Por Yamil Ezequiel Masip, doctor en Biología Molecular por la EByN-UNSAM. Fotos: Pablo Carrera Oser

Buenas tardes a todos.

Soy Yamil Ezequiel Masip. Viví prácticamente toda mi vida en el partido de San Martín. En esta ciudad están mis raíces: acá viven mis abuelos, mis padres y yo mismo crecí a menos de veinte cuadras de este campus. Fue en San Martín donde transité toda mi educación, desde el jardín de infantes hasta este doctorado que hoy celebramos. Para mí, el impacto transformador de esta universidad en el barrio es innegable. Al igual que otras universidades públicas del Gran Buenos Aires, la Universidad Nacional de San Martín no solo se dedica a brindar educación superior: también asume un compromiso profundo con su entorno. Es una institución que entiende la importancia de mirar hacia adentro, de construir conocimiento que responda a las necesidades locales y de ser un puente de oportunidades para toda su comunidad.

Desde chico, mi mamá siempre me dijo que el estudio abre puertas. Crecí en un contexto donde la universidad pública era mi única opción para seguir formándome después del colegio. Al revisar mi propia historia, puedo ver cuántas puertas se han abierto desde entonces. Si comparo las circunstancias en las que comencé este camino con la realidad que vivo hoy, encuentro en la universidad pública una herramienta fundamental de movilidad social ascendente. Por eso, es innegable la importancia de la educación superior pública para los trabajadores y sus hijos.

Transité mi Licenciatura en Biotecnología con algunas dudas sobre qué me depararía el futuro. Sin embargo, hacia el final de la carrera comenzaron a abrirse algunas puertas, y tuve la oportunidad de ingresar al laboratorio de la doctora Tekiel en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas, ubicado en este campus.

Luego de obtener mi licenciatura, y motivado por los resultados de mi tesina de grado, decidí iniciar el Doctorado en Biología Molecular y Biotecnología en este mismo laboratorio. Mi tesis de doctorado se centró principalmente en el diseño y caracterización de un candidato vacunal contra Trypanosoma cruzi, el parásito causante de la enfermedad de Chagas. Esta enfermedad es endémica en América Latina; en particular, nuestro país es uno de los más afectados.

En Argentina, la enfermedad de Chagas no solo representa un serio problema de salud pública, afectando especialmente a la población más vulnerable del norte del país, sino que también genera pérdidas económicas significativas. Estos costos provienen tanto del tratamiento como de la disminución de las horas de trabajo debido a los síntomas de la enfermedad.

Hasta la fecha, no existe una vacuna aprobada contra la infección por Trypanosoma cruzi, un desarrollo que sería fundamental para nuestro país desde una perspectiva social, sanitaria y económica. Sin embargo, al ser una enfermedad que afecta principalmente a poblaciones marginadas en países en desarrollo, históricamente ha recibido poco interés por parte del financiamiento privado. El desarrollo de esta vacuna implica una gran inversión inicial, lo que hace incierta su viabilidad en términos financieros. En este sentido, considero fundamental la inversión pública y la presencia del estado en desarrollos científico-tecnológicos que busquen soluciones a los problemas nacionales que son poco atractivos para la lógica del mercado.

En particular, durante mi tesis doctoral avanzamos en la comprensión de la funcionalidad y la capacidad protectiva de nuevos factores de virulencia de Trypanosoma cruzi. En este trabajo diseñamos un candidato vacunal utilizando una formulación novedosa, que permite inducir una respuesta inmune completa y específica. En animales de laboratorio, esta respuesta permitió controlar la infección por el parásito, disminuyendo en más del 90 % la tasa de mortalidad. Hacia el final de mi tesis, comenzamos a investigar la efectividad a largo plazo de este esquema y a explorar nuevos antígenos que permitan optimizarlo. De esta manera, los resultados obtenidos en mi tesis doctoral validan el potencial  de nuestro candidato vacunal en esquemas de inmunización y desafío con Trypanosoma cruzi.

Todos los que hemos atravesado el desafío de un doctorado sabemos que no es solo una cuestión de esfuerzo individual. Es un camino lleno de sacrificios, dudas y momentos de incertidumbre, donde el apoyo y la colaboración resultan fundamentales. A lo largo de mi formación como doctor, tuve el privilegio de encontrar personas excepcionales que, con su generosidad, conocimiento y amistad, hicieron que este trayecto fuera mucho más llevadero. Sin ellas, a quienes agradezco profundamente, no habría sido posible llegar hasta acá.

Al igual que ocurrió con mi carrera de grado, al completar mis estudios como doctor se abrieron nuevas puertas. Esta vez, decidí aceptar una posición en el ámbito privado. Así, mi formación en la educación superior pública argentina me permitió insertarme en el sector productivo. Una vez más, la universidad pública se mostró para mí, que estaba lejos de ser hijo de la clase acomodada, como una verdadera garantía de movilidad social y económica ascendente.

Para terminar, no tengo más que agradecer a la Universidad Nacional de San Martín por haberme permitido ser parte de su comunidad durante los últimos doce años, por brindarme la oportunidad de estudiar, ejercer la docencia, trabajar y llevar adelante mi investigación. Creo firmemente que nuestro compromiso como graduados radica en seguir defendiendo un modelo de universidad pública inclusiva, transparente y democrática, para que todos los ciudadanos que elijan esta casa de estudios puedan encontrar en ella la clave para soñar con su desarrollo profesional y personal, sin importar su origen. Deseo firmemente que cada uno de nosotros, como egresados, sea un testimonio vivo de que la educación pública puede transformar vidas y construir futuros, abriendo puertas que antes parecían inalcanzables.

Muchas gracias.

Todas las fotos del evento, acá.