#InvestigaciónUNSAM, #TalentoUNSAM, CAU, Instituto de Investigaciones Biotecnológicas, Instituto de Nanosistemas
Se trata de una rodilla electrónica, una remera postural, una plataforma biotecnológica para mejorar la plasticidad neuronal y dos tests de diagnóstico de enfermedades infecciosas y diabetes. Los desarrollos se presentaron en la 15.ª edición del Concurso Nacional de Innovaciones.
Como todos los años, la UNSAM participó del Concurso Nacional de Innovaciones INNOVAR con varios proyectos. En la edición 2019, la Universidad presentó cinco propuestas desarrolladas por científicxs del Centro Asistencial Universitario (CAU), el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) y el Instituto de Nanosistemas (INS).
El CAU de la UNSAM y la empresa Tecnología Linda SRL desarrollaron un prototipo de articulación de rodilla que permite asistir en el movimiento a pacientes con dificultades para caminar. Se trata de una ortesis plástica con un pequeño motor que se acciona al llegar a un determinado ángulo de la articulación de la rodilla para completar el movimiento.
Financiado por el Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales (PROCODAS), el dispositivo está destinado a pacientes con discapacidad motora. “La rodilla asiste los últimos grados de movimiento cuando la fuerza muscular no lo permite”, explicó Luciano Viale, director médico del CAU.
Por su parte, Federico Astete, del Laboratorio de Ortesis y Prótesis del Instituto, destacó que la innovación permite abaratar costos y sustituir importaciones. “Lo que hay en el mercado nacional es casi nulo y lo que se consigue importado es muy caro y de muy difícil acceso. Este proyecto surge de la necesidad de hacer elementos de bajo costo, accesibles para todos los pacientes”, contó.
El Laboratorio de Ortesis y Prótesis del CAU desarrolló una remera unisex para mejorar la postura del torso. Tiene dos bandas de tensión desde los hombros hasta la cintura y una banda central que recorre toda la comuna vertebral. “La idea es que la remera corrija la cifosis —curvatura de la espalda con los hombros hacia adelante— para que las personas estén derechas y se alinee la columna”, contó Daiana Pereyra Casado, responsable del proyecto junto con Claudia Singal.
Además, la remera cuenta con dos accesorios y es fabricada con insumos nacionales. “Trae una faja movible para contener la zona lumbar y electroestimuladores que se activan cuando detectan una mala postura. Es como un masaje para reeducar la postura: cuando el usuario lo siente, se endereza”, dijo Pereyra Casado.
Existen sustancias en nuestro organismo que son esenciales para la vida, pero ciertas enfermedades inhiben su secreción. Para esos casos, los médicos recetan moléculas innovadoras. Se trata de fármacos que introducen esas sustancias para mejorar la vida de los pacientes.
El Laboratorio de Neurobiología Molecular y Celular del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) y el Laboratorio de Cultivos Celulares de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) están testeando moléculas en base a la eritropoyetina, una hormona sintetizada por el riñón que se encarga de producir glóbulos rojos y tiene efectos que favorecen la neuroprotección y la plasticidad neuronal.
“En la UNL, por medio de glicoingeniería, lograron suprimir la capacidad de producción de glóbulos rojos de la eritropoyetina, dado que un aumento de su número puede ser perjudicial. Nosotros testeamos la parte neuroplástica y neuroprotectora. De eso salió una patente que está en proceso”, explicó Camila Scorticati, directora del laboratorio del IIB-INTECH.
La innovación está destinada a pacientes con daño cerebral —como un ACV o enfermedades neurodegenerativas— y pérdida progresiva de ciertas estructuras cerebrales. “A futuro, el ideal sería poder generar un fármaco que mantenga las propiedades neuroprotectivas y neuroplásticas sin producir glóbulos rojos”, contó Gabriela Aparicio, becaria doctoral del CONICET en el IIB.
El INS diseñó el dispositivo portátil Hemogly, una plataforma de bajo costo que permite diagnosticar diabetes mellitus en tiempo real y sin la intervención de profesionales de la salud. Cuenta con un chip nanoestructurado con capacidad de reconocimiento molecular y supera las opciones que hoy se utilizan para el control rutinario en hospitales. El equipo solo requiere de una gota de sangre del paciente para diagnosticar.
“Queríamos hacer ciencia low-cost”, contó Mariana Hamer, que dirige el Grupo de Nanoestructuras de Porfirina del INS. “Usamos insumos y equipos que teníamos a mano en el laboratorio y los patrones los generamos a partir de mis propios glóbulos rojos”, detalló.
Junto con Rocío Thea, las científicas diseñaron un prototipo para estudiar el funcionamiento del dispositivo. “Fabricamos una versión inicial con piezas de encastre, colocamos el chip desarrollado con nanopartículas de oro y agregamos un led, un fotodiodo y un tester. La creatividad fue la herramienta más importante”, dijo Hamer.
Un kit de diagnóstico para el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) —enfermedad mortal que afecta a 500 niñxs por año— basado en biotecnología y nanotecnología. Chemtest es una empresa de base tecnológica incubada en el Campus Miguelete por investigadores del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) junto con empresarios del sector farmacéutico-veterinario.
“Desarrollamos toda la línea de diagnóstico para enfermedades provocadas por Escherichia coli, entre las cuales está el SUH. Algo muy importante, porque en el país no había buenas herramientas diagnósticas y las que había eran muy poco accesibles”, contó Diego Comerci, docente e investigador del IIB.
Cabe destacar que el kit de Chemtest obtuvo el premio INNOVAR 2019 en la categoría Empresas y Tercer Sector.