Escuela de Ciencia y Tecnología, Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental, Notas de tapa, UNSAM Sustentable
El director de la carrera de Ingeniería en Energía de la UNSAM habla sobre el panorama energético en la Argentina y explica por qué es necesaria la eliminación de los subsidios a las tarifas de luz y de gas. Además, revela algunas claves sobre eficiencia energética y destaca la importancia de contar con una carrera orientada al cuidado de los recursos.
Por Gaspar Grieco | Foto: Pablo Carrera Oser
Salvador Gil, director de la carrera de Ingeniería en Energía de la UNSAM, asegura que la Argentina atraviesa una de sus más importantes crisis energéticas, resultado de la falta de eficiencia en la administración de los recursos. La problemática, que hoy se ve reflejada en la programación regular de cortes de luz en distintas áreas de la zona metropolitana, se tradujo en un reciente aumento de las tarifas de luz y de gas —eliminación de los subsidios mediante—, situación que el especialista considera “extremadamente predecible”.
Con la experiencia de un investigador que pasó por laboratorios especializados como el Tandar (CNEA) y fue galardonado por organismos de Gobierno como el Comité de Estrategias para una Gestión Eficiente de la Energía del Senado de la Nación Argentina por su contribución al campo de la eficiencia energética (primer premio, 2008), Gil es uno de los pocos que hoy sabe cómo funciona la matriz energética nacional. Lejos de limitarse al plano local, este doctor en física por la Universidad de Washington (EE. UU.) es dueño de una larga trayectoria internacional: fue investigador de la Universidad de British Columbia (Canadá), de la Universidad de Washington y colaborador del Sudbury Neutrino Observatory (SNO), donde realizó estudios sobre energía solar.
Sus temas de investigación incluyen la física experimental, el uso de tecnologías de información y comunicación para la enseñanza de las ciencias y el desarrollo de laboratorios de bajo costo para escuelas medias y universidades. Consultor en las Gerencias de Distribución y Transmisión del ENARGAS, Gil considera que el cuidado del medio ambiente y la solución a la crisis energética es “responsabilidad de todos”, por lo que todos podemos contribuir.
¿Cómo se explican los aumentos recientes en las tarifas de luz y gas? ¿Era una situación esperable?
Era totalmente esperable. Hasta el año pasado, el gas que importamos lo pagábamos entre 15 y 19 dólares el millón de BTU (British thermal unit) y a los usuarios se lo vendíamos a menos de 2 dólares. Es claro que esto no es sostenible y que lo pagábamos con déficit. El subsidio creó la fantasía de que la energía no tiene valor, cuando, en realidad, las implicancias que tiene su uso son muy grandes. En el caso argentino, el daño fue todavía más grande: los subsidios hicieron que la demanda aumentara y que se incentivara una construcción irresponsable y sin cuidado del medio ambiente. Un constructor, por ejemplo, por una cuestión de diseño hace un edificio sin persianas, y resulta que la persiana es un método muy eficaz para detener la radiación del sol. Sin persianas, se necesita más energía para refrigerar. Lo que hicieron los subsidios fue inyectar una especie de anestésico que le hizo creer a la gente que la energía no era costosa. Remediar esa situación es extremadamente caro.
Pero ¿la política de subsidios no sirvió para ayudar a los que menos tienen? ¿No cree que fue adecuada desde ese punto de vista?
Sí, quizás, durante la crisis de 2001, pero tendría que haber sido algo temporario. Ante una situación de crisis, está bien, pero mantenerlo durante 10 años genera problemas. Si observamos cómo se distribuye hoy el consumo de energía en el país, detectamos que hay sectores que, para el caso del gas, consumen solo el 13 por ciento de energía, cuando hay otros que, con casi la misma cantidad de habitantes, consumen el 42 por ciento. El sector de mayor consumo utiliza esa energía para calefaccionar piscinas y casas con muchos metros cuadrados. Podríamos hacer una política más progresista que consistiera en darle subsidios al sector que lo necesita y sacarle a los que más consumen, pero, si subsidiamos a todos por igual, estamos siendo injustos.
¿La política de subsidios tendría que haber sido más sectorizada?
Exactamente. De hecho, uno lo ve reflejado en las conductas. Yo no veo mal que una pileta se calefaccione. Pero ¿por qué eso lo tiene que pagar toda la sociedad? El subsidio no es gratis, lo paga el Estado. Y esa plata a lo mejor se saca de un hospital o de una escuela para que un señor tenga calefaccionada su pileta, y eso es muy injusto. El problema con la política de subsidio indiscriminado es que no es sostenible y nos lleva al desabastecimiento. Hay que eliminar los subsidios y, en todo caso, subsidiar a aquellas personas que lo necesitan; subsidiar una energía mínima e indispensable para hacer posible su vida.
¿Qué es la eficiencia energética?
