Recibimos la triste noticia de la partida de quien fuera docente de nuestra casa de estudios, y una de las mayores referentes en los estudios demográficos en nuestro país. La despedimos con palabras de sus colegas.
Despedimos con profunda tristeza a Susana Torrado, uno de los grandes nombres de la sociología y la demografía argentina. Una autora imprescindible para conocer los devenires, los cambios profundos y los grandes conflictos que marcaron a la sociedad argentina del siglo XX a nuestros días.
Susana fue pionera y una de las más reconocidas lectora y analista de datos demográficos de nuestro país. A partir de ellos reconstruyó – muchas veces con una capacidad anticipatoria- las grandes transformaciones de la estructura social argentina. Nos legó textos imprescindibles con sesudos “retratos” de las clases sociales, de la fuerza de trabajo, de los hogares, de las familias, y de sus transformaciones a lo largo de nuestra historia.
Pero Susana hacía demografía y más. Su imaginación sociológica le permitió vincular los atributos demográficos con procesos sociales, económicos, políticos e ideológicos. Identificó y explicó cómo los cambios en las clases sociales y sus condiciones de vida, o las configuraciones de las familias y las decisiones reproductivas, estaban ligados a determinados “modelos de acumulación”, que podían rastrearse a lo largo de los años y de los sucesivos gobiernos.
Susana fue también una socióloga del Estado, que logró traducir virtuosamente los conocimientos de las ciencias sociales en herramientas para las instituciones y en el diseño de políticas públicas. Fue una intelectual comprometida con el desarrollo de datos públicos de calidad. En el diseño conceptual del Censo Nacional de 1991, incorporó preguntas innovadoras a partir de un extenso y detallado trabajo previo con especialistas para el análisis de cada pregunta censal.
En los tiempos de la hiper-especialización de los saberes, el legado de Susana es también el de convocarnos a una mirada de conjunto sobre los procesos sociales, a propiciar y fortalecer el diálogo entre disciplinas, espíritu que marcó la forma de abordar los grandes temas que atravesaron su agenda académica.
Cuando señaló la relación directa entre la crisis de empleo y el plan económico de los años noventa y recibió ese infame comentario público de Cavallo que la mandaba a “lavar los platos”, Susana no sabía que nos dejaría, además, uno de los más célebres símbolos de lucha a toda la comunidad científica, que no la olvida.
Ana Blanco, Escuela IDAES, Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales, Evangelina Caravaca, Homenaje, IDAES, María Soledad Sánchez, Susana Torrado