Instituto Sabato, Notas de tapa
Jorge Sabato murió el 16 de noviembre de 1983, cuando faltaban pocas semanas para el retorno a la democracia y su asunción al frente de la Secretaría de Ciencia y Técnica del gobierno de Raúl Alfonsín. A tres décadas de su partida y en el marco del vigésimo aniversario de la creación del Instituto Sabato, la UNSAM lo recuerda y homenajea -a través de la agencia TSS- con la reproducción de este artículo de 1971, publicado en la revista Ciencia Nueva poco después de haber sido nombrado presidente de SEGBA y en el que explicaba los obstáculos en su intento de crear la empresa ENIDE (Empresa Nacional de Investigación y Desarrollo Eléctrico).
Por Jorge Sabato. Fuente: TSS. Publicación original: Ciencia Nueva, Nº 11 (1971, págs. 12‑13).
La historia de ENIDE es una verdadera “comedia de equívocos” que se inicia con un malentendido acerca del nombre: los dos matutinos de mayor prestigio del país –que como todo el mundo sabe son La Nación y La Prensa– publicaron un mismo día, en sus páginas uno, artículos en los que se referían a ENIDE como “Empresa Nacional de Ingeniería y Desarrollo” y en los que se decía que se dedicaría fundamentalmente a realizar trabajos de consultoría y de ingeniería en el campo de proyectos de electrificación.
Ambas informaciones son incorrectas: ENIDE quiere decir Empresa Nacional de Investigación y Desarrollo Eléctrico y no se va a ocupar de la electrificación de diversas zonas del país sino que se va a dedicar a promover la producción de tecnología eléctrica argentina.
Ambos diarios publicaron luego aclaraciones, pero ya no en la primera página, a pesar de que fueron hechas públicamente por el Secretario de Estado de Energía y que la primera información era anónima y había llegado a las redacciones en sobres sin remitente ni responsable… a pesar de lo cual se precipitaron a publicarla en primera plana.
ENIDE nace así en medio de una confusión que como todas, es una mezcla de ignorancia e intereses. Veamos entonces qué es ENIDE, qué no es ENIDE y de ese análisis deduciremos las dosis de ignorancia e intereses que intervienen en esa confusión.
El artículo cuarto del Estatuto de ENIDE establece con toda claridad que ENIDE tiene por objeto “producir, distribuir, vender, comprar, exportar, importar e intercambiar conocimiento técnico-científico en el campo de la energía eléctrica”. Hay otros aspectos, pero éste es el más importante; es decir que es la primera vez que se trata al conocimiento técnico–científico –lo que los ingleses llaman know-how– como lo que es: una mercancía.
Bell Telephone Laboratory Circa 1970, referencia de J. Sabato como “fábricas de tecnología” a reproducir en el país.
Bell Telephone Laboratory Circa 1970, referencia de J. Sabato como “fábricas de tecnología” a reproducir en el país.
ENIDE es la consecuencia de tratar de manejar el problema de la producción de tecnología en el país no ya como derivado espontáneo de la producción de conocimientos, sino como un objetivo específico del sistema económico.
En la Argentina hace mucho tiempo que se discute cómo aumentar la autonomía tecnológica del país, cómo disminuir la dependencia, se ha hablado y escrito mucho, pero tengo la impresión personal que los planes propuestos tienden a hacer aumentar la producción de conocimientos pero no a mejorar nuestra capacidad tecnológica, ya que si bien el conocimiento es un insumo de la tecnología, no es el único. Por lo tanto podemos aumentar la producción de conocimientos, invirtiendo en becas, laboratorios, etc., pero no la de tecnología.
Hay que darse cuenta que esta mercancía que es la tecnología, debe producirse, manejarse, comercializarse y financiarse como tal.
Ahora bien, si es una mercancía, ¿dónde se produce? En las “fábricas de tecnología” que es el nombre prosaico que reciben los laboratorios de investigación de las firmas industriales y creo que el mejor ejemplo mundial es el Bell Telephone Laboratory, organizado como laboratorio pero con la diferencia que si un laboratorio normal de investigación se dedica sólo a producir conocimiento y le interesa el conocimiento per se al B.T.L. le interesa el conocimiento para algo muy preciso: para venderlo. Es decir que el B.T.L. produce conocimiento que a su vez produce dinero (lo que permite aumentar la producción de conocimiento) y, además, premios Nobel, lo que a pesar de que mucha gente crea lo contrario, no es contradictorio.
Pero no es el único ejemplo, ya que todos los laboratorios de investigación de las grandes empresas europeas o norteamericanas son fábricas de tecnología: Philips (que tiene los laboratorios de investigación más grandes de Europa), Siemens, etc.
