El intelectual y fundador del movimiento pacifista Shalom Ajshav recibió el máximo título honorífico en Tel Aviv. Una delegación encabezada por el rector de la Universidad Nacional de San Martín visitó Israel en el marco de diversos proyectos de investigación y homenajeó a una de las voces que con mayor lucidez retrata el conflicto entre Israel y Palestina.
Por Mariano Man, desde Tel Aviv. Fotos: Alfredo Rowinski
La sabiduría trasciende fronteras, religiones y disciplinas. Cruza océanos, no se detiene ante los tabiques impuestos por aquellos que prefieren acallar voces o ignorar que el conocimiento y la razón contribuyen al desarrollo de las sociedades. La obra y el discurso de Amos Oz cumplen con esta ley metafísica, y todavía hay espacios que reconocen, en ese legado, una enorme contribución al entendimiento de los contextos en su dimensión dinámica y al compromiso por potenciar las ideas.
El escritor israelí recibió el título de doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) en una ceremonia que tuvo lugar el pasado 8 de marzo en la Universidad de Tel Aviv y que contó con la presencia de Raanan Rein, vicerrector de esa casa de estudios, y del rector de la UNSAM, Carlos Ruta, entre otras personalidades.
El homenaje se dio en el marco de una visita realizada por la delegación de la UNSAM a la Universidad de Tel Aviv para avanzar en una serie de proyectos de investigación. Ambas instituciones educativas propician la movilidad entre docentes, alumnos e investigadores de áreas de conocimiento como nanotecnología, agrobiotecnología, energías renovables y ciencias sociales.
El acto comenzó con la actuación del director de la Licenciatura en Música Argentina de UNSAM, Juan Falú, y continuó con un discurso de Ruta en homenaje al autor. “Este Honoris Causa quiere ser un gesto de provocación para decirnos: ‘La literatura como experiencia de lectura debe estar en el corazón de la vida intelectual de la universidad, justamente provocando esa vida, como efervescencia o inquietud intelectual’”, dijo el rector.
“Estamos convencidos de la centralidad de la literatura para la experiencia académica y para la vida humana; la literatura permite acercarnos a otros mundos, lenguas y experiencias. Queremos ser un puente entre escritores de mundos diversos, como hacemos en la Cátedra de Literaturas del Sur que dirige el premio nobel J. M. Coetzee. En este caso, queremos abrirnos a la experiencia de Medio Oriente, sus historias, sus valores y sus desafíos”.
Ruta remarcó que la figura de Amos Oz ocupa un lugar central en la literatura contemporánea por su producción como escritor y por su compromiso con el diálogo entre las culturas de la región.
“El reconocimiento a Oz es también un reconocimiento a la cultura judía, que ha sido una de las tradiciones vitales de la Argentina. Homenajear a Oz es un gesto hacia la comunidad académica, hacia los jóvenes, hacia la sociedad, para decirnos: ‘somos un diálogo’. Comprometiendo lo mejor de nosotros en el intercambio respetuoso y tolerante, no solo encontramos lo mejor del otro, sino también lo mejor de nosotros mismos. La literatura es una de la concreciones artísticas y humanas más potentes de ese diálogo”, dijo Ruta.
“La literatura siempre será una provocación a la experiencia. La experiencia como hermenéutica del mundo. Como construcción de un sentido. Esa construcción de experiencia está imbricada con su propia comunicación pues ella misma construye un arte de vivir. En ese arte de vivir —que también se aprende en la literatura— la experiencia humana no es solo recoger el pasado, sino creación de novedad. Una novedad que le viene del propio espíritu. Por ello la literatura puede provocar la experiencia como encuentro consigo mismo”, explicó Ruta.
Tras las palabras de Ruta, que también agradeció a la Universidad de Tel Aviv por la colaboración recibida para la realización del acto, llegó el turno de la laudatioa Amos Oz, en este caso impartida por Raanan Rein. “En las universidades de San Martín y Tel Aviv animamos a nuestros estudiantes a desafiar hipótesis comúnmente aceptadas, a perseguir lo desconocido. No es de extrañar que ambas instituciones hayan concedido un título honorario a un autor e intelectual que afirma: ‘Los fundamentalistas viven sus vidas con un signo de exclamación. Yo prefiero vivir mi vida con un signo de interrogación’”.
Rein subrayó que “al honrar a Amos Oz, un escritor de fama internacional, la Universidad Nacional de San Martín saluda a un intelectual que se ha comprometido con la causa de la paz, que pide una y otra vez tolerancia y diálogo, e, incluso en los más difíciles momentos de nuestra región, abraza la fe en el futuro”.
Luego, Amos Oz dio la conferencia “El amor de los libros y las bendiciones de la curiosidad”. En ella, el escritor agradeció la distinción y puntualizó que “estos son tiempos tristes y aterradores. Hay una gran oscuridad en Israel y Palestina, en Oriente Medio. Nos alejamos más y más de Hitler y Stalin. Pero la gente olvida. La gente anhela recibir respuestas muy sencillas a preguntas muy complejas. Y esto es muy peligroso ya que lleva al fanatismo, la demagogia y el populismo”.
El hombre que de niño quiso ser libro —no autor, libro— aseguró, sin embargo, que hay buenas noticias. “La gente aún ríe. La risa es poder, un poder político. Cambia el juego y puede cambiar el mundo. Muchos tiranos han caído por parodias que han hecho sobre ellos, y muchos más caerán. Esto pasará, pero no puedo decirles cuándo, es muy difícil ser profeta en la tierra de los profetas, hay mucha competencia”.
Según Oz, la curiosidad es una virtud moral. “Yo creo que los curiosos son personas levemente mejores que aquellos que no tienen curiosidad. Un socio mejor, un padre mejor, un compañero de trabajo mejor. Simplemente porque una persona curiosa se pregunta a sí mismo: ‘Si fuera otro, ¿cómo sería mi vida? ¿Cómo me sentiría?’. La gente lee novelas por curiosidad y allí encuentra secretos sobre sus vidas”.
Por último, enfatizó que el secreto de los mejores libros que leyó se encuentra en el carácter local de estas obras. Citó a Gabriel García Márquez, a Antón Chéjov, a Miguel de Cervantes y a “Shai” Agnón (un escritor israelí). “Ellos escribieron sobre barrios, calles y suburbios; sobre el universo que existe entre la farmacia y el almacén. Cuanto más localista es una novela, más universal se vuelve. Y, milagrosamente, se volvieron muy familiares para lectores en cualquier punto del mundo porque ellos sintieron que hablaban también de sus lugares”, describió.
Finalmente, el rector Carlos Ruta entregó a Oz el diploma de doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de San Martín y el distintivo de esta casa de altos estudios. Además, el escritor recibió como regalo una ilustración del dibujante argentino Carlos Nine llamada Aceptación previa de la variedad para poder entablar el diálogo, con la que simbolizó sus acciones y su lucha en favor del diálogo entre israelíes y palestinos.
Además de Ruta, la UNSAM estuvo representada por Carlos Greco, decano de la Escuela de Humanidades; Carlos Frasch, decano del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB); Jorge Fernández Niello, decano del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental (3iA); Diego Hurtado de Mendoza, secretario de Innovación y Transferencia; Juan Falú, director del área de Música Argentina; y Tito Loréfice, director del área de Teatro, Títeres y Objetos de Instituto de Artes Mauricio Kagel.
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