CUSAM, Escuela IDAES

Género y vida en la cárcel: ¿Quién visita a lxs detenidxs?

Referentes del territorio, familiares de detenidxs, autoridades del Centro Universitario San Martín y especialistas de la UNSAM debatieron sobre el acceso a derechos de las mujeres privadas de su libertad y sobre las problemáticas de las familias que visitan a lxs detenidxs.

El encuentro se hizo en el marco del Ciclo de Mesas de Coyuntura del Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la UNSAM, que busca ampliar el debate sobre temas de actualidad más allá de la academia.

Durante la charla se habló de la vulneración de derechos de las personas detenidas en la Argentina, con foco en las experiencias de las mujeres y sus familias. “Cuando hablamos de cárcel, hablamos de vulneración de derechos”, dijo Inés Mancini, socióloga del IDAES. La especialista aseguró que “está demostrado estadísticamente que las mujeres detenidas están en una situación de vulnerabilidad mayor” y destacó que, en muchos casos, el ingreso de las mujeres a la cárcel “invisibiliza una situación de abuso previo o de violencia de género”.

La forma en que la detención de un familiar afecta a las mujeres es, también, una situación de vulneración de derechos que en muy pocas ocasiones se percibe. “Cuando analizamos la cárcel, solo pensamos en las personas que están detenidas”, señaló Andrea Casamento, integrante de la Asociación de Detenidos en Cárceles Federales. “Es muy difícil ver a las familiares que las transitamos y las sostenemos”, dijo. Pero ese sostén no es meramente simbólico, sino también material. “Las familiares servimos, cuidamos, acompañamos y mantenemos vivas a las personas privadas de su libertad. Algo que también se expande a cuestiones legales y procesales: para pedir una salida transitoria hacen una evaluación que incluye los vínculos familiares. Por ejemplo, si un/a interno/a no tiene visitas, ya tiene menos concepto. Y ¿quién tiene que ir a visitarlx? Nosotras”, denunció Casamento.

Quienes van a las cárceles a visitar detenidxs son mujeres. A esto, Mancini añadió: “En las relaciones que se tejen alrededor del sistema penitenciario, se replican las relaciones de cuidado que suelen percibirse como generalidad en el ámbito social. Las sociedades se reproducen porque alguien —en general, una mujer—, toma a su cargo tareas de cuidado que están en el terreno de lo privado, de lo afectivo”, dijo al respecto la socióloga. Y remarcó que “en la cárcel también hay tareas de cuidado que hacen a la reproducción, y que son atravesadas por las mismas desigualdades de género, agravadas por el sistema carcelario”.

Hay otro aspecto de disparidad que tiene que ver con cómo se tejen los vínculos familiares de las mujeres detenidas. En este sentido, Nancy Salvatierra, integrante del Área de Articulación Territorial de la UNSAM y coordinadora de talleres de teatro en cárceles, dijo que “las mujeres detenidas están solas” y relató: “Las mujeres van a la cárcel a visitar a sus hombres, no visitan a sus hijas o a sus madres. En la visita para hombres van a ver colas de mujeres cargadas con niños, pero la cola de visita de mujeres no existe, no hay nadie”.

Por su parte, Natalia Ojeda, directora del Centro Universitario San Martín (CUSAM), participó de la actividad en representación de la Mesa de Trabajo de Revisión del Plan Director de la Política Penitenciaria Argentina. Esta iniciativa, coordinada por Ojeda junto con la docente e investigadora del IDAES Andrea Lombraña, busca repensar el funcionamiento del sistema penitenciario argentino en conjunto con el personal superior retirado del Servicio Penitenciario Federal. “Toda gestión hay que hacerla en conjunto con las fuerzas. No hay forma de cambiar o transformar algo sin involucrarlas”, dijo Ojeda, quien subrayó que “el tema no es contra las y los agentes penitenciarios. El trabajador penitenciario tiene un trabajo muy difícil”. En la misma dirección, Casamento opinó que “la gente que trabaja en la cárcel está casi tan mal como los presos”. La representante de familiares de detenidos señaló la necesidad de una discusión profunda sobre el rol de la cárcel: “Tenemos que exigir políticas públicas en todas las áreas  —salud, educación, trabajo—, que contemplen la realidad de las personas privadas de la libertad. Si no, vamos a seguir pensando la cárcel como un lugar aislado del planeta”, concluyó.

De la actividad participaron representantes del territorio, docentes y talleristas de complejos carcelarios pertenecientes al Servicio Penitenciario Bonaerense. Moderó María de las Nieves Puglia, de la Dirección de Género y Diversidad Sexual de la UNSAM, y presentó Luciana Anapios, secretaria de Relaciones Institucionales del IDAES.

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Nota actualizada el 3 de septiembre de 2019

Un comentario

  1. Muy buena la nota. Hay muy poco material sobre las mujeres que visitan

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