El artista Gerardo Goldwasser y lxs curadores Pablo Uribe y Laura Malosetti Costa ofrecieron una charla a la Comunidad UNSAM acerca de la Bienal de Venecia 2022 y comentaron especialmente la exposición uruguaya, una reflexión crítica originada en la cultura del vestir.
El pasado jueves la Escuela de Arte y Patrimonio (EAyP) recibió a lxs responsables de Persona, el pabellón uruguayo de la Bienal que marca la agenda del arte contemporáneo, desde Venecia, este año. La propuesta plantea una reflexión crítica originada en la cultura del vestir. ¿Cómo nos percibimos? Abre la pregunta sobre un aspecto esencial y complejo: las formas de cubrir y exponer los cuerpos. “Persona busca confrontar lo singular, lo único y lo irrepetible de cada individuo de la especie humana con ideas de disciplinamiento, ordenamiento y control contra la libertad de los cuerpos”, comenta el curador Pablo Uribe. Todo en blanco y negro, como el manual de sastrería anónimo y sin fecha de un campo de concentración que el artista heredó de su abuelo.
La guerra es parte de un proceso que está presente desde siempre en la vida de Goldwasser. “Mi familia llegó a Uruguay en el año 38; eran sastres. Encontré por casualidad el manual que mi abuelo utilizaba para poder sobrevivir confeccionando uniformes nazis –era muy habitual por esos tiempos explotar a las personas según sus oficios a cambio de vivir–. Hasta el día de hoy se han transformado en la materia prima de mi trabajo, donde sostengo una relación de tres escenarios: la violencia, el arte y la sastrería”, comentó el artista.
Su instalación está en consonancia con la propuesta curatorial de La Bienal: el lema The Milk of Dreams plantea ideas de transformación y metamorfosis. “Fue una convocatoria de tiempo de crisis, muy grave para la humanidad”, reflexionó la curadora Laura Malosetti Costa. “Esta propuesta retoma otra gran crisis, evocando un texto de Leonora Carrington: sueños surrealistas que provocan la idea de una respuesta activa de lo inimaginable, abriendo horizontes frente al desaliento radical”, agregó. También señaló otra intención presente en esta gran muestra: las propuestas de arte contemporáneo y al mismo tiempo las cápsulas historicas pensadas como restitución de la historia feminista del siglo XX, invirtiendo el canon.
Durante la conferencia se resaltó especialmente la importancia del lugar de enunciación. Venecia es –desde el siglo XVI al menos– el centro mundial de la moda. Era donde llegaban las novedades de oriente y la seda, el lugar de las máscaras. Fue el lugar donde la industria moderna y el buen vestir tuvieron su epicentro. “Este escenario fue crucial para poner en escena estas máquinas silenciosas de destrucción de personas”, destacó Malosetti.
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