“En la actualidad, el término ludista se utiliza como sinónimo de tecnófobo y da cuenta de la hostilidad y la preocupación de las máquinas como una amenaza de degradación del trabajo, es una manifestación política no partidaria y aquellas personas que la descalifican suelen estar asociadas a sectores vinculados con la actividad que se intenta instalar o promover. Las manifestaciones contra la tecnología se encuentran actualmente basadas en cuestiones ambientales, territoriales o de identidad y requieren previa a la resistencia, poblaciones organizadas”, explicó la investigadora.

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