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Docentes del Instituto Sabato y del Instituto de Tecnología y Detección de Astropartículas fueron parte de una investigación internacional coordinada desde el Observatorio Pierre Auger cuyos resultados fueron sorprendentes: los rayos cósmicos de alta energía que ingresan a la Tierra se originan fuera de nuestra galaxia. La revista científica Physics World destacó el hallazgo.
Por Gaspar Grieco | Fotos: Gentileza de Beatriz García y Silvia Mollerach
Los rayos cósmicos que estudia el gran observatorio de Malargüe son partículas cargadas de energía que se trasladan por el universo a las más altas velocidades. Cuando chocan con las moléculas de la atmósfera terrestre —luego de viajar distancias incalculables—, dichas partículas producen una cascada de miles de millones de partículas secundarias, que llueven sobre la superficie.
Silvia Mollerach y Esteban Roulet, docentes del Doctorado en Astrofísica del Instituto Sabato (ITS) y del Instituto de Tecnología y Detección de Astropartículas (ITEDA), participaron —junto con Beatriz García, vicedecana del ITEDA, y otros 400 científicos de 90 instituciones de 16 países— de una investigación en la que se logró confirmar con un mayor grado de certeza que los rayos cósmicos de alta energía se originan fuera de nuestra galaxia.
“El resultado indica que el flujo de los rayos cósmicos con energías mayores que 1019 electronvoltios es un 6 % mayor en una mitad del cielo respecto de la otra siendo máximo este exceso en una dirección alejada por unos 125 grados respecto al centro de nuestra galaxia. El resultado se basa en el estudio de las direcciones de arribo de más de 30.000 partículas cósmicas y tiene una significación de más de 5,2 desviaciones estándar (es decir, la probabilidad de una ocurrencia por azar es menor que dos en diez millones). El exceso está distribuido en una región extensa del cielo, y lo llamativo es que, en esas direcciones, hay una mayor cantidad relativa de galaxias en nuestra vecindad que podrían albergar fuentes de rayos cósmicos”, explicó Mollerach.
Los rayos cósmicos provienen de diversos puntos del universo y son generados por distintos fenómenos. Si bien se sabe que los de baja energía provienen del Sol, aún no se conoce la procedencia de los de alta energía. “Los resultados que obtuvimos nos permiten asegurar que el exceso de rayos registrados proviene del exterior de nuestra galaxia, es decir, que su origen es extragaláctico. Esto es un primer paso para encontrar respuestas sobre su procedencia, que es uno de los grandes objetivos del Pierre Auger”, amplió García.
La revista especializada Physics World seleccionó este descubrimiento como uno de los 10 más importantes del 2017. Al respecto, García manifestó su satisfacción: “Que el trabajo sea reconocido por nuestros pares, tanto locales como extranjeros, muestra que el camino que seguimos es el correcto. Como siempre decimos, la ciencia requiere de mucho esfuerzo, cooperación y paciencia. Este avance del Pierre Auger es el producto de una década de observaciones, simulaciones y análisis muy cuidadosos de los datos”.
Por su parte, Mollerach destacó: “Es un reconocimiento importante para toda la colaboración del Auger, ya que el excelente funcionamiento del observatorio durante los últimos 12 años fue lo que permitió obtener este resultado”, y señaló que la experiencia “es un signo claro de que proyectos de este tipo pueden funcionar con éxito en la Argentina”.
En esta línea, García llamó a apoyar la ciencia nacional para continuar con el avance científico local. “Estas investigaciones no son sencillas, requieren de recursos humanos calificados, el apoyo de las agencias de promoción científica y el acompañamiento de la gente, que es la que contribuye con sus impuestos. Sin embargo, si el presupuesto para ciencia y tecnología se recorta, todo este trabajo puede ponerse en riesgo”, concluyó.
Los científicos argentinos siguen ocupando lugares de excelencia a pesar de las políticas que desincentivan la ciencia y la tecnología. Siguen el ejemplo del gran Jorjón Sábato que siempre se plantó frente a los poderes de turno para defender su verdad.