Instituto de Investigaciones Biotecnológicas, Notas de tapa
La investigación que Ricardo Dewey, profesor adjunto de la cátedra Biología Molecular, lleva adelante en Chascomús fue una de las elegidas por la convocatoria “Diálogo entre las Ciencias” que promueve el trabajo transdisciplinario. Junto a una abogada y a un historiador, intenta democratizar el uso de la sangre del cordón umbilical.
Por Dolores Caviglia – Fotos: Verónica D´Alia / Equipo de Comunicación UNSAM
De San Martín hasta Chascomús hay más de 150 kilómetros. Esa es la distancia que separa a las dos sedes del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas “Dr. Rodolfo A. Ugalde” de UNSAM-CONICET. Pero las localidades no son la única diferencia entre estos dos centros. El espacio verde, los animales, el silencio de los alrededores y la cercanía de la laguna hacen del edificio blanco, bajo y ancho de Chascomús un lugar ideal para la formación de científicos de primer nivel.
Ricardo Dewey trabaja allí. Es doctor en Ciencias Naturales, licenciado en Biología y hace 12 años que investiga células madre. En 1996 abandonó la Argentina para instalarse en Londres y dedicarse a la terapia génica. Se quedó cinco años. Después sintió la necesidad de acercar esta terapia al paciente a través de las células madre, por lo que volvió a armar sus valijas y llegó a Hannover, Alemania, donde se dedicó a las células madre hematopoyéticas, que se encuentran en la médula ósea y tienen la capacidad de convertirse en todas las células de la sangre. Se quedó allí seis años, hasta que en 2007 pensó que ya era tiempo de volver a casa. Aquí trabaja con otro tipo de células madre que también se encuentran en la médula ósea: las células madre mesenquimales, que a diferencia de las primeras tienen la capacidad de convertirse en hueso, cartílago y grasa, y de poder sustentar el crecimiento de las células madre hematopoyéticas.
Hoy Dewey es director del Laboratorio de Terapia Génica y Células Madre del IIB-INTECH, investigador adjunto del CONICET y profesor de la UNSAM. Cuando el año pasado la Secretaría de Investigación de la Universidad abrió la convocatoria al “Diálogo entre las Ciencias”, para financiar investigaciones abordadas desde un punto transdisciplinario, pensó que era un buen momento para llevar a la práctica un proyecto en el cual venía pensando desde hacía mucho: la democratización de la utilización terapéutica de las células madre de cordón umbilical. Inmediatamente se le vinieron a la cabeza dos nombres: el de la doctora en Ciencias Jurídicas Marisa Miranda y el del doctor en Historia Gustavo Vallejo, a quienes conocía pero con quienes nunca había trabajado. Les presentó su idea y se ganó el entusiasmo de ambos en segundos.
Ahora que la investigación obtuvo el segundo puesto y será financiada con 200.000 pesos, los tres aseguran que buscarán que cada vez más gente pueda tratarse con esta metodología.
¿Qué son y para qué sirven las células madre?
Ricardo Dewey: Son células del cuerpo que no están especializadas, no cumplen una función. Tienen una doble capacidad, pueden multiplicarse y convertirse en más células madre o bajo determinados señales pueden transformarse en una célula diferenciada con una función específica.
Hay varios tipos de células madres, pese a que la mayoría de las veces se habla de una célula universal. Hay una división primera: las que están en el embrión y las que tienen los adultos como reservorio, que son las encargadas de mantener al órgano con una función estable. En el corazón, en el cerebro, en el intestino y hasta en la grasa tenemos células madre.
¿Cuál es la diferencia entre células madre embrionarias y células madre adultas?
Ricardo Dewey: Las células madre embrionarias pueden convertirse en todas las células del cuerpo. Las células madre adultas tienen un potencial más definido respecto a las embrionarias. Entre estas últimas se encuentran las células madre hematopoyéticas de la médula ósea, que pueden convertirse en glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. Célula madre adultas no significa que sólo estén en el adulto, quiere decir que son no especializadas en un entorno celular de células especializadas. Por lo tanto las células madre y progenitores hematopoyéticos que se obtienen del cordón umbilical corresponden a esta última categoría. En los últimos años hay una tendencia a usar más sangre del cordón umbilical en trasplantes para el tratamiento de enfermedades hematológicas. Esto se debe a que las células madre hematopoyéticas del cordón umbilical son menos diferenciadas que las de la médula ósea. Por ejemplo, para el trasplante tradicional alogénico de médula ósea tiene que haber una compatibilidad de seis moléculas entre donante y receptor para que haya éxito en el injerto. Al utilizar sangre del cordón, la compatibilidad necesaria es de cuatro sobre seis, por lo que las chances de éxito son más altas. Además de esta manera más gente tiene la posibilidad de utilizar una misma unidad de sangre de cordón umbilical.
¿Qué inconvenientes puede presentar la sangre del cordón umbilical?
Ricardo Dewey: El problema es que esta sangre sólo puede obtenerse en un momento de la vida, tras el parto. Además se saca un determinado volumen, una cantidad restringida de sangre. Del total de células nucleadas del cordón umbilical, alrededor del 1% son células madre y progenitores hematopoyéticos. Lo ideal sería contar con métodos apropiados para la multiplicación in vitro de estas últimas. Y el problema es que estas células no son fáciles de multiplicar in vitro, se necesitan reconstruir ciertas condiciones para hacerlo. Y no se sabe completamente cuáles son esas condiciones. Con este proyecto intentamos identificar mediante modificación genética de células de soporte, las condiciones apropiadas para que se produzcan más factores de crecimiento y así se ayude a multiplicar las células del cordón umbilical.
