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Representantes de ambas empresas biotecnológicas se reunieron con referentes nacionales de salud y presentaron dos desarrollos para atender esta enfermedad que afecta principalmente a niños menores de cinco años: por un lado, un test de diagnóstico rápido y sencillo que permitirá ampliar el acceso a poblaciones alejadas de los grandes centros de salud; por el otro, una terapia basada en anticuerpos policlonales que acaba de empezar la fase III de investigación clínica y busca ser el primer tratamiento a nivel mundial.
El síndrome urémico hemolítico (SUH) es una enfermedad que afecta principalmente a niños y niñas menores de cinco años, y todavía no existe en el mundo un tratamiento específico. Su detección temprana es clave ya que esta enfermedad puede producir insuficiencia renal crónica y daños neurológicos, entre otras secuelas graves. Se produce principalmente por la ingestión de alimentos contaminados con la bacteria Escherichia coli productora de la toxina Shiga (STEC), como carne mal cocida, verduras crudas y leche sin pasteurizar.
En Argentina, el SUH es una enfermedad endémica y el país tiene una de las mayores tasas de incidencia a nivel global. Se estima que ocurren unas tres mil infecciones de STEC por año, de las cuales entre 300 y 400 desarrollan SUH y es mortal en el 3 % de los casos.
Para atender esta problemática, Inmunova y Chemtest, dos empresas biotecnológicas que operan en la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) ubicada en el campus de la UNSAM, presentaron sus avances y desarrollos para el diagnóstico y el tratamiento del SUH. La jornada se realizó este viernes 6 de septiembre en el rectorado de la UNSAM y contó con la presencia de pediatras, infectólogos, investigadores y referentes de los ministerios de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires.
“En Chemtest desarrollamos un test rápido que permite realizar el diagnóstico en solo diez minutos a partir de una gota de sangre. Tiene muy buena sensibilidad y especificidad aún en los primeros días luego del inicio de la infección. Consideramos que su implementación sería muy útil en centros de atención primaria y guardias pediátricas, ya que no requiere infraestructura ni personal entrenado, y esto mejoraría el acceso a un diagnóstico temprano”, contó Andrés Ciocchini, director técnico de Chemtest y uno de sus fundadores junto con Diego Comerci y Juan Esteban Ugalde.
La empresa nació a partir del trabajo que venían realizando los investigadores de la UNSAM para mejorar la detección de enfermedades infecciosas. Entre sus productos, se cuenta el desarrollo de test de alta precisión para COVID, dengue, brucelosis y SUH. El CHEMSTRIP E. coli O157/O145, presentado este viernes, es un test rápido que permite detectar en forma temprana las infecciones causadas por los dos serogrupos de Escherichia coli responsables de alrededor del 90 % de los casos de SUH en Argentina.
Generalmente, la enfermedad comienza con diarrea con presencia de sangre, dolores abdominales y vómitos, y el diagnóstico suele realizarse a partir de una muestra de materia fecal. “Sin embargo, esto solo permite asociar entre el 20 y el 50 % de los casos de SUH a infección por STEC —explicó Ciocchini—. Además, no todos los centros tienen posibilidad de realizarlo y el pronóstico de esos pacientes depende en gran medida de cuán tempranamente se pueda hacer el diagnóstico”.
Por eso, el desarrollo de Chemtest apunta a lograr la detección en los primeros días de la enfermedad, de forma rápida y sencilla, a partir de una gota de sangre, que puede ser obtenida incluso de una punción capilar. La muestra se coloca en una tira reactiva que contiene nanopartículas coloreadas. Si detecta anticuerpos dirigidos contra la infección producida por E. coli O157 y O145, se verán dos rayitas que indican el positivo. Si es negativo, solo se verá una.
A su turno, Inmunova, empresa cofundada por investigadores de la Fundación Instituto Leloir y de la UNSAM, presentó los avances en el desarrollo de un tratamiento basado en anticuerpos policlonales para el tratamiento del SUH. Esta terapia ya atravesó las fases I y II de investigación clínica, donde se evaluó su seguridad, y actualmente está iniciando la fase III, última etapa de investigación que busca comprobar su eficacia. Si es aprobado, este producto podría ser el primer tratamiento para el SUH a nivel mundial.
