La sección Cultura y Espectáculos reseñó el estreno en el Festival de Cine de Buenos Aires del documental realizado por el ecuatoriano David Rubio, que retrata la experiencia del Centro Universitario de la UNSAM en el penal de José León Suárez.
“Hay que robar la filosofía socrática”, dice uno de los alumnos de 13 puertas, y el resto de la clase se echa a reír. “Yo hice hasta tercer grado, y ahora estoy en la universidad”, dice otro. Los presos del Cusam son ladrones que estudian filosofía. Se trata de un curso de nueve meses, ideado por las autoridades de la Universidad Nacional de San Martín, pero ese breve período no es en vano. Un guardiacárcel, estudiante también del curso, llega a su modesta casa a la noche, seguramente molido por el trabajo diario, y le cuenta a la patrona las diferencias en la concepción del alma entre Platón (que le parece demasiado “imaginativo”) y Nietzsche, que a la manera de los filósofos árabes la ubicaba en el estómago. Lo hace durante la cena, lo cual suma a la escena un elemento de comicidad soterrada. “A mí me parece que tiene razón Nietzsche, porque cuando uno está nervioso o preocupado te duele el estómago.” Dicho sea de paso, tanto él como sus compañeros pronuncian perfectamente el apellido del autor de Más allá del bien y del mal.”
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