Dirección de Género y Diversidad Sexual, Secretaría General Académica
A treinta y tres años de la muerte de Manuel Puig y a trece de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en la Argentina, el magíster en diseño comunicacional y doctorando en Ciencias Humanas de nuestra Escuela de Humanidades cuenta cómo fue el proceso de elaboración de su tesis de maestría “Innombrados, estereotipados y desdiferenciados. Representaciones de personajes gays en la TV argentina en años previos y posteriores al matrimonio igualitario”.
El 22 de julio se conmemora el fallecimiento de Manuel Puig, escritor y cineasta argentino, reconocido sobre todo por sus obras literarias, entre las que destacan Boquitas pintadas (1969) y Pubis angelical (1979). Puig fue además uno de los fundadores del Frente de Liberación Homosexual (FLH), movimiento que continuó el grupo Nuestro Mundo.
Durante la dictadura, Puig se exilió en Brasil y luego en México, donde escribió El beso de la mujer araña (1976), obra icónica en la que abordó temas relacionados con su compromiso político y su militancia homosexual. Prohibida por la Junta Militar, esta novela puso en escena la historia de dos presos —un militante político y un homosexual— conviviendo en una misma celda. Fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del diario español El Mundo por su “espíritu revolucionario” y su formato vanguardista.
Leandro Martínez, estudiante del Doctorado en Ciencias Humanas de la Escuela de Humanidades (EH) de la UNSAM, obtuvo en 2021 su segundo título de posgrado con la tesis “Innombrados, estereotipados y desdiferenciados. Representaciones de personajes gays en la TV argentina en años previos y posteriores al matrimonio igualitario”. Fue once años después de la sanción en la Argentina de la Ley de Matrimonio Igualitario, que estableció el derecho a contraer matrimonio entre personas del mismo sexo. Esta conquista, fruto de la lucha y la movilización social, convirtió a la Argentina en el primer país de Latinoamérica en consagrar este derecho.
A trece años de su sanción, en la UNSAM continuamos reconociendo su lugar pionero y su importancia para la construcción de consensos, que más tarde dieron lugar al reconocimiento y ampliación de derechos para los colectivos LBGTI+.
¿Por qué elegiste este tema de investigación?
Yo ya había estudiado comunicación audiovisual y dirección de cine y TV, por lo que fue claro que mi trabajo de tesis para la Maestría en Diseño Comunicacional estaría vinculado con lo audiovisual. Los medios de comunicación y, en particular, la televisión tienen mucha influencia en los espectadores: forman opiniones y marcan agenda. Por otro lado, ya habían pasado varios años desde la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en la Argentina, que fue en 2010, y entonces se me ocurrió investigar cómo la televisión actual venía mostrando a los personajes homosexuales en sus programas de ficción y comparar eso con los modos de representación de los años previos a la ley.
Durante mi adolescencia (fines de los ochenta, principios de los noventa), la tele solo mostraba la homosexualidad desde un lugar de burla y parodia, o desde la marginalidad y el peligro. Me interesaba ver si la gran visibilidad otorgada a las problemáticas de los gays a partir de 2010 había logrado un cambio en la manera en que se nos mostraba desde la ficción argentina.
¿Cómo fue el proceso?
Lo primero que hice fue hacer un relevamiento de todas las series y novelas emitidas en la TV Argentina que incluyeran en sus tramas a personajes homosexuales masculinos. Trabajé solo con varones, porque considero que se manejan parámetros y reglas específicos. Decidí que fueran producciones emitidas por los canales de aire y en horario central, que son las que tenían mayor audiencia. Una vez que tuve el listado, que fue sorpresivamente extenso, decidí seleccionar cinco series/novelas con emisión previa al 2010 y cinco posteriores. Además, busqué diversidad: algunas fueron novelas clásicas estilo culebrón, pero también seleccioné unitarios, dramas y comedias para adultos y para adolescentes.
