En el marco del doctorado en Ciencias Humanas de la Escuela de Humanidades dictará próximamente el seminario “Mujeres en el pensamiento contemporáneo. Una reflexión sobre la mirada y la voz”. La propuesta, a cargo de la investigadora del LICH-EH, se centra en la producción conceptual de Simone de Beauvoir, Simone Weil, Hannah Arendt, Elettra Stimilli y Adriana Cavarero. 

En esta entrevista, Serratore se refiere al lugar que ocupan estas cinco intelectuales que resultan fundamentales para la reflexión de posguerra sobre la conquista de espacios propios y la naturalización de las tareas de cuidado en detrimento de los derechos económicos y políticos de las mujeres.

¿Que tienen en común las cinco mujeres que eligieron para dictar este seminario?

El seminario tiene la intención de visibilizar en el ámbito académico la producción conceptual de cinco mujeres que ocupan un lugar fundamental en el pensamiento de nuestros días. Sin la necesidad de ser específicamente feministas o de reflexionar acerca de su lugar de mujer, lo que se busca en este espacio académico es proponer una serie conformada por mujeres cuya temática en común es el pensamiento político sobre quienes no tienen voz y sobre quienes no se ha posado la mirada. Las cinco mujeres están situadas en contextos de producción diversos, pero decimos que se inscriben en el marco de tiempo que se extiende entre la Primera Guerra Mundial y nuestros días.

¿Cuál es la importancia del pensamiento de estas mujeres para las Humanidades?

Nos ocuparemos del pensamiento contemporáneo de cinco mujeres cuyo objetivo es el diagnóstico de su tiempo y una propuesta de salida, haciendo especial hincapié en quienes no encuentran ni una voz ni una mirada atenta a sus sufrimientos.

¿En qué consiste pensar a “la mujer como nuevo sujeto disruptivo en el contexto neoliberal”?

Simone de Beauvoir en 1949 había hecho hincapié en que las mujeres somos, al menos, la mitad de la humanidad y, sin embargo, no hemos podido construir un colectivo tal como lo han hecho, por ejemplo, los proletarios. De ahí que de Beauvoir ponga el acento en la urgencia de la construcción de un sujeto plural, “nosotras”, para avanzar en la conquista de nuestros derechos a la igualdad no sólo política, como en el caso del sufragio, sino también económica e histórica. En nuestros días, Elettra Stimilli analiza el lugar de la mujer en el corazón del contexto neoliberal y sugiere que somos aquella “variable” que podría echar por tierra el modelo económico actual. En efecto, el neoliberalismo se apoya fundamentalmente en la idea de que a cada trabajo le corresponde un estipendio, es más, se apoya en la construcción de cada individuo como empresario de sí. De ese modo, las mujeres encargadas de las tareas del cuidado de los menores y mayores de nuestras familias, de los enfermos, de los que no tienen voz y no son mirados, podríamos pretender una remuneración a cambio de nuestras tareas si dejáramos de naturalizarlas. Stimilli sostiene que el sistema neoliberal funciona en la medida en que las mujeres no nos movamos del sitio en el que el mismo neoliberalismo patriarcal nos ha ubicado y las sugerencias de Stimilli de apropiarnos de las tareas de cuidado como trabajo y acción política, entendido en el sentido arendtiano del término.

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