Más de cien referentes e instituciones reconocidas en la materia suscribieron el contenido de este nuevo documento, que incluye trece propuestas para recuperar el trabajo de calidad en la Argentina. La presentación será el martes 16 de julio a las 18 en el Hotel Castelar (CABA).
En nuestro país, unx de cada dos trabajadorxs está desocupadx o tiene un empleo precario. Esta situación es el resultado de problemas estructurales de larga data que fueron agravados durante la gestión de Cambiemos.
El desempleo ha vuelto a superar el 10 % y la informalidad y el trabajo por cuenta propia explican casi toda la generación de empleo que hubo desde diciembre de 2015 hasta hoy.
En este contexto, un grupo de investigadorxs y especialistas en relaciones laborales conformó un ámbito de discusión en el marco de la Fundación Friedrich Ebert Argentina, con el objetivo de elaborar un diagnóstico que permitiera identificar las principales variables del complejo escenario que hoy se observa en el mercado de trabajo.
A partir de esa evaluación —realizada a lo largo de nueve meses— se elaboró la Agenda Urgente para una Sociedad de Trabajo, un conjunto de propuestas concretas que, se espera, contribuyan a solucionar algunas de las dificultades principales del mundo del trabajo.
El documento incluye un diagnóstico sobre la situación laboral en nuestro país y 13 propuestas concretas y detalladas para colocar el trabajo de calidad en el centro de las políticas públicas.
Los autores del documento son Damián Ledesma, Jazmín Castaño y Marina Salzman, del Centro de Estudios Atenea; Carlos Tomada, Diego Schleser, Cecilia Todesca Bocco, Matías Maito y Beatriz Cappelletti, del Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD-IDAES-UNSAM); Mariana González, del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA); Emiliano Bisaro, Mara Ruiz Malec, Ariel Lieutier y Nicolás Segal, del Instituto de Trabajo y Economía (ITE-GA); Mariana Fernández Massi, del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (OCEPP); y los especialistas Luis Castillo Marín, Sebastián Etchemendy, Héctor Palomino, Mónica Sladogna y David Trajtemberg.
Presentación: Martes 16 de julio a las 18 en el Hotel Castelar (Av. de Mayo 1152, CABA).
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Imaginemos una situación futura, el Conicet o alguna otra organización científica, inventa una fábrica que mediante clonado y/o fertilizaciones asistidas, se deposita un poroto de soja por un lado y por el otro salen vacas, chanchos, pollos, huevos, harinas, etc., todos los alimentos hoy conocidos. Aparece un vivo con dinero, compra la patente pero al poco tiempo se funde. Lo que pasaría es que solo le puede vender al tipo encargado que poner el poroto de soja, a la postre, el único trabajador que quedo. Esto se denomina el “mal de Holanda”. Hace unos años en los Paises Bajos descubrieron gas, y estructuraron toda su economía para producir y exportar gas. En pocos años se llenaron de desocupados y solo andaban bien los pocos que trabajaban en las exportadoras de gas.
No sé qué hizo Holanda para remediar eso, pero sí sé que hizo Alemania, con la “populista” Merkel a la cabeza, para bajar el desempleo y ser la locomotora de Europa. Al caer el muro de Berlín, estaban desocupados casi todos los el Este. Lo que hicieron fue bajar la carga laboral semanal, de 44 horas, como es acá ahora, a 36 horas semanales. Actualmente, el gremio metalúrgico Alemán, el más numeroso, obtuvo 28 horas semanales, y pleno empleo en ese gremio.
Es un hecho que la tecnología reemplaza mano de obra, es decir, genera desempleo.
También es un hecho que los puestos de trabajo son escasos, Juan Domingo Perón en el año 1972 dijo que si en una sociedad no se crean puestos de trabajo, esta se torna ingobernable.
Entonces no me parece que los empresarios pretendan una reforma laboral, que entre otras cosas, nos obligue a trabajar los domingos. La tecnología debe ayudar al ser humano, no competirle y dejarlo sin puestos de trabajo.
Si quieren reforma laboral, el argumento seria, miremos lo que hizo Alemania no a Burundi. Modernicemos las relaciones laborales como hicieron los países desarrollados. Nos van a decir “si, pero Alemania hace el Audi y el Mercedes Benz”, sepan que en Argentina es el único país que fabrica la Amaroc, por ejemplo.
Saludos
Gustavo Mehtce
CABA