Escuela de Arte y Patrimonio, Notas de tapa

La UNSAM trabaja en la histórica biblioteca del Ecoparque de Buenos Aires

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Especialistas del Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural de la UNSAM trabajan en la estabilización y el diagnóstico de la Biblioteca Pública Domingo Faustino Sarmiento, que funcionó en el Jardín Zoológico Municipal durante las primeras décadas del siglo XX.

Por Gaspar Grieco. Fotos: Pablo Carrera Oser

La Biblioteca Pública Domingo Faustino Sarmiento fue un orgullo para los científicos argentinos de principios del siglo XX. Creada a fines del siglo XIX por Eduardo Ladislao Holmberg, primer director del Jardín Zoológico Municipal, fue el punto de reunión de naturalistas como Florentino Ameghino, Enrique Arribálzaga, Carlos Spegazzini, Enrique Kerner y Juan Ambrosetti.

Bautizada en honor al creador del Zoológico Municipal mediante un decreto firmado en 1946 por Mario Perón —hermano de Juan Domingo—, llegó a albergar más de ocho mil libros y revistas científicas. Tras las privatizaciones y cambios de gestión, la Biblioteca fue cerrada al público y casi olvidada. Hoy, un equipo integrado por jóvenes recién graduadas y estudiantes de conservación bajo la coordinación de especialistas del Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural (TAREA-IIPC) de la UNSAM está a cargo del diagnóstico de la colección.

“Es una biblioteca de investigación muy especializada. Ese es el valor más importante que tiene, porque da cuenta del desarrollo científico de las primeras décadas del siglo XX”, cuenta Nora Altrudi, docente y conservadora del TAREA-IIPC.

Templo de Vesta donde funcionará la Biblioteca Pública Domingo Faustino Sarmiento

Vivian Spoliansky, especialista en conservación y coordinadora general del proyecto, destaca el estado de conservación de la colección: “En general, el material se encuentra en buen estado, más allá de que está sucio, que es normal porque ha tenido varias mudanzas. Los dos grandes temas sobre los que vamos a trabajar son el control de insectos y de hongos. Esos serían los problemas más graves”.

En la primera etapa del proyecto, las técnicas en conservación Andrea Jadrosic, Mayumi Higa, Sofía Dubois, Marisol Alvaredo, Antonella Caggiano, Lucía Córdoba, Yanina Gargiulo, Florencia Daniela Novoa y Noelia Ramos controlan la existencia de las publicaciones llevando un registro riguroso de los libros, los clasifican y luego los limpian página por página.

“No estamos haciendo un trabajo de restauración, sino una estabilización de la colección, un diagnóstico de su estado de conservación para en una segunda o tercera etapa encarar un proyecto de restauración del material más valioso para su posterior digitalización”, dice Altrudi.

Spoliansky cuanta que ya tienen unos 20 libros de gran porte a los que se les aplicará un tratamiento especial. “Les vamos a hacer unas fundas de algodón y los limpiaremos por completo. Ya se les hizo una documentación, una limpieza y una protección provisoria, pero después les haremos la guarda permanente”, adelanta.

El tesoro bibliográfico del Jardín Zoológico

Entre libros y revistas, la Biblioteca Pública Domingo Faustino Sarmiento tiene unos 8400 títulos especializados en ciencias naturales. Publicaciones de las universidades de La Plata y Buenos Aires, del Instituto Smithsoniano y de diversas instituciones nacionales e internacionales forman parte de la colección, la cual era consultada por naturalistas de la primera mitad del siglo XX.

Una de los tesoros más importantes de su acervo es la colección de revistas Jardín Zoológico de Buenos Aires. Una publicación mensual creada en 1893 por Eduardo Ladislao Holmberg, primer director del Jardín Zoológico Municipal, y continuada hasta 1992 por su sucesor, Clemente Onelli. “Esta revista tuvo un corte científico-humanístico muy relevante para la ciencia argentina. No han quedado colecciones completas, aunque sabemos que una parte está en el Jardín Botánico y otra en la UBA. Ahora estamos controlando para ver si la colección está completa. Si no está aquí tampoco, con un poco de suerte quizás entre todas las instituciones se logre recomponerla en su totalidad”, dice Spoliansky.

 

La Biblioteca estará alojada en el Templo de Vesta, un edificio circular patrimonial dentro de Ecoparque que funcionó como Sala de Lactancia desde su creación en 1909. El espacio está completamente restaurado y con las condiciones necesarias para albergar las colecciones y recibir a lxs visitantes.

“Cada vez que abrimos una caja de libros, nos sorprendemos de las maravillas que teníamos. Cuando se termine el trabajo, cualquier persona que lo requiera podrá consultar este tesoro”, celebra María José Micale, historiadora del arte y trabajadora del Área de Patrimonio del Ecoparque.

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Nota actualizada el 25 de octubre de 2019

Un comentario

  1. Patricia Arroyo dice:

    Emocionada con la envergadura del trabajo y descubrir que en nuestro país hay jóvenes interrsadas por la conservación del patrimonio! Al fin!

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