En una segunda etapa, miré uno por uno los capítulos de cada producción tomando registro según una serie de categorías que ya había definido: apariencia de los personajes, modos de hablar y de vestirse, profesiones, roles y vínculos con el resto de los personajes, desenlaces de su participación en cada historia, etc. Fue un trabajo muy duro, me llevó varios meses de visionado.
Otro punto necesario para la investigación fue la lectura de bibliografía respaldatoria, que me permitió conocer la coyuntura del país en el momento en que se emitieron los contenidos analizados. Era importante saber en qué momento y bajo qué circunstancias fueron sancionadas las leyes que restringieron la vida social de los homosexuales a fines de la dictadura y durante los primeros años de la democracia —en los que se realizaron las series de mi primer grupo de estudio— y saber también cuándo fueron derogadas esas leyes.
¿Qué datos te aportaron esas lecturas?
Los resultados me sorprendieron mucho. Por ejemplo, en la década del cuarenta se sancionó una ley en la provincia de Buenos Aires que explícitamente prohibía votar a homosexuales. Esa ley recién fue derogada en 1993, o sea, treinta y siente años después, y cuando ya llevábamos diez años de democracia. O los edictos policiales, también de los años cuarenta, que permitían a la policía, sin ninguna justificación, llevarse detenida a una persona a la cárcel de Devoto por hasta treinta días, solo por caminar por la calle. Esos edictos se derogaron en 1996, trece años después del comienzo de la democracia. O el Código Militar Argentino de 1951, que prohibía a los homosexuales formar parte de la milicia y era motivo de baja. Recién se derogó en 2009, con Cristina.
En la Ciudad de Buenos Aires, los edictos policiales —lo que hoy se conoce como contravenciones— continuaron como resabios de la dictadura aún luego de la recuperación democrática. Se destacaban los edictos 2°F y 2°H, que permitían reprimir a quienes “se exhibieran en la vía pública con ropa del sexo contrario” y a “las personas de uno u otro sexo que públicamente incitaren al acto carnal”. Esto implicó la criminalización y persecusión, sobre todo, de quienes ejercían la prostitución y de travestis y varones homosexuales. Esos edictor fueron derogados en 1998, gracias a la lucha de las organizaciones y la militancia de los colectivos de diversidad sexual.
Conocer toda esta información me permitió comprender entonces en qué contextos y bajo qué circunstancias fueron producidas las ficciones que estudié.
¿Pudiste identificar representaciones dominantes de la homosexualidad en esos contenidos?
Cuando empecé el estudio yo mismo tenía muchos prejuicios sobre lo que iría a ver. Pensaba que las novelas del siglo pasado mostrarían a los homosexuales de forma burlesca, estereotipada e hipersexualidada y que, en la actualidad, solo vería varones gays masculinos, seguros de sí mismos, totalmente integrados al resto del elenco y bueno, no fue exactamente así.
Lo que sí vi, en ambos períodos, fue una gran diversidad de representaciones. Estaban los afeminados, los sufridos y retraídos, los profesionales con ocupaciones clásicas como abogado o contador, las mariconas peluqueras, etc. Esto en ambos períodos, y está muy bien. Lo que cambió por completo fue el rol, el protagonismo que se les fue dando a esos personajes de manera progresiva, además de la aceptación por parte del resto de los personajes. En la mayoría de los casos, los gays en las ficciones actuales ya no tienen que lidiar con ambientes hostiles ni amenazantes. Incluso son los personajes agresivos los que resultan excluidos, expulsados y ridiculizados.
Otra característica fundamental que cambió con los años es la manera en que los personajes gays culminan sus historias. Antes, terminaban generalmente en tragedia: muertos, enfermos, exiliados o excluidos. En las series y novelas actuales a los personajes gays se les permite tener finales felices.
¿Creés que la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario influyó en ese cambio?
Creo que la gran visibilidad que produjeron los debates en torno a la sanción de la ley provocó un cambio en los modos de representación de la homosexualidad en los medios. En realidad, hubo una retroalimentación. La ficción también ayudó, fue parte del contexto político, social y cultural que derivó en la sanción de la ley en 2010.
