Moreno Sanz y Tatián en el CUSAM

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Jesús Moreno Sanz y Diego Tatián visitaron el CUSAM

Los filósofos participaron del encuentro “¿Qué es la libertad?” en la Unidad 48 del Penal de José León Suárez, organizado por el Programa Lectura Mundi. Fue un intercambio entre la teoría y las experiencias e historias de vida de quienes viven tras las rejas.

 

Por Paula Bistagnino – Fotos: Alfredo Srur / Equipo de Comunicación UNSAM

-Yo estuve leyendo a Massignon y me quedó eso de que a la libertad hay que buscarla adentro.

-Eso quiere decir que incluso estando acá se puede ser libre. Porque hay algo en el ser humano que es totalmente inalienable y está en cada uno encontrarlo. Ahí también aplican el spinozismo, las pasiones tristes y alegres de los hombres, la posibilidad de volver positivo lo negativo.

-Volver el odio, amor. Al final no es más que eso.

Jesús Moreno Sanz miró a Luis Alberto Ángel, pitó su cigarro y dijo: “Sí, Ángel. Tienes toda la razón. De eso se trata”.

Como dos viejos amigos, el filósofo español y el alumno de Sociología -de 33 años y detenido desde los 20- conversaban en la puerta del CUSAM, mientras esperaban la llegada de Diego Tatián, decano de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, para el comienzo del encuentro ¿Qué es la libertad?

Fue el viernes 31 de agosto en la Unidad 48 del Penal de José León Suárez. Organizado por el Programa Lectura Mundi, el encuentro marcó el cierre de la visita de Moreno Sanz a la UNSAM. Los filósofos estuvieron acompañados por Gonzalo Nogueira, abogado y docente  del Grupo crítico de criminología positivista –curso que se dicta semanalmente en el CUSAM- y por Silvio Lang, del Programa Lectura Mundi.

En el espacio del Centro cultural Azucena Villaflor, más de 20 internos del penal se reunieron para escuchar a Moreno Sanz y  Tatián hablar sobre la concepción de libertad en Baruch Spinoza. Pero no fueron los filósofos los primeros en hablar. “Nosotros sabemos que acá adentro somos un número. Pero queremos romper con esa lógica que nos imponen. Y estudiar, pensar, leer es la única manera de dejar de ser un número. Por eso estamos acá”, dijo  Pablo Tolosa (26), presidente del Centro de Estudiantes del CUSAM, que terminó el secundario y empezó la universidad en el encierro.

Sus compañeros se fueron presentando y compartieron sentimientos y percepciones sobre la libertad. Como Diego Tejerina (32), detenido desde hace 11 años y en tercer año de Sociología. “Cuando yo llegué acá, la vida me dio una vuelta. Yo descubrí la educación y esto es lo que a mi me va a dar la libertad. En el aula yo me siento libre de verdad. Y ahora entiendo lo que quiere decir que el encierro no es sólo una cuestión de rejas concretas”.

Tatián contó entonces su experiencia como docente en cárceles de Córdoba. “Nuestro programa en cárceles tiene ya 15 años y nos enriquece constantemente. Porque nos permite no sólo pensar, sino poner en práctica el derecho a la universidad. Esto quiere decir que la academia no se acerca de manera asistencialista a los privados de su libertad, sino que se trabaja en común. Como diría Spinoza, se trata de afectar y dejarse afectar”, dijo el filósofo cordobés. Luego Moreno Sanz introdujo su planteo: “A lo largo de estos tres siglos y medio, Spinoza ha inspirado no sólo a académicos, sino también a artistas y militantes sociales. Y para acercarnos, hay que empezar por decir que su concepto de libertad es radicalmente distinto al de muchos: cuando el resto dice que todos los hombres son libres, el dirá que no; que el hombre no es libre, pero que quiere serlo”.

Tras un recorrido compartido con Moreno Sanz por las páginas de Robinson Crusoe, la obra más famosa de Daniel Defoe, la concepción de libertad como problema en Thomas Hobbes y un breve paso por la filosofía nietzscheana y heideggeriana, Tatián se centró en la idea de potencia en Spinoza: “En cualquier situación de injusticia, el hombre tiene la potencia para construir su libertad. Pero eso sólo sucede en sociedad, es decir, con otros. Y sucede en la persona que no se victimiza, porque la victimización es pasividad”.

“Entiendo todos los conceptos. Uno puede estar vivo, pero las rejas y la cárcel son concretas. Y la ley la hizo el hombre. Entonces, ¿qué hacemos con eso? Y sobre todo, ¿cómo se sostiene este pensamiento?  Porque con el tiempo todo se cae, uno ve que los compañeros se van cayendo”, preguntó Tejerina. Le respondió Moreno Sanz: “Ese es el poder de la multitud del que habla Spinoza, que tiene que ver con construir la libertad en sociedad, con los que están en la mismas circunstancias, entre todos. Eso sostiene”. Tatián siguió: “La libertad no se conquista de una vez, sino que es una construcción constante: hay acciones que nos hacen ser esclavos de las circunstancias que vivimos o liberarnos de ellas. La potencia de libertad es colectiva y está en el pensar. Porque lo único que nadie puede impedirnos es pensar”.

Luego de casi tres horas de charla, en una constante ronda de mate, Moreno Sanz concluyó el encuentro y se despidió hasta la próxima. “Hace ya tres años que vengo, y siempre visito la cárcel. Porque además de que me interesa este proceso pionero que está haciendo la UNSAM, ya tengo buenos amigos aquí”, dijo. Tatián, que estaba ahí por primera vez, agregó: “Este aula es una construcción colectiva, es un espacio de libertad y es un acto político. Manténganlo vivo y hagamos una red para que el fuego crezca”.

El cierre fue de Tejerina: “Que ustedes estén hoy en este lugar es un espacio de libertad ganado por nosotros, construido juntos.  Venimos reclamando educación y formación, porque eso es lo único que nos puede sacar de acá”.

Nota actualizada el 3 de septiembre de 2012

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