Escuela de Humanidades, LICH - Laboratorio de Investigación en Ciencias Humanas
El especialista en Historia del Arte y la Cultura José Emilio Burucúa brindó la conferencia taller “Pensar un Atlas del futuro”. La actividad se realizó en el marco del Proyecto de Unidad Ejecutora del LICH-EH: “Perspectivas y prospectivas de futuro: un atlas digital de lenguajes, categorías y experiencias”. Un encuentro fructífero para dialogar sobre posibles iconografías del futuro.
El especialista en Historia del Arte y la Cultura José Emilio Burucúa brindó la conferencia taller “Pensar un Atlas del futuro” en la Sede Volta de la UNSAM. La actividad se realizó en el marco del Proyecto de Unidad Ejecutora (PUE) del LICH-EH: “Perspectivas y prospectivas de futuro: un atlas digital de lenguajes, categorías y experiencias”. El encuentro contó con la presencia de Silvia Grinberg (directora del LICH-EH), Marina Farinetti (vicedirectora del LICH-EH), Andrés Kozel (responsable científico técnico del PUE), Laura Malosetti Costa (decana de la Escuela de Arte y Patrimonio) y más de 30 investigadorxs del LICH-EH.
Burucúa estudió Historia del Arte e Historia de la Ciencia con Héctor Schenone, Carlo Del Bravo y Paolo Rossi. Es Doctor en Filosofía y Letras (Universidad de Buenos Aires) y profesor en la Universidad Nacional de General San Martín. En la conferencia taller, disertó acerca del atlas Mnemosyne que realizó Aby Warburg entre 1924 y 1929. Mnemosyne es el ambicioso e inconcluso proyecto al que el historiador alemán dedicó los últimos años de su vida, en el que recopiló más de 2 mil imágenes articuladas en 60 “tablas” o paneles que proponía una historia del arte que iba en contra de una cierta concepción positivista, evolucionista y teleológica. Warburg pretendía, de esta manera, desmontar la continuidad de las cosas que supone la construcción epistémica convencional.
La propuesta del PUE del LICH-EH es sistematizar los lenguajes, categorías y experiencias relativos al futuro en las sociedades contemporáneas. En una primera etapa, se avanzó en la construcción colectiva del Léxico crítico del futuro, que cuenta con más de cien entradas y actualmente se encuentra en fase de revisión. El léxico indaga en la potencia de futuro de conceptos como adivinación, evolución, utopía, secularización, enfermedad, melancolía, capitalismo de vigilancia, transmodernidad, relaciones sociales con la naturaleza, infancia, violencia lenta, alfabetización digital, fin del trabajo, poética de los márgenes, entre muchos otros. En base al Léxico, lxs investigadorxs elaborarán un Atlas iconográfico del futuro. Se proyecta trabajar con la lógica del Atlas Mnemosyne y realizar una instancia física de la obra, con paneles con imágenes iconográficas a partir de los términos del Léxico.
El proyecto se propone describir, interpretar y problematizar los significados disponibles sobre el futuro, a partir de un enfoque transdisciplinario, con el objetivo de proponer herramientas para intervenir crítica y creativamente en la sociedad. Busca plantear interrogantes en torno a las conexiones entre las dimensiones de la temporalidad, asignando centralidad al análisis de vocablos portadores de historicidad, enmarcados en disputas de intereses, lógicas de dominación/resistencia y procesos de circulación, reapropiación y resignificación.
En la conferencia taller que brindó a investigadorxs del LICH-EH, Burucúa subrayó que en el atlas Mnemosyne, Warburg “despliega a partir de las imágenes los núcleos significantes y los grandes centros de gravedad y atracción de la civilización moderna”. En este sentido, se refirió a la noción de pathosformel (fórmula patética), definido como “conglomerado de formas representativas y significantes, históricamente determinado en el momento de su primera síntesis, que refuerza la comprensión del sentido de lo representado mediante la inducción de un campo afectivo donde se desenvuelven las emociones precisas y bipolares que una cultura subraya como experiencia básica de la vida social”.
Burucúa explicó que cada pathosformel se transmite a lo largo de generaciones que construyen progresivamente un horizonte de civilización, atravesando etapas de latencia, recuperación, apropiaciones entusiastas y metamorfosis. “En el Atlas Mnemosyne aparece en el centro la figura de la ninfa, y se insinúa el camino hacia el descubrimiento y análisis de otras pathosformel, por ejemplo la del héroe que mata a un animal o a un monstruo, en el momento de su máximo empeño”, manifestó. La ninfa es un personaje de la vieja cultura del Mediterráneo, que reapareció en las artes de finales del 1400. A lo largo del encuentro, Burucúa mostró y analizó diferentes imágenes en las que aparecen esta y otras figuras. “Mnemosyne quiere ser un atlas icónico de la civilización europea, recibiendo el legado de la civilización antigua en esta relación dialéctica, conflictiva, pero también creando quizás pathosformel nuevas”, aseguró.
El especialista en historia del arte y la cultura expresó que la condición de posibilidad de estas figuras es la existencia del Denkraum o espacio del pensar: “la distancia psíquica que los seres humanos imponemos entre nosotros y los objetos del mundo con el propósito de conocer el daño o el provecho que ellos pueden infringirse u otorgarnos, para luego evitarlos, conjurarlos o convertirlos en instrumentos de nuestra acción sobre la realidad circundante”. Burucúa se refirió a los umbrales mágico y lógico y aseguró que ambas distancias del pensamiento coexistieron desde la prehistoria más lejana, y transmutadas, continúan haciéndolo.
Al final de la actividad, investigadorxs del LICH-EH conversaron con Burucúa acerca del Atlas del futuro, interrogándose por las formas en las que fue y es imaginado el futuro y dialogando acerca de los trayectos que recorren ciertas figuras, los modos en los que el pasado es invocado y reinventado, y los vínculos entre imágenes, textos e historia. Con respecto al PUE del LICH-EH, Burucúa aseguró: “Me parece un proyecto extraordinario, que puede tener una gran resonancia”.
Aby Warburg, futuro, LICH PUE, Transdisciplina