“La puesta en escena más evidente del apoyo a la ciencia y la tecnología fueron las megaexposiciones en el predio de Tecnópolis. En esta línea, la directora del programa Conectar Igualdad, investigadora del Conicet y docente de la Universidad Nacional de San Martín, Silvina Gvirtz, explica que “en mayo de 2003, el 52% de los argentinos vivía por debajo de la línea de pobreza, se destinaba el 6% del PBI a pagar los intereses de la deuda externa y apenas la mitad a educación. El salario testigo de un maestro no cubría la canasta familiar. Hemos pasado, a partir de la ley de educación nacional y de financiamiento educativo, de 3,64 del PBI en 2003 destinado a la educación, al 6,5% en el año en el 2012 en un PBI sustancialmente más importante. El salario docente se sextuplicó con la reapertura de las paritarias. Otro pilar de la política educativa fue la inversión en infraestructura: la apertura de nuevas escuelas técnicas donde se llevan invertidos 7000 millones de pesos. Se sancionó la Ley de Educación Nacional, que establece la obligatoriedad del nivel medio. Se incrementó en 600% el presupuesto universitario, se crearon nuevas universidades dando un enorme impulso a las ciencias aplicadas y a las tecnologías de innovación. La inversión en materia educativa por parte del Estado en estos ocho años resulta algo inédito en las últimas cuatro décadas, pero tampoco ofrece soluciones mágicas.”