Escuela de Humanidades, Micrositios
Entrevista a la Dra. Claudia Fonseca en el marco de las Jornadas de Estudios sobre la Infancia. Experiencias, políticas y desigualdades que se realizaron del 15 al 17 de agosto en CABA-Sede Volta (UNSAM) y Sede Centro Cultural Paco Urondo, Facultad de Filosofía y Letras (UBA).
Las Jornadas se han construido a lo largo de diez años como un espacio central para el intercambio, la discusión y la formación sobre la infancia en Argentina y Latinoamérica en perspectiva interdisciplinaria.
La entrevista fue realizada por Valeria Llobet, docente e investigadora del Centro de Estudios, Desigualdades, Sujetos e Instituciones (CEDESI) de la Escuela de Humanidades y Carla Villalta, docente e investigadora del Programa de Antropología Política y Jurídica del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Claudia Fonseca destacó la importancia de participar en las Jornadas, como una instancia de referencia e inspiración sobre el campo de la infancia que es en sí mismo dinámico y atravesado por áreas disciplinares diferentes, políticas, preocupaciones y que muchas veces requiere y evidencia un difícil diálogo epistemológico desde lugares diversos y la colaboración entre áreas como la psicología, la historia, la educación y la colaboración estricta a través de investigaciones y proyectos.
Carla Villalta- En el texto Derechos de los más o menos humanos (Fonseca y Cardarello, 2005), se plantean los desafíos de la investigación social desde un abordaje antropológico en relación con el distanciamiento de los temas y problemas que estudiamos, los dilemas entre teoría y práctica y las dificultades epistemológicas. Te pido en este sentido una reflexión acerca del rol de lxs investigadorxs para entablar un diálogo con los hacedores de políticas.
Claudia Fonseca- En la época en que realizamos esa investigación, nuestro equipo estaba en una asociación intensiva con los servicios estatales de protección al niño y adolescente. Los gestores y funcionarios estaban muy empeñados en la promoción de los derechos, pero nuestros análisis sugerían que no siempre sus políticas producían los resultados deseados. A pesar de orientaciones teóricas admirables, las intervenciones podían ser ineficaces o incluso perjudiciales. A través de una detallada investigación etnográfica por nuestro equipo del sistema institucional de acogimiento brasileño, pudimos contribuir a ese debate. Además de poner de relieve la complejidad de los propios sujetos “en situaciones de vulnerabilidad”, trajimos a la luz efectos imprevistos del reordenamiento institucional provocados por elementos aparentemente banales – los nuevos términos de clasificación y la reforma de los espacios arquitectónicos, por ejemplo. La idea es que, entre la teoría idealizada, los modos de aplicación de esa teoría, y las consecuencias finales para los sujetos en carne y hueso, existe un mundo de mediaciones. Las teorías tienen un papel importante tanto en la vida académica cuanto en las políticas públicas. Pero no tienen ningún sentido sin una constante reactualización conforme a la realidad confrontada. Por la minuciosa observación de prácticas concretas, la investigación antropológica propone examinar justamente ese complejo universo.
Valeria Llobet- Continuando la línea de discusión sobre la posición ética en la teoría, en el texto Clase y recusa etnográfica, discutís una posición política en relación a la desigualdad y pobreza, criticando a los investigadores y la forma en que se analiza. ¿Podrías traer esta discusión al presente?
Este artículo fue sobre el prejuicio de clase. No hay como ignorar que Brasil, donde vivo, es una de las sociedades más desiguales del mundo. Hay un abismo entre la condición de los ricos y la de los pobres. Junto con esa desigualdad viene un dispositivo discursivo para explicar esa situación escandalosa “culpando a las víctimas”, es decir, planteando la causa de la pobreza no en la violencia estructural, sino en comportamientos y actitudes inadecuados de los pobres. Encontramos ideas preconcebidas sobre la supuesta ignorancia o alienación de ellos inscritos en las propias tecnologías de gobierno – en las leyes, en las políticas públicas, en el vocabulario que usamos para contar y clasificar a los individuos “problemáticos”. El estudio de estas formas institucionales de discriminación -que perpetúan en lugar de combatir la desigualdad -me parece de suma importancia. Sin embargo, después de la caída del muro de Berlín, me parece que la importancia atribuida a la “clase” ha desaparecido de los análisis etnográficos. Para analizar la violencia estructural, los investigadores volvieron sus atenciones más a las formas terribles de discriminación encontradas en las relaciones de raza, género, y orientación sexual. Son cuestiones urgentes, pero no sustituyen a la discriminación de clase que, a mi juicio, sigue siendo tan naturalizada que es casi invisible.
Claudia Lee Williams Fonseca tiene Doctorado en Etnología en la Universidad de Nanterre (1993), Doctorado en Sociología en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (1981), pos-doctorado en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (1990) y un posdoctorado en la Universidad de Montreal (2001). Actualmente es Profesora Titular en la Universidad Federal de Rio Grande del Sur e Profesora en el Doctorado de Antropologia de la Universidad de San Martin. Actualmente aborda principalmente en los siguientes temas: Infancia, Parentesco, Antropologia del Derecho, Antropologia de la Ciencia e Tecnologia.
Galería de imágenes de la entrevista a Fonseca y las Jornadas de Estudio sobre la infancia
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