La eficiencia es usar los mínimos recursos posibles para lograr el nivel de confort deseado. La idea es ser conscientes de que los recursos de la tierra no son indefinidos y de que, aunque estén en la tierra, como el petróleo, requieren un elevado costo de extracción y tratamiento. Esos recursos, una vez extraídos, producen gases de efecto invernadero, que es lo que genera el calentamiento global. Por lo tanto, disminuir el consumo es una responsabilidad que todos debemos asumir. A su vez, un 20 por ciento de la población mundial no tiene acceso a la energía. Entonces, ¿cómo logramos un mundo que sea más justo en términos de accesibilidad energética utilizando la menor cantidad de energía posible? La única alternativa es usar más eficientemente los recursos. El uso eficiente de los recursos es posible y viable, y no solo beneficia a las personas que pueden pagar por la energía, sino también a sectores que no tienen acceso porque podemos brindar los mismos servicios a un costo menor.
¿Cómo se pone en práctica?
De muchas formas. Por ejemplo, reemplazando la iluminación de las lámparas incandescentes por lámparas led, que consumen un décimo de lo que consumen las otras, y su costo no es mucho mayor —sobre todo si se tiene en cuenta el costo de la energía y la durabilidad—. Esta manera de solventar un uso eficiente es una forma de consumir de un modo que beneficie a la sociedad en su conjunto. La idea de la sostenibilidad es satisfacer nuestras necesidades sin afectar la posibilidad de que otros satisfagan las suyas y que las generaciones futuras puedan llegar a hacerlo también.
¿Qué opinión le merece la creación del nuevo Ministerio de Energía y Minería?
Creo que es auspicioso en el sentido de darle a la energía un rol importante, aunque no creo que sea un cambio significativo. Dentro del Ministerio, se ha creado la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética, lo cual me parece un buen augurio. Pero esto no necesariamente resuelve el problema. Tendremos que ir viendo qué hacen. Por el momento, creo que eliminar los subsidios es un paso adelante, a pesar de lo doloroso que resulta. Con el tiempo, iremos viendo cómo se sustentan las políticas.
Acerca del uso de energías renovables, ¿por qué cree que en la Argentina no se potencia su utilización, teniendo en cuenta las posibilidades climáticas de su territorio?
Ahí tenés exactamente el mismo problema de los subsidios. En Uruguay se aprovecha mucho la energía eólica y acá no. Esto se produce por el costo de la energía. Un inversor que apuesta a la Argentina y compra un molino eólico va a perder plata porque la energía que llegue a producir no cubrirá el costo. Con un molino en Uruguay, ese mismo inversor va a ganar el 10 por ciento.
¿No debería el Estado invertir en energías renovables?
El Estado no va a poder invertir en ninguna parte. Las inversiones necesarias para explotar Vaca Muerta se estiman en 15.000millones de dólares por año, y el Estado no tiene esa plata. Hay particulares que sí la tienen, pero ¿por qué habrían de sacar ese dinero de abajo del colchón si no tienen garantizada la percepción de algún beneficio? Ahí es necesario un plan de infraestructura a largo plazo. Se necesita un horizonte claro para atraer inversiones. Es una de las posibilidades más grandes que tiene la Argentina, pero no va a ocurrir automáticamente. Hasta que no se resuelva el problema de las tarifas, nadie va a invertir en algo para perder plata.
¿Qué se busca con la carrera de Ingeniería en Energía de la UNSAM y cuál es el perfil de sus egresados?
La carrera responde a esta necesidad de abarcar el problema energético en su totalidad, algo que es un tema de vacancia en todo el país. Hoy sabemos cuáles son las consecuencias que genera la falta de energía. Nuestra carrera apuesta, entonces, a un enfoque más integral: cómo distribuir el parque energético para seguir ofreciendo el servicio con un mínimo impacto ambiental utilizando todas las herramientas de la eficiencia energética. Los egresados tienen la posibilidad de administrar sistemas energéticos de forma integral, contemplando los aspectos económicos, técnicos y medioambientales.
¿Cuál es su proyección a futuro en relación al problema energético?
El problema energético no se va a resolver en la próxima década. Las necesidades energéticas irán aumentando, cada vez usamos más y dependemos más de la energía. Lo que tenemos que ver es cómo le damos solución y, para eso, necesitamos profesionales con una mirada integral.
Estudiá en la UNSAM
Atenta a las necesidades de un país que deberá reconstruir su sistema de distribución y, al mismo tiempo, aumentar su capacidad energética, la UNSAM ofrece la posibilidad de formación de profesionales con miradas estratégicas e integrales en carreras de grado y posgrado. Las ingenierías en Energía, Ambiental e Industrial tienen un perfil destinado a resolver las necesidades del país y a colaborar con el cuidado del medio ambiente. Además, el doctorado en Ciencias Aplicadas a la Ingeniería y la Maestría en Gestión Ambiental apuntan a la formación de expertos altamente calificados para identificar problemas y trabajar en sus soluciones.
Estimados: me impresiona la curricular de Salvador Gil, leyendo los programas de las carreras mi hija eligió la de Ingeniería en Energía, tendría que ingresar el año 2017. Les agradeceré todos los datos que puedan agregar a este reportaje como ser trabajos o ensayos de Salvador Gil.