La creación de ENIDE lleva a la concreción de la primera empresa del país destinada explícitamente a fabricar tecnología, lo que no quiere decir que no haya otros grupos que ya lo hacen, por ejemplo, el grupo de investigación y desarrollo de FATE (que ya desembocó en la producción de una calculadora argentina) o el grupo de metalurgia en la Comisión Nacional de Energía Atómica en lo que se refiere a elementos combustibles.
ENIDE tiene dos objetivos: uno, específico, de producir y comercializar tecnología eléctrica y otro, general, de servir de modelo de demostración, que permita organizar otras fábricas de tecnología en otros sectores. Si los argentinos se dan cuenta que ésta es la forma de entrar en el negocio de la tecnología creo que en los próximos años se darán pasos muy importantes en el camino del desarrollo y la independencia tecnológica.
Se ha querido ver en ENIDE un nuevo laboratorio de investigación: ENIDE podrá tener uno o varios laboratorios de investigación, ya que como necesita producir conocimiento si no se lo produce otro, tendrá que hacerlo ella misma, pero fundamentalmente utilizará laboratorios ajenos, ya que usa conocimiento para transformarlo en mercancía; es decir, ENIDE no es un laboratorio.
Otros han querido ver en ENIDE una gran empresa estatal de consultoría, que no sólo competiría sino que desplazaría a las empresas consultoras privadas: ENIDE no será una empresa consultora y es fácil entender por qué: como he dicho varias veces ENIDE producirá tecnología, mientras que las empresas consultoras no generan tecnología, sino que la utilizan, es decir, que ENIDE será el complemento natural de la consultoría privada argentina.
Debemos ver claramente que sin ENIDE –o futuras empresas semejantes– las empresas consultoras no serán más que agentes de comercio de tecnología importada, puesto que como no la producen, y la necesitan, entonces la importarán. Hay que esperar un feliz matrimonio entre ENIDE y los consultores.
Hay consultores a los que estas explicaciones les parecen extrañas e incomprensibles, creo que lo que sucede es que la importación de tecnología se ha convertido en un hábito tan corriente que ya no vemos cómo se produce el proceso. Por otra parte a otra gente le parece utópico que Argentina deje de importarla porque, si bien lo alcanzan a reconocer, en el fondo del alma les cuesta superar un pasado de dependencia.
Decía que ha habido publicaciones confusas sobre ENIDE, debo reconocer que ha habido otras claras (por ejemplo, La Opinión recogió sin deformar la información), pero lo que es más claro es el total silencio de los científicos, siendo ellos, los productores de conocimiento, los más indicados para defender la idea.
Me paso la vida leyendo artículos sobre la alienación de los científicos y cómo los científicos deben integrarse al desarrollo nacional; incluso en el número 10 de Ciencia Nueva un grupo muy activo de jóvenes ha publicado un trabajo muy agudo sobre el problema de ciencia dependiente, con una posición muy revolucionaria y con una bibliografía muy curiosa: un texto de un físico que no vive en la Argentina desde hace varios años –me han dicho que ha hecho en el extranjero una carrera muy brillante en física teórica pero parece opinar que en la Argentina no se puede hacer nada, es un exiliado–. El otro es un matemático brillante que esporádicamente vive en la Argentina pero encuentra que los organismos internacionales son el mejor lugar para obtener fondos para sus actividades en la Argentina.
La mayor parte de estos artículos parecen escritos fuera de la realidad, ya que cuando surge un proyecto como el de ENIDE que necesita tanto apoyo, recibe diversos ataques frente a la indiferencia de los científicos.
Tengo bastantes amigos científicos y no he recibido ningún llamado de apoyo, sólo uno de curiosidad de un físico que en tono casi sarcástico me preguntó en qué andaba metido ¡”con eso de empresas de tecnología”! Le agradecí el llamado ya que, además de ser la única señal de interés, me demostraba que era falsa mi suposición de que los físicos argentinos habían desaparecido de la faz de la tierra. Otro físico amigo me aclaró que en realidad los matemáticos, los físicos, en una palabra, aquellos que están destinados a generar el conocimiento que ENIDE necesita para poder funcionar, no están en este tipo de problemas, están “en otra cosa” que descuento debe ser muy importante.
Comprendo que hay mucha gente que no tiene confianza en soluciones parciales: esperan la Revolución para después, a partir de esa hora cero, recién hacer ciencia, investigación, desarrollo. Es una mala costumbre que los argentinos vienen practicando más o menos desde 1812, desde la muerte de Moreno.
Creo que es muy interesante destacar de quién hemos recibido el único apoyo claro y fervoroso, hecho público por medio de una declaración clara y terminante: de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza; parece que los obreros se dan más cuenta de lo que debe y puede hacerse en ciencia en la Argentina que nuestros colegas.
