Invitado por el Centro de Estudios Latinoamericanos (CEL) de la Escuela de Humanidades y el GT CLACSO “El antiimperialismo en América Latina”, el profesor de Historia Americana de la Universidad de la Habana René Villaboy Zaldívar estuvo en la UNSAM y habló sobre el proceso que vive la región.
El rescate del discurso de la soberanía y la historia nacional, la defensa de la independencia y la identidad culturales. “Desde un punto de vista menos militante e ideológico, pero inéditamente fuerte desde lo simbólico, “el antiimperialismo es hoy un concepto vivo y central en América Latina”. Así lo asegura el magíster en Historia Americana René Villaboy Zaldívar, profesor en la Universidad de la Habana.
Invitado por el CEL de la Escuela de Humanidades y CLACSO, Villaboy Zaldívar estuvo en Buenos Aires por primera vez para dar dos conferencias sobre historiografía cubana y antiimperialismo –en el Centro de Posgrados de la UNSAM y el Centro Cultural de la Cooperación-. “He quedado muy sorprendido por el CeDinCI (Centro de Investigación sobre las Culturas de Izquierdas) y por el trabajo que ha hecho su director, Horacio Tarcus. Impresionante todo lo que tienen ahí, todo el conocimiento y la documentación reunidos en un lugar… En Cuba hay mucho material, pero está disperso por todos loados en diferentes archivos y bibliotecas. La verdad es que una referencia importantísima haber visto eso”, contó.
¿Cuál es la actualidad de la historiografía cubana?
La historiografía cubana está viviendo hoy un proceso de renovación generacional muy importante: por una cuestión biológica y de los cambios socioeconómicos que tienen lugar en el país, una generación de historiadores -que se formó sobre todo en la Revolución e incluso antes- está siendo un poco que reemplazada por una nueva. Y entonces aparece nuevos intereses, temas, perspectivas y problemáticas, que antes no se tocaban y que, podríamos decir, están dando lugar a un período de renacimiento de la historiografía cubana.
¿Cuáles son los nuevos temas que aparecen en la perspectiva de esta generación de historiadores?
Toda la cuestión de las masculinidades, el feminismo, la racialidad, la historia ambiental… Son temas y problemáticas que estaban muy presentes ya en estudios en el mundo pero que en Cuba habían quedado fuera del interés de nuestra historiografía y que hoy emergen con fuerza. Porque además, el cambio generacional se experimenta también en el claustro universitario y en la dirección de muchas instituciones. Es una renovación profunda que, además, va muy de la mano con la intensificación del intercambio con otras universidades como esta y otros centros de distintos lugares.
¿Qué lugar ocupa el proceso de integración latinoamericana en esta nueva historiografía?
Desde luego, es otro de los temas que ha entrado de lleno. Es decir, la historiografía tiene ahora como centro la integración latinoamericana; no ya desde el punto de vista institucional, sino del recorrido histórico que ha seguido este camino. Y, sobre todo, de su implicancia en la historia de Cuba y los problemas que el país ha tenido vinculados a la realidad latinoamericana, a la relación con los países y procesos de la región. Esa es otra de las características que es muy importante en este momento. Y hay una tendencia muy fuerte de estudios latinoamericanos, especialmente el origen de los gobiernos de izquierda. Eso se ve en los estudiantes, que están optando en gran aporte por temas latinoamericanos para sus investigaciones de grado.
¿Cómo se ve el proceso de integración, particularmente de la sudamericana, desde Cuba?
Para Cuba es muy alentadora toda la situación que se está dando en América Latina y se ve lo que está pasando como un eco de la Revolución cubana. Porque es muy promisorio tener al menos un horizonte de gobiernos de izquierda y de base popular, con un discurso de inclusión, de resolver los problemas sociales, de no tener sólo a la economía como eje central; e incluso se ve directamente relacionado con el proceso de reincorporación de Cuba en América Latina y su papel en la región así como su presencia en los foros internacionales. Y el ejemplo más claro es que hoy Cuba preside la CELAC, un hecho impensable hace 40 años. Seguimos muy de cerca todo lo que está sucediendo.
En Sudamérica hay un fuerte proceso de revisionismo histórico en los últimos años. ¿Sucede algo similar en Cuba?
En Cuba es complejo, porque el proceso de revisionismo histórico había comenzado mucho antes, incluso desde la propia Revolución. Pero sí hay cambios: lo que se está haciendo ahora es darle otra visión a ese revisionismo, abordar aspectos que el de la Revolución no había tocado. Porque aquel se centró en aspectos más políticos, más económicos y, pudiéramos decir, y que dejaba afuera esos elementos relacionados con los estudios culturales, etc.
¿Qué lugar ocupa en la historia americana este momento de la región?
Hay momentos en la historia que no se repiten y este es uno de esos. O sea, situaciones que ocurren por determinados contextos y coyunturas y que son oportunidades históricas. Porque hoy estamos en una instancia que no será la misma en cuatro o cinco años y que tenemos que aprovechar para consolidar el proceso de integración. Si analizamos la historia, el momento de la Independencia fue ideal para que América Latina naciera unida; y, sin embargo, se perdió la oportunidad por diferentes causas. Algo similar, aunque en un contexto muy diferente, pasó en la década del 60 y también se perdió. Ahora vuelve a presentarse una oportunidad de que América Latina se una, siempre respetando sus particularidades culturales e individualidades, porque la unión siempre se debe basar en el respeto a la diversidad. En este momento, coinciden fuerzas muy diversas pero todas apuntando a ese proceso de integración. Sería muy lamentable que se pierda, porque quizá habría que esperar 40 años más o quién sabe.
espero conocer más a fondo este tema cuando me lo imaparta el lens en la maestria, se que es un magnifico profesor, porque ya he tenido el gusto.