Escuela de Ciencia y Tecnología
A lo largo de las nueve jornadas con que la UNSAM acompañó la Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología, alrededor de mil estudiantes provenientes de distintos colegios secundarios del conurbano participaron de las múltiples actividades programadas por la Secretaría Académica, la Escuela de Ciencia y Tecnología, y el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad, entre otros.
En el Año Internacional de la Energía Sostenible, estudiantes de más de 20 escuelas bonaerenses (próximas y no tanto) visitaron el Campus Miguelete, invitados a participar de talleres, charlas y conferencias dedicadas al desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país.
De la mano de Salvador Gil, profesor de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la UNSAM, alumnos del Instituto Remedios de Escalada (San Martín) y del Instituto Evangélico Americano (Caseros) asistieron al último encuentro, en donde se habló de energía y calentamiento global.
Encendiendo una máquina a vapor en miniatura, Gil explicó uno de los procesos más básicos para la producción de energía y dijo: “Esta maquinita pone en acción un sistema muy primitivo, inventado en Inglaterra en la época de la Revolución Francesa, pero que tuvo un impacto muy profundo en la historia de la humanidad, dado que inauguró la Revolución Industrial”.
A continuación, la filmina de una foto satelital nocturna de los cinco continentes sirvió para ilustrar la estrecha relación entre usos de energía y desarrollo económico en la actualidad: Europa occidental y los EEUU dominando las zonas más luminosas, Oriente Medio y China con emisiones un tanto menos abarcativas, los resplandores de Río de Janeiro y Buenos Aires en un módico tercer lugar y, finalmente, África, a oscuras casi por completo.
Con la premisa de que la energía es fundamental para la vida, Gil enumeró las distintas fuentes de energía con las que hoy contamos para producir luz, calor y movimiento, y llamó la atención sobre el valor energético contenido en los alimentos de consumo diario, que entrando en combustión con el oxígeno producen la energía necesaria para el desarrollo físico e intelectual de hombres y mujeres en actividad.
¿Qué es la energía? Es la capacidad para realizar trabajo. ¿Qué es la potencia? Es la cantidad de trabajo realizado por unidad de tiempo. Preguntas y respuestas de este tipo se sucedieron en un clima grupal concentrado y participativo. Sobre el final, Gil aconsejó a los futuros trabajadores: “La energía es muy barata. A una persona que trabaja 10 horas por día le tendríamos que pagar, al precio del mercado de la energía, más o menos tres centavos de peso. Por eso conviene, en lugar de vender nuestra fuerza de trabajo, venir a la universidad a aprender otra cosa. Vendiendo sólo su fuerza de trabajo, el día de mañana podrán ser fácilmente reemplazados por una máquina (decisión de una gran razonabilidad, al menos desde el punto de vista económico). La única manera de sobrevivir en este mundo impactado por la revolución energética es, justamente, a través de la capacitación, alcanzado destrezas que vayan más allá de lo físico, a no ser que sean Maradona, con un valor agregado excepcional”.