“En Inmunova desarrollamos una terapia que busca neutralizar a las siete variantes de toxina Shiga más asociadas a SUH. A través de un proceso de ingeniería genética, logramos obtener anticuerpos de alta afinidad y especificidad. Ya concluimos la fase II, en la que pudimos comprobar la seguridad del tratamiento ya que no hubo efectos adversos, y la ANMAT nos avaló para continuar a la siguiente instancia”, contó Mariana Colonna, responsable de Investigación Clínica de Inmunova.
La fase III comenzó en julio y se espera que dure un año. Se hará en 20 centros de salud de Argentina y una cantidad similar de Europa, en 220 niños de entre nueve meses y 18 años hospitalizados con diagnóstico de SUH. El diseño del protocolo fue consensuado con la ANMAT y la FDA —agencia regulatoria de Estados Unidos—, y el objetivo será evaluar la eficacia poniendo el foco en la recuperación de la función renal y en ver si se puede prevenir o disminuir la duración de la diálisis.
“Esto es el resultado del recorrido que ha hecho Inmunova durante muchos años, con todo lo que implica desarrollar un medicamento. Nosotros somos un spin-off del Instituto Leloir, pero esto involucró la articulación de mucha gente del sector público y privado, como el CONICET, las universidades, la Academia Nacional de Medicina y muchos actores más que han hecho que podamos llegar desde la mesada del laboratorio a un paciente para intentar lograr una recuperación lo más precoz posible”, subrayó Colonna.
Luego de ambas presentaciones, el especialista en enfermedades infecciosas Juan Manuel Castelli, consultor de Chemtest e Inmunova, destacó la importancia de “poner en valor lo que hace la ciencia argentina para un problema argentino” y presentó una propuesta para mejorar los algoritmos de detección temprana de la enfermedad y optimizar el manejo clínico del paciente. Posteriormente, se abrió un espacio de intercambio para que los participantes de la reunión, tanto de forma presencial como virtual, pudieran debatir al respecto.
“Ojalá estos avances para el diagnóstico y tratamiento del SUH puedan llegar a las instituciones clínicas del país. Muchas veces pasa que las esferas de gestión que tienen que encargarse de comprar y facilitar estos desarrollos, no se enteran, así que hay que hacer un trabajo desde la parte científica para que esto llegue efectivamente a quienes lo necesitan”, reflexionó Elisabeth Miliwebsky, especialista del Laboratorio Nacional de Referencia para el SUH del ANLIS Malbrán, luego de finalizada la reunión.
Por su parte, Laura Fischerman, integrante de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica y Control de Brotes del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, consideró que estos espacios de intercambio son muy necesarios porque si las soluciones de problemas endémicos como el SUH quedan delegadas a cómo puede resolverse en cada lugar, las posibilidades serán muy asimétricas. “La introducción de nuevas tecnologías muchas veces funciona como un motor para repensar y sistematizar problemáticas que, al estar presentes desde hace tanto tiempo, terminan generando una especie de resignación. Es interesante pensar en que se puede trabajar en conjunto con el sistema científico, la industria y el Estado, sobre todo en este contexto social y económico, que pone en valor más que nunca el trabajo que se ha venido haciendo en salud y en el campo científico-tecnológico”, sostuvo la especialista.
Finalmente, Carlos Giovacchini, coordinador del Área de Vigilancia de la Salud de la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación, valoró los desarrollos presentados durante la jornada. “Tanto el test diagnóstico como el tratamiento me parecen excelentes. Estoy muy contento con la posibilidad de disponer en breve de estas tecnologías. Una de las cosas que conversamos es la posibilidad de generar estudios específicos para la investigación de brotes y para ver cómo nos resulta la herramienta de diagnóstico en terreno. Es sumamente importante que podamos trabajar juntos para poder utilizar estas nuevas tecnologías de la mejor manera posible”, afirmó.
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Excelente , gran avance en la ciencia que ayuda para reconocer la enfermedad en sus primeros síntomas lo que permitirá su tratamiento adecuado y el mejor resultado para los pacientes , principalmente niños.
Un orgullo para la ciencia argentina y un ejemplo del camino a seguir en nuestro país, donde se unen voluntades de diferentes instituciones académicas y empresarios en función de un objetivo virtuoso.