Luego del parto las células se guardan en bancos de sangre de cordón umbilical públicos o privados, que se encargan de su mantenimiento. ¿Cómo funcionan?
Gustavo Vallejo: Los bancos públicos no tienen fines de lucro y son gratuitos para cualquier persona que lo necesite, el donante no tiene el control sobre su sangre sino que pone a disposición su muestra para que pueda ser utilizada por cualquier persona en cualquier lugar. Integran una red internacional por medio de la cual están en contacto permanente. Si la compatibilidad de un paciente está en sangre almacenada en Alemania, desde allí la mandan. El costo de traslado es justamente un problema para este tipo de bancos. Asimismo la imposibilidad de obtener muestras de determinados grupos étnicos, como los tobas o los mapuches, es una dificultad a la que se debe hacer frente. En los bancos públicos es necesario que haya una representación más amplia.
Ricardo Dewey: Los bancos privados tienen fines de lucro. Cobran alrededor de mil dólares la extracción de sangre tras el parto y luego cien dólares al año por el mantenimiento. Su publicidad está dirigida a la gente que tiene dinero. Además basan su estrategia en el trasplante autólogo, es decir del propio donante. Pero lo que no explican es que la muestra no sirve ni para el adolescente ni para el adulto. Te venden un servicio pero no te cuentan que la utilización va a ser prácticamente nula, dado que va a servir hasta que uno pese 6 o 7 kilos. Entonces para tratar a un adulto es necesaria la interacción con el banco público, que puede ofrecer otra muestra para poder unirla y tratar a una persona más grande. Los bancos privados venden un uso potencial para un montón de enfermedades que ni siquiera saben si van a poder curar con esas células.
Gustavo Vallejo: El trasfondo de esta situación tiene que ver con una mirada social que trasciende este caso y que ubica a lo público y a lo privado en la misma disyuntiva que se instala en otros órdenes de la vida. Pero acá salta a la luz una paradoja curiosa. Los bancos privados se presentan como eficientes y los custodios de la vida de tu hijo, pero el uso autológico sirve por poco tiempo y para pocas enfermedades. Además la cuestión de guardar la sangre propia va en contra de la posibilidad de resolver mayores problemas. Al tener mayor cantidad de muestras, el banco público tiene mayor posibilidad de respuesta.
¿Cómo es la situación legal en la Argentina?
Marisa Miranda: No existe una ley al respecto, por lo que se aplica analógicamente -es decir por similitud- la ley de sangre, la ley de trasplante. Pero en derecho sabemos que toda aplicación analógica puede tener problemas porque se busca lo más parecido pero no el marco normativo necesario. No existe una ley que trabaje el tema de las células madre del cordón umbilical. Hay resoluciones del INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante), algunas con más suerte en Tribunales que otras.
Sí hay legislación al respecto en otros países, como Alemania, España y los Estados Unidos, que trataremos de analizar críticamente para ver qué cosas pueden ser útiles dentro de nuestro esquema institucional. En la Argentina tenemos complejidades técnicas al legislar, que son las facultades nación-provincia, algo propio de un sistema federal. Todo esto complejiza la traspolación de una ley de estado unitario, como el alemán. Por todo esto, estamos en una etapa exploratoria de derecho comparado.
¿Cuál es el objetivo principal del proyecto?
Ricardo Dewey: Nuestro objetivo es la democratización del uso de la sangre del cordón umbilical, de los progenitores hematopoyéticos. ¿A qué vamos con democratización? A que la sangre de cordón umbilical pueda ser utilizada cada más por más gente, que no se quede en grupos pequeños. Que pueda llegar lo más profundamente posible a todos los actores de la sociedad, cubriendo todos los grupos étnicos. Además buscamos que se puedan multiplicar las células in vitro, lo que también ayudaría a lograr una accesibilidad más amplia, que sirva también para adolescentes y adultos.
Gustavo Vallejo: Queremos detectar los problemas, las fisuras en la posibilidad de un mayor acceso para presentarlas y que sean tomadas como un aporte científico en los distintos órdenes.
Marisa Miranda: Una de las máximas pretensiones del proyecto es llevar la investigación a la información pública.
Ricardo Dewey: Tenemos que llevarlo a la gente, esta es otra manera de democratizarlo.
Apoyemos ha este grupo de investigadores a realizar su proyecto SALUDOS y mucho ÉXITO
Oh! Conocí a este señor en la Plata! No sé si es el mismo me pareció que podía resolverme un problema de salud congenito, estuve hablando con é, podría alguien facilitarme su email, insisto, no sé si es el mismo, está muy cambiado o muy desmejorado. Gracias a quién pueda ayudarme, un abrazo,
Le mandamos tu correo electrónico.
Saludos!
estimado dr. ricardo dewey y seres de la Unsam
Padezco una discopatia degenerativa artrosica de columna y condromalacia rotuliana. Cada dia se me hace mas dificil moverme y ya no me queda a quien recurrir.
Me he comunicado con investigadores españoles, ingleses e incluso un especialista irani, incucai y el instituo leloir, sin tener mas respuesta que la del investigador español y trabas por parte de la legislacion argentina.
Creo en esta terapia y estoy seguro que podria aliviar mis sintomas y mejorar mi calidad de vida, sin acudir a la fusion vertebral y protesis en mi cuerpo,
Tengo 39 años y una vida muy activa, solo oscurecida por mi enfermedad. Es mi deseo someterme a una terapia con celulas madre en la rodilla y columna.
agradeceria ponerse en contacto conmigo
damian
DNI 23487300
puerto madryn
chubut
cel.:0280 154514629