CEDINCI, home

17 años del Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas

Karina Jannello, responsable de la Biblioteca-Hemeroteca, reflexiona en esta columna sobre un nuevo aniversario del CeDInCI en la Argentina, el mayor centro de América Latina y que desde 2010 forma parte de la UNSAM.

Un lunes como hoy, 6 de abril del año 1998, el CeDInCI abría las puertas de su primera sede, en la calle Sarmiento 3433 del barrio del Abasto. Su patrimonio estaba constituido mayoritariamente por un archivo inicial reunido por Horacio Tarcus al que se había sumado la biblioteca, la hemeroteca y el archivo reunidos durante décadas por José Paniale, un antiguo militante del mítico Grupo Insurrexit, y unos trescientos libros que pertenecieron a la biblioteca de Cayetano Córdova Iturburu, donados por su hijo Fernando.

El acervo contaba entonces con apenas 400 colecciones de revistas literarias nacionales, 300 publicaciones políticas argentinas y 200 político-culturales extranjeras; 450 títulos de periódicos políticos argentinos, mil folletos y dos mil libros. A esto se sumaban unas 40 cajas de archivo con recortes de prensa clasificados temáticamente, centenares de volantes políticos, y algunas decenas de fotografías y afiches políticos. Por modesto que fuese ese patrimonio, era el único espacio donde podía consultarse. Y así lo comprobamos, cuando el lunes 6 de abril comenzaron a llegar los primeros lectores.

Cedinci III

Horacio Tarcus, director del CeDInCI

El día de su inauguración, el viernes 3 de abril, más de doscientas personas colmaron el patio de la vieja casona del Abasto. Algunos incluso debieron esperar un buen rato en la puerta para poder ingresar.

Entre los asistentes se encontraron tres generaciones, hombres y mujeres de las más diversas corrientes de la vida intelectual y política argentina, como David Viñas, Juan José Sebreli, José Luis Mangieri, Eduardo Grüner, Eduardo Anguita, Ricardo Napurí, Luis Mattini, María del Carmen Feijóo, Emilio Corbière, Abel Alexis Lattendorf, Nicolás Iñigo Carrera, Maristella Svampa, Ezequiel Adamovsky, Martín Bergel y María Cristina Tortti, entre tantos otros. Algunos de ellos eran viejos militantes, que traían consigo sus folletos para donar y su voluntad de testimoniar una vida de lucha, como Ariel Badaracco, Alfredo Alonso y Manuel Fossa.

Al ingresar a la casa, se podía leer en el hall de entrada un enorme cartel que decía: “Recuerde: no tire sus publicaciones políticas o culturales, ni las deje abandonadas en un rincón olvidado de su casa”.

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Cedinci IV

Nota actualizada el 6 de abril de 2015

Un comentario

  1. Alberto Amanzo dice:

    Buen aniversario, tarea ejemplar la de Uds. digno a ser imitado.

    Abrazos

    ALberto

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