La directora del Doctorado en Historia de Escuela IDAES participó del proceso que culminó con la declaración por parte de la UNESCO del Museo Sitio de Memoria ESMA como un espacio de valor excepcional y universal, símbolo del horror de los crímenes de desaparición forzada de personas.
“El Museo Sitio de Memoria ESMA -ex centro de detención, tortura y exterminio- representa un testimonio y un símbolo del terrorismo de Estado basado en la desaparición forzada de personas, y es símbolo y testimonio del valor de la persuasión y el consenso social como medios para lograr justicia”. Estas palabras textuales de la UNESCO forman parte del resumen ejecutivo que reconoce al espacio como Patrimonio de la Humanidad, un estatuto que lo pone a la altura de otros sitios de memoria destacados en el mundo como el Muelle de Valongo en Brasil (recordatorio de la esclavitud), la prisión de Robben Island en Sudáfrica (recordatorio del apartheid), y los campos de concentración y exterminio de Auschwitz.
“La declaración de Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO para el Museo y Sitio de Memoria ESMA fue el resultado de un trabajo muy largo, que empezó después de la inauguración del Sitio de Memoria en 2015″, explica Marina Franco, docente e investigadora de la Escuela IDAES que formó parte del proceso de postulación elaborando la parte histórica de la presentación. La participación de la historiadora surge a partir de su trabajo previo en la elaboración del guión musoegráfico del Sitio de Memoria, “una tarea que llevé a cabo junto a un grupo de colegas, porque estos son procesos que nunca se hacen solos”, destaca. Además, la directora del Doctorado en Historia de Escuela IDAES formó parte de proyectos de investigación sobre la ESMA como centro clandestino de detención y dirigió, junto a Claudia Feld, el libro “ESMA: Represión y poder en el centro clandestino de detención más emblemático de la última dictadura argentina”
“Es importante destacar que la construcción de la presentación que se hace ante la UNESCO reúne una serie de dimensiones muy complejas en torno a la historia del centro clandestino y del Sitio”, detalla Franco. Entre ellas, una de las cuestiones a mostrar es que se trata del espacio en el que efectivamente se realizaron los crímenes de la dictadura, “y que eso es una verdad probada que no está sujeta a ninguna duda ni discusión”, subraya.
“El Museo y Sitio de Memoria ESMA tiene, según la UNESCO, un valor excepcional universal, porque muestra la atrocidad del crimen de la desaparición forzada de personas. Esto se analiza en perspectiva comparada con otros lugares del mundo, y se muestra que la ESMA adquirió una dimensión excepcional que sirve para mostrar en el mundo el horror de estos crímenes”, destaca la experta. Y concluye: “es un reconocimiento que afirma y ratifica la verdad de lo que allí sucedió, y que también confirma la importancia y la validez social de los procesos posteriores de reconstrucción social y de justicia”.
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