Creo que este es un caso más en el que se manifiesta la alienación de la izquierda y la derecha frente al país. Para la derecha (es decir, los liberales, los importadores de conocimientos, los que creen que el país no puede tener vida propia, por ejemplo, vida cultural) sería un choque fuerte mostrar dentro de cuatro o cinco años una ENIDE vigorosa, usando talento nacional, produciendo desarrollos novedosos en el campo eléctrico, vendiendo tecnología nacional. Para ellos sería un choque ya que para ellos no es que el país no deba, sino que “no puede” hacer estas cosas.
Pero la izquierda también se vería contrariada, por otros motivos, pero contrariada al fin: para ellos ENIDE tampoco puede existir ya que en un país colonial y dependiente como el nuestro no puede generarse tecnología por definición. Una vez más izquierda y derecha se unen para rogar que no haya ENIDE.
No es la primera vez que se da esta coincidencia, ya pasó con la central de Atucha. La derecha no quería que hubiese una central nuclear: ¿Para qué necesita el país una central nuclear?; ¿qué es ese disparate de querer ser independiente en materia de combustible nuclear?, y si se la tiene debe ser de uranio enriquecido. A la izquierda también le molestaba la existencia de la central, ya tenerla de uranio natural es una contradicción en términos espantosa. Nosotros no recibimos ningún apoyo de izquierda o derecha durante la lucha por tener la central, nadie nos felicitó –si felicitaciones merecíamos–, al conseguirla y ahora todos esperan que Atucha no ande; hay un deseo fervoroso que se rompa. Si se rompiese la derecha diría: “¿no les habíamos dicho?”; y la izquierda: “es lógico, es un país dependiente…” Todo volvería a la normalidad y se podría seguir discutiendo en términos abstractos. Lo que pasa es que a la izquierda y a la derecha lo que les molesta es la realidad.
Más información sobre el Instituto Sabato y el acto académico 2013.
Vea la nota en la Agencia TSS.
Soy un discipulo “virtual” de Jorge Sabato a su paso por SEGBA, aún cuando no lo conocí personalmente. En mi época era una referencia entre los jovenes ingenieros, no sólo por su visión sobre la energía electrica, sino por la de producción “como mercancía” del conocimiento. Concepto que actualmente sigue teniendo plena vigencia.
Nosotros en la UNSAM tenemos grupos que “venden” ingeniería y conocimientos al sector electrico, público y privado desde hace casi 15 años, con todas las dificultades que ello supone. Se recupero el contacto con – hoy un poco mayores – ingenieros que trabajaron en SEGBA, Agua y Energía, Fabricaciones Militares, YPF y otras empresas otrora estalatales y algunas firmas – hoy ya inexistentes – que fueron pioneras en el desarrollo de tecnologías en el area electrica. No puedo dejar de citar a otras Universidades públicas que siguen en el camino planteado por Sabato como la Universidad de La Plata, la UTN, la de San Juan, la UBA, la del Sur, así como algunas vecinas como la UNTREF.
Nosotros, tenemos casi 80 proyectos realizados en los últimos 15 años exclusivamente en el campo de la tecnología electrica. Muchas no son innovaciones, sino investigaciones aplicadas para el ENRE y la Sec de Energía. La UNSAM concurso en todos los casos en llamados públicos abiertos, y en otros limitados a las Universidades Publicas.
El artículo 4to de constitución del ENIDE establecío con toda claridad que ENIDE tiene por objeto “producir, distribuir, vender, comprar, exportar, importar e intercambiar conocimiento técnico-científico en el campo de la energía eléctrica”. Hay otros aspectos, pero éste es el más importante; es decir que es la primera vez que se trata al conocimiento técnico–científico –lo que los ingleses llaman know-how– como lo que es: una mercancía.
La UNSAM no es ajena a este concepto, y dentro de la medida de sus posiblidades, lo aplica a través del trabajo diario de graduados de la UNSAM, y de muchos estudiantes en el GESTEC.
Merecido el homenaje de la Web de la UNSAM.
Seguimos sin poder cerrar la brecha tecnológica. ?Alguien hizo la cuenta de la cantidad de dinero de los subsidios que se utiliza en adquirir tecnología importada, incluso cuando se trata de tecnología poco refinada? Equipos, reactivos, insumos. Siempre aparece la cuestión del pequeño tamaño del mercado, pero jamás vi un trabajo serio al respecto. Creo que si se tiene como evidencia que proliferan los intermediarios, el mercado existe! Consideren que el Estado, le pide al BID y al BM dinero para comprar insumos, equipos, reactivos y bibliografía proveniente, la mayoría de las veces, de los países centrales (acreedores), para hacer investigación enfocada en completar las etapas de la ciencia normal, muchas veces al servicio de intereses poco claros.
Yo ARGENTINO!!!