Han pasado algunos años desde la publicación de tu tesis, ¿encontrás cosas nuevas en la televisión argentina actual?
Te podría decir que, desde hace varios años, en cualquier producción ficcional televisiva hay en la trama un personaje gay como mínimo. Cuando aparece una nueva serie o novela, en los primeros capítulos digo “A ver, ¿cuál es el gay?”, y siempre hay alguno. ¿Esto es positivo? ¿Es negativo? No lo sé en realidad. Lo que sí considero negativo es la inclusión forzada del personaje gay, lo políticamente correcto de esa inclusión. Creo que esa presencia tiene que estar justificada, aportar a la trama. Que no se note que está ahí simplemente para cubrir alguna especie de cupo.
Por ejemplo, el otro día vi un policial en la que el protagonista era un detective que buscaba a un asesino. Se mostraba durante toda la película bien macho, gritón con sus empleados, autoritario. En un momento dado descubrimos como espectadores que el detective es gay y está casado con otro varón. Unas escenas después, en una reunión con compañerxs de trabajo, se pone a llorar y viene su marido a buscarlo ¡y se lo lleva a la casa! Fue una escena en la que se rompió por completo el registro. En otro contexto, si el personaje hubiera sido hétero por ejemplo, jamás se les hubiera ocurrido escribir una secuencia así. No está bueno, creo, asignarles a personajes gays escenas en las que se los muestren débiles o desbordados por el simple hecho de ser gays.
¿A qué otras conclusiones llegaste durante esa investigación? ¿Qué otros aspectos te interesan para tu proyecto actual de tesis doctoral?
Entre otras cosas, encontré aspectos positivos y negativos en relación con los espacios que se signan a la homosexualidad en las ficciones audiovisuales. Descubrí que, por lo general, se trata de contenidos para adultos y con personajes gay adultos. Ahora entonces me interesa estudiar la participación de personajes gays en ficciones audiovisuales destinadas a niñxs y adolescentes. A medida que fui metiéndome más y más en el tema empecé a entender el tipo de programas que vi durante mi infancia y adolescencia. En ninguno de esos contenidos yo me sentí identificado. Mi generación nació viendo en la tele y en el cine ficciones con relaciones románticas heterosexuales. Como espectador, la exposición a cualquier tipo de homosexualidad en mi infancia y en la de tantos otros estuvo anulada, invisibilizada a tal punto que ni nos imaginamos que podía ser posible. Solo se veían casos aislados y con influencia negativa, de la que había que alejarse. Que era cuestión de esperar a que uno cumpliera 18 años para poder “elegir” qué estilo de vida uno quería vivir.
Creo que las nuevas generaciones tienen a su disposición un material que incluye a personajes de la diversidad sexual y genérica que nosotros no tuvimos. Es por eso por lo que me interesa saber, por un lado, con qué facilidades o restricciones los chicos y chicas pueden acceder hoy a estos contenidos, de qué manera se les presenta la temática y qué repercusiones tienen en los medios y redes sociales la proyección de estos contenidos audiovisuales.
Desde el Área de Contenidos de la Dirección de Género y Diversidad Sexual (DGyDS) de la Secretaría General Académica (SGA) de la UNSAM desarrollamos acciones de divulgación científica. Estas actividades incluyen la convocatoria a docentes, estudiantes e investigadorxs de nuestra casa de estudios para la presentación de resultados de investigaciones, ensayos, artículos académicos, libros, encuentros de formación, síntesis de jornadas o congresos, entre otros.
Para conocer más sobre esta iniciativa escribinos a contenidosdgs@unsam.edu.ar.
Viudas e hijos de Rock and Roll (2014)
ampliación de derechos, Ciencias Humanas y Sociales, Comunicación Audiovisual, Ley de Matrimonio Igualitario, LGTBTIQ+
Desde la primera respuesta, frase a frase, este reportaje muestra el reclamo implicito y varias veces explicito de objetividad y equidad para la tematica gay. Excelente por donde se lo mire