¿Cómo fue recibida en la Escuela Idaes una investigación que presenta una articulación entre la esfera artística y antropológica?

Yo sentí que los docentes me incentivaron. Incluso cuando se hizo la defensa de la tesis, quien era director de la carrera expresó que le gustaría que hubiera más experimentación en las formas de investigar desde la carrera. Y a mí me parece importante que ese proceso se pueda sostener a lo largo de la cursada. 

Fue súper bien recibida, se incentiva que eso suceda en los trabajos finales de la carrera. Cada vez más hay docentes que abren nuevas formas de presentar y de experimentar. También me invitaron a presentar el corto, se hizo como actividad para estudiantes de cine documental y antropología para promocionar esos cruces 

 

 

E: ¿Y creés que hay espacios en la Universidad para transitar la experimentación en las investigaciones?

Me parece que está en pensar formas de divulgación. Porque se termina el trabajo de tesis y se piensa en qué formatos, de qué manera eso lo vas a devolver a la comunidad con la que estás trabajando. Siento que eso estaría re bueno, que se ejercitara en la misma carrera.

Porque  muchas veces pasa que uno lleva a la antropología a la par con otros caminos y con otras herramientas que permitan estas hibridaciones. Está bueno empezar a pensar otras formas de divulgar, que haya otras maneras de comunicar. La ciencia no tiene por qué ser complicada, difícil y enredada. Creo que ahí es bueno pensar cómo comunicamos para llegar a las personas porque si no, no tiene ningún sentido.

Desde la cocina de la investigación pensamos un espacio para pensar esas otras formas de experimentación colectiva. Son procesos complejos que necesitan de colectivos de apoyo, con guías que tengan experiencia en eso y que acompañen los procesos. Así como está el taller de tesis de escritura, ¿no sería bueno incorporar un taller de tesis de divulgación y de experimentación? A partir de los materiales que tenemos.

Desde  la cocina, próximamente vamos a presentar unos vídeos que surgen después de una serie de círculos de estudio que fue una actividad abierta, a partir de la cual procesamos toda esa información y armamos una web que presentamos el año pasado.

La cocina de la investigación es una iniciativa formada por estudiantes de la licenciatura en Antropología Social y Cultural de EIDAES, es una propuesta de formación que busca reforzar y desarrollar la dimensión práctica o el “saber-hacer” propios del oficio de la antropología. Su página web consta de cuatro partes: “abrir la cocina”, “etnografía”, “escritura” y “hacerse investigador/a”. Esta última tiene más que ver con el sistema científico: cómo hacer para dedicarse a la investigación.  Para conocer más podés acceder a: https://lacocina.unsam.edu.ar/

 

 

E: ¿Ha cambiado tu forma de ver la temática a partir de haberla investigado?

Nuestra forma de ver las cosa se transforma  todo el tiempo, eso es muy vital. Desde la primera vez que pisé Bolivia hasta hoy no soy la misma persona.

Mi primer llamado de atención en mi investigación, fue la fuerza que tenían estas mujeres, digamos de dónde sale. Es una construcción, un espacio de trabajo pesado. ¿Qué es un trabajo pesado? ¿Qué cosas se entrelazan ahí? No solo con los materiales a los que uno se expone, el tipo de peso que se tiene que manipular, sino también los espacios laborales, las discriminaciones de género. Y a la vez, tener que hacer un sobreesfuerzo de tener que demostrar sus capacidades dentro del espacio. Muchas veces eso implica el triple de esfuerzo. A partir de ahí pensar cómo desarmar esta idea preconcebida de la fuerza bruta, de que el hombre es más fuerte. Porque eso nos lleva a pensar que entonces la mujer es más débil. Quise abrir a partir de los testimonios toda esa complejidad y problematizarla.

Para mí fue una transformación el poder experimentar por el cuerpo lo que pensaba escribiendo. Hay gente que es más lectora y escribe un montón, para mí la escritura no era una herramienta cercana.  Era feliz con mi cámara y haciendo imágenes  Hacer antropología implicó aprender un nuevo oficio que implica la práctica de escribir.  Me sentí muy acompañada en la experiencia de los talleres, con las docentes y con el colectivo de La Cocina de Investigación. Es muy importante para atravesar cualquier tesis leerse entre compañeros, es la única manera de que la escritura avance y se transforme, poder tener la mirada del otro sobre lo que uno va haciendo.

Desde el área de Contenidos (DGyDS-SGA) desarrollamos acciones de divulgación científica. Estas actividades incluirán la convocatoria a docentes, estudiantes e investigadorxs de nuestra casa de estudios para la presentación de resultados de investigaciones, ensayos, artículos académicos, libros, encuentros de formación, síntesis de jornadas o congresos, entre otras. Para conocer más sobre esta iniciativa podés contactarnos a contenidosdgs@unsam.edu.ar

 

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Nota actualizada el 22 de agosto de 2023

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