El 22 de noviembre se realizó la charla abierta “Tecnología, enseñanza y pandemia” a cargo de Mariana Maggio organizada por las Escuelas de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad Nacional de Río Negro con la presencia de docentes y estudiantes de los diferentes niveles educativos.
Mariana inició el conversatorio junto al profesor y colega Francisco Albarello, destacando inicialmente la importancia de compartir experiencias, registros y miradas de la educación en tiempos de pandemia en vínculo con la enorme potencialidad que el ecosistema de medios presenta en el contexto actual. En su recorrido como tecnóloga educativa – iniciado hace treinta años de la mano de la pedagoga Edith Litwin- vivió distintos hitos que dieron cuenta de los avances en este campo – campus virtuales, Conectar Igualdad- que funcionaron como un primer punto de quiebre para incluir la versatilidad de la tecnología como una herramienta necesaria para las prácticas de enseñanza.
La educación como transformación requiere cambios estructurales, el filósofo Michel Serres, a través Pulgarcita (2014) da cuenta de las revoluciones del mundo y la necesidad de lxs jóvenes de cambiar el sentido de la rueda. Mariana se remonta a 2015 para sumarse a esta mirada con sus propios interrogantes y señala “los pibes no son lo que eran antes y es necesario también en el campo educativo tomar riesgos y reinventarse en base a la experimentación”. La pandemia presenta entonces, la posibilidad de un nuevo hito transformador que reside en la mutación propia de la forma de construir conocimiento y la didáctica en vivo de la enseñanza.
Este nuevo camino sistematiza algunos interrogantes ¿Dónde está mi aula virtual? y esta pregunta comienza para Mariana con el reconocimiento a cada docente que en el marco de las instituciones y de las políticas educativas, siguieron educando, aún con la evidencia de una deuda en términos de acceso a dispositivos y conectividad, la respuesta fue y sigue siendo garantizar el derecho a la educación. El período anterior al ASPO registra una mirada romántica en términos de vinculación y acceso, ya que “muchos chicos se perdían en el sistema por cuestiones vinculadas a un rasgo estructural, de territorio y de migraciones” afirma Mariana pero la pandemia aún con estas dificultades que deben tomarse como prioritarias, propone el desafío de trascender el estado de sorpresa y mutar a una propuesta innovadoras en las clases.
Una segunda pregunta atraviesa la virtualidad de las aulas ¿está subido? Y aquí se conectan dos movimientos fundamentales, la puesta a disposición para lxs estudiantes de los diferentes materiales en nuevos formatos y la supremacía del evento sincrónico a través de la migración de lógicas propias del aula a las plataformas. La reinvención requiere ciertas alteraciones en el modo de plantear la enseñanza en términos de tiempo, espacio y curriculum, pero también en relación con los vínculos y la evaluación de los contenidos propuestos e interpela al diálogo y la colaboración constante entre especialistas y estudiantes como protagonistas activos de su saber.
La hibridación se presenta como una respuesta a la “nueva normalidad” que vendrá para quedarse y abre la puerta a tendencias culturales que se presentan con el potencial de un recurso transversal al proceso de enseñanza aprendizaje- los vivos, stories de IG, los podcast y la vuelta a la oralidad, Tik Tok-. Los ensambles, sin embargo, no son individuales: requieren de la fuerza de los colectivos para reinventar la docencia donde “cada uno formará parte de una reconstrucción epistemológica con prácticas educativas relevantes e inclusivas”, enfatizó. La inclusión genuina reconoce los modos en que se construye el conocimiento disciplinar atravesado por la tecnología, y también la forma en que las tecnologías atraviesan a los sujetos. La enseñanza poderosa es un diario que aún no fue publicado y que tendrá múltiples y diversas historias sobre aquellas prácticas que lxs estudiantes rescatarán como hitos transformadores en su vida.
La pandemia habilita interrogantes con respuestas abiertas a futuro, sin embargo, anclados en la incertidumbre de este presente, es importante pensar una clase como una experiencia que valga la pena transitar, con la alianza de una ecología de medios, edificada en base al diálogo y al intercambio que trasciende la exclusividad de lo sincrónico diseñando clases pensadas de cara a la intervención. Aquí reside el mayor desafío: “mirar la tendencia cultural y recargarla de sentido para la práctica de la enseñanza, y para ello tenemos que preguntarnos si estamos haciendo esos experimentos que abandonen la centralidad de un saber construido previamente”, concluyó.
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