Por Silvina Di Cristófaro. Fotos: Juli Jons

La creación de la Escuela de Arte y Patrimonio (EAyP) y el crecimiento de las actividades a nivel intra e inter institucional implicó un cambio de infraestructura para muchas áreas, y el Laboratorio de Química no fue la excepción. Si bien el proyecto se gestó hace ya muchos años, la necesidad de que se hiciera efectivo fue inminente. Así fue como el pasado 21 de agosto cajas, papeles, instrumental y muchos años de trabajo se subieron al flete que realizó el traslado de los laboratorios -situados en la sede de Barracas- al Campus Miguelete. 

Muy temprano en la mañana del sábado, docentes, doctorandxs y un gran número de estudiantes de la Licenciatura en Restauración y Conservación del Patrimonio Cultural de la Escuela pusieron en marcha los últimos detalles para la mudanza, que requirió el minucioso embalaje de los delicados instrumentos de trabajo: microscopios, espectrómetros de fluorescencia de rayos X, un cromatógrafo de gases, entre otras cosas. 

El Laboratorio, ahora ubicado en la planta baja del nuevo edificio de TAREA en el Campus Miguelete -justo al lado del Pegaso-, es un área de investigación y formación donde, gracias a este cambio, se podrán llevar a cabo proyectos que por la falta de espacio estaban demorados. En este sentido, un detalle no menor es cómo se amplía la posibilidad de participación de lxs estudiantes en los proyectos de investigación interdisciplinarios con temáticas diversas: desde el pasado prehispánico del noroeste argentino o el Egipto faraónico, hasta el  estudio de colecciones de prestigiosos museos e instituciones. Fruto de ello han sido varios  trabajos finales de las carreras de grado y posgrado de la EAyP.

“Esta mudanza implica la posibilidad de brindar un mejor lugar a lxs estudiantes que día a día se suman al grupo, de manera que puedan realizar sus labores en un ámbito óptimo. Pensamos que el laboratorio no sólo es un lugar de trabajo, sino también un espacio de interacción, creación y contención por lo cual este traslado abrirá nuevas oportunidades que aún ni imaginamos”, afirma el docente, investigador y responsable de los laboratorios, Fernando Marte. 

No obstante,  entre las tareas habituales, continuarán los análisis de seguimiento para los trabajos de restauración que realiza el Centro TAREA, como así también los servicios especializados que el laboratorio brinda en temas relacionados con sus líneas de estudio.

Si bien, durante estos últimos dos años se dificultó el desenvolvimiento de las tareas de docencia e investigación, la adversidad funcionó como un puntapié para dar inicio a un nueva etapa dentro de la estructura de la Escuela, una etapa que pretende ser aún más expansiva que la anterior. Desde ya, este cambio a un ambiente más seguro, adecuado y amplio augura un nuevo comienzo cargado de proyectos interdisciplinarios y colaborativos, con instituciones nacionales e internacionales,  donde se incrementará la multiplicidad de desafíos y con ello, el desarrollo de conocimiento científico en relación al estudio y preservación del patrimonio cultural y natural. 

Los laboratorios de química y microscopía están integrados por un grupo interdisciplinar que incluye profesionales de la química, restauración y arqueología, entre otras especialidades. Varixs son profesores de la Escuela, otrxs investigadores y doctorandxs del CONICET y también estudiantes de grado de la Licenciatura en Restauración y Conservación del Patrimonio Cultural, que desde lo inicios de su carrera se han unido al grupo y trabajan de manera cotidiana participando en los proyectos de investigación que el laboratorio desarrolla junto a instituciones internacionales.

#InvestigaciónUNSAM #LaboratorioQuímica