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El subsidio permitirá testear un recubrimiento antimicrobiano desarrollado con nanotecnología y también probar si sus agentes activos pueden ser utilizados para fabricar materiales plásticos autodesinfectantes. Además, se prevé crear un nuevo espacio de investigación en el Campus de la UNSAM.
En el marco de la convocatoria del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP) del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, que asiste financieramente a proyectos relacionados con la actual emergencia epidemiológica, el área de vinculación tecnológica del Instituto de Nanosistemas (INS) obtuvo un subsidio de 10 millones de pesos para llevar a cabo la “validación de un producto antimicrobiano con efecto residual y para desarrollar actividades que les permita evaluar el efecto de la incorporación de nanoestructuras antimicrobianas en polímeros”.
El proyecto, liderado por la Mg. Mara Alderete y el Dr. Galo Soler Illia del INS, tiene como objetivo principal reducir la propagación de infecciones a través del contacto con superficies contaminadas con el SARS-Cov2; y así paliar una de las potenciales vías de contagio que reporta la Organización Mundial de la Salud.
La asistencia financiera del FONDEP ayudará a finalizar la validación del recubrimiento antimicrobiano de acción prolongada, que fue desarrollado por Hybridon, una empresa de base tecnológica nacida gracias al patrocinio de UNSAM, CONICET y la empresa ADOX, en colaboración con la UBA y la CNEA.
Si bien el producto fue diseñado para evitar las infecciones intrahospitalarias, ante la pandemia, el equipo de investigación amplió las posibilidades de su aplicación y hoy busca evaluar la duración de su efecto en sitios de alta circulación de personas como, por ejemplo, los establecimientos educativos o el transporte público.
Por su formulación, que evita la proliferación de microorganismos en las superficies tratadas, permitirá reducir la frecuencia de los procesos de limpieza. Mara Alderete, biotecnóloga y responsable del área de proyectos tecnológicos y vinculación del INS, detalla: “En las pruebas in vitro, el producto demostró una efectividad de un 99,999% frente a diversos géneros bacterianos cuando se lo evaluó en un tiempo de contacto de 24 horas. También fue validado su efecto antifúngico, y demostró que es capaz de evitar el desarrollo de hongos por un tiempo de por lo menos 144 horas. La última validación in vitro fue la actividad antiviral, en la que se pudo constatar que el producto funciona muy bien y es capaz de eliminar virus del tipo coronavirus. La capacidad antiviral indica que es capaz de reducir la carga viral en 4 unidades logarítmicas”.
La efectividad también fue comprobada en pruebas realizadas en diferentes instituciones de salud: “Se eligieron para llevar adelante la validación en entornos reales de funcionamiento. La idea ahora es hacer algo análogo, pero en este caso en lugares que contengan superficies de contacto intensivo como, por ejemplo, aquellas presentes en transporte público. El producto es seguro y puede ser aplicado en diferentes superficies, inclusive en metales, ya que no es corrosivo”.
Luego de validar la aplicación en superficies de contacto intensivo, se diseñará un protocolo de uso seguro, mientras se espera la aprobación de la ANMAT para su comercialización, a cargo de la empresa ADOX.
“Ya tenemos varios requerimientos de empresas y entidades que quieren adoptar estas tecnologías, y que nos impulsan a avanzar rápidamente. Estamos muy orgullosos de que el Ministerio de Desarrollo Productivo haya decidido apoyar a este proyecto, que aplica soluciones nanotecnológicas, va a generar trabajo calificado y productos de alto valor agregado desde nuestro país”, destaca el investigador superior de CONICET, Galo Soler Illia.
Materiales plásticos antimicrobianos
El segundo desafío será trasladar la aplicación de los materiales antimicrobianos -utilizados como principio activo en el producto desinfectante con efecto residual – a polímeros, con el fin de utilizarlos en la producción de materiales plásticos antimicrobianos.
Al respecto, la tecnóloga explica: “Vamos a evaluar la acción auto-desinfectante en materiales híbridos conformados por una parte orgánica (los polímeros) y por otra parte inorgánica (las partículas cargadas con antimicrobianos). Si funciona, estaremos dando un paso enorme para la fabricación de materiales plásticos que eviten la propagación de microorganismos como virus, bacterias y hongos”.
Otro desafío importante será el acondicionamiento del espacio de trabajo, en el ex taller de cerámica y vidrio del campus Miguelete de la UNSAM. En las últimas semanas ya se prepararon las instalaciones, y en breve se armará un laboratorio para desarrollo de modificadores químicos, una planta de procesamiento de materiales pre-piloto y piloto, y una unidad de testeo biológico de uso exclusivo.
“Es una oportunidad inmensa, ya que permite abrir nuevos espacios de investigación y desarrollo; principalmente destinados a proyectos aplicados que impactan en el combate contra la Covid-19. Podremos producir nanomateriales en escala piloto y testear su calidad y performance antimicrobiana rápidamente”, dice el decano Soler Illia y agrega “desde el INS, estamos en sintonía con el rol central de la UNSAM, una universidad pública que aporta soluciones tecnológicas a la sociedad en este momento crítico”.
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