La becaria doctoral dirigida por Galo Soler Illia fue seleccionada para realizar una estadía de investigación de diez meses en el laboratorio de Magali Lingenfelder en la prestigiosa Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL).
“El año pasado apliqué a una beca para una estadía de investigación de 10 meses en el laboratorio de Magali Lingenfelder en el EPFL. Ayer me llegó un mail en el que dice que quedé seleccionada entre participantes de todo el mundo para una Swiss Government Excellence Scholarship”, cuenta emocionada Priscila Vensaus, becaria doctoral del Instituto de Nanosistemas de la UNSAM. La fecha original para su viaje era septiembre de este año, aunque podría postergarse por las restricciones producto de la pandemia COVID19.
Priscila es licenciada en Química y está haciendo su doctorado en Química (3IA-UNSAM) sobre nanotecnología aplicada a la fotosíntesis artificial, bajo la dirección de Galo Soler Illia. El proyecto por el que fue seleccionada por el gobierno suizo se inscribe en ese campo: “Estudios en operación de fotoelectrodos mesoporosos con aplicaciones en clivaje de agua mediante energía solar”.
“El objetivo es llevar los materiales mesoporosos que hacemos en el INS para poder medirlos en operación, lo que nos ayudaría a tener una mejor comprensión de los procesos de absorción de luz y reactividad de los mismos, usando técnicas avanzadas como AFM y espectroscopía Raman in-situ, que tienen en el laboratorio de Magalí Lingenfelder, el Max Planck-EPFL Laboratory for Molecular Nanoscience”, explica Priscila.
Los trabajos de Priscila en el INS estuvieron enfocados hasta ahora en tres cosas: sintetizar materiales, medir sus capacidades fotoelectroquímicas (es decir la capacidad de partir moléculas de agua y generar hidrógeno a partir de luz), y caracterizar sus estructuras.
“Lo que tienen allá es un equipo de espectroscopía Raman que permite medir los cambios en la estructura del material que ocurren mientras estás haciendo el experimento electroquímico, y lo mismo con el AFM (microscopio de fuerza atómica). Esos experimentos son muy complejos pero nos permiten tener una mirada única de cómo funcionan las nanoestructuras “en vivo”. Por eso está bueno ir a medirlo a un lugar donde ya tienen el set-up armado”, explica Priscila.
“Estoy muy emocionada. Creo que la oportunidad de conocer gente de otros lugares y ser parte de un grupo científico internacional va a ser una experiencia increíble. El Laboratorio de Nanociencia Molecular del grupo de Magalí Lingenfelder tiene amplia experiencia en estudios superficiales de sistemas nanométricos y estar allá me va a aportar nuevas ideas y perspectivas de trabajo. Además, voy a tener acceso a equipamiento de último nivel y a técnicas complejas que aún no están desarrolladas en nuestro país”, celebra.
“La fotosíntesis artificial es un campo de investigación que está en la frontera de la ciencia. Estas investigaciones son aportes desde la ciencia básica a la creación de una fuente de energía renovable abundante y económica, que contribuya a mejorar nuestro mundo. Además, este tipo de proyectos puede ampliarse a empresas, para diversificar la matriz energética de nuestro país. Priscila es una joven brillante y nuestro instituto se destaca por sus colaboraciones con grupos de todo el mundo. A esto nos dedicamos desde San Martín con recursos públicos”, sostiene Galo Soler Illia, investigador superior del CONICET y decano del INS, respecto de la noticia.
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