A 42 años del golpe cívico-militar en la Argentina, la directora del Centro de Estudios sobre Democratización y Derechos Humanos (CEDEHU) de la Escuela de Humanidades, Graciela Di Marco, reflexiona y contextualiza las acciones de los movimientos sociales en la lucha por la justicia y la memoria.
Hace 42 años se instauró en la Argentina la última dictadura cívico-militar que socavó las libertades y sometió al país al terror de Estado. El gobierno de facto impuso un régimen de tortura, desapariciones y muerte.
Hoy y siempre se honra a los que no están y se reflexiona en forma activa e intergeneracional sobre los crímenes más horrendos perpetrados por el Estado argentino. Mediante la apelación al “Nunca más” y con la denuncia a las violaciones de los derechos humanos, se exige que esos hechos no vuelvan a suceder.
La historia nos trae algunos puntos centrales en la lucha por los derechos humanos, que distinguen la Argentina del resto de los países de América Latina. Con el retorno a la democracia en 1983, el Gobierno puso en marcha un juicio a las Juntas Militares que culminó con la condena de sus integrantes. La Ley de Amnistía del Gobierno militar fue revocada.
Más tarde, se dictaron las leyes de Punto Final (1986) y de Obediencia Debida (1987) y se emitieron decretos para los indultos (1989-1990). En 2003, el Congreso declaró la nulidad de dichas normativas y, en 2005, la Corte Suprema fijó la inconstitucionalidad de las leyes de amnistía, con lo que se puso fin a muchos años de impunidad. De ese modo, a fines de 1990 se aceleraron los juicios por la verdad y la justicia impulsados por las Madres de Plaza de Mayo y otras organizaciones de derechos humanos. Si bien se trató de un proceso lento, entre 2006 y 2017 se dictaron 201 sentencias en las que se condenó a 864 personas por delitos de lesa humanidad y se absolvió a 109.
De ese modo, se logró el reconocimiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura quedando incluidos como mecanismos de tortura las violaciones y los abusos sexuales cometidos en forma sistemática contra las mujeres en los centros clandestinos de detención, lo que puso un freno a su prescripción.
En la lucha por la preservación de la memoria y en los reclamos de verdad y justicia, los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil son centrales. La cultura de los derechos humanos —identitaria de la sociedad argentina— hace del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia un elemento central para la práctica de la construcción del presente.
La fecha evoca a los 30 mil desaparecidxs, pero también a sus madres, a sus hijxs y a los nietxs que aún no han recobrado su identidad. Clama por Julio López y por Luciano Arruga, y por otros desaparecidos en democracia; alerta sobre las violaciones a los derechos humanos que hoy se cometen en los planos político, económico y social; y enuncia a las nuevas víctimas, que no deben caer en el olvido o en la indiferencia, como Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.
Fuentes:
Cedehu, Derechos Humanos, Dictadura CA�vico Militar, movimientos sociales, sociedad civil