Escuela de Hábitat y Sostenibilidad, Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental, Sin categoría
Un hito para la investigación ambiental Karelly Melgarejo se convirtió en la primera egresada del Doctorado en Ciencias Ambientales de la UNSAM. Su camino académico estuvo marcado por la investigación sobre los patrones de ingesta sanguínea de mosquitos en diferentes entornos, un área clave para la salud pública. En esta entrevista, comparte su experiencia, los desafíos que enfrentó y sus reflexiones sobre el valor de la ciencia y la educación pública.
Mi motivación nace de un profundo interés por comprender y abordar los desafíos ambientales actuales. Decidí viajar desde Colombia para realizar un doctorado en la UNSAM porque quería acceder a una formación académica de excelencia, integral y comprometida con la investigación. Además, la posibilidad de estudiar en una universidad pública y gratuita fue una oportunidad invaluable, ya que en mi país es muy difícil acceder a un doctorado. En Colombia, no hubiese podido ser doctora.
El Dr. Darío Vezzani y la Dra. María Victoria Cardo dirigieron mi tesis. Antes de mi trabajo de investigación, llevaron a cabo varios estudios sobre los patrones de ingesta sanguínea de mosquitos del complejo Culex pipiens en hípicos urbanos y rurales. A partir de estos estudios, surgió la idea de ampliar la investigación a otras especies de mosquitos, principalmente aquellas de relevancia médica y veterinaria, así como de expandir los sitios de muestreo.
En mi tesis, el objetivo principal fue caracterizar los patrones de ingesta sanguínea de mosquitos en ambientes urbanos y rurales de la Provincia de Buenos Aires. Inicialmente, realizamos una revisión exhaustiva y análisis de la información disponible sobre esta temática en Sudamérica. Posteriormente, llevamos a cabo dos estudios de campo. En el primero, se compararon los patrones de ingesta sanguínea entre áreas verdes y domésticas del ambiente urbano en localidades de distinto tamaño poblacional. Finalmente, se diseñó una propuesta alternativa con el fin de superar las limitaciones asociadas a la estimación de la abundancia de vertebrados en estudios de campo. Para esto último, se evaluaron los patrones de alimentación en entornos con sobreabundancia de una especie de vertebrado, por ejemplo, una granja de pollos.
En general, los datos obtenidos en esta tesis complementan la información previa sobre los patrones de alimentación para algunas especies de mosquitos e, incluso representan los primeros datos registrados hasta la fecha. Entre las especies de mosquitos tenemos grupos de especies con distinta relevancia epidemiológica. Algunas especies son vectores reconocidos de patógenos, como Aedes aegypti, para la cual los resultados obtenidos refuerzan el conocimiento previo sobre su alimentación sobre el humano. En el caso de los miembros del complejo Culex pipiens, se identificaron varias especies de aves como hospedadores, algunas de las cuales son reconocidas como hospedadores competentes de patógenos. Por otro lado, se identificaron especies de mosquitos que han sido encontradas naturalmente infectadas, aunque su rol en los ciclos de transmisión aún no está claro. Finalmente, se identificaron especies cuyo rol en la transmisión de patógenos, así como sus patrones de alimentación siguen siendo desconocidos, lo que resalta la importancia de continuar con estos estudios. Además, dado que nuevas enfermedades vectoriales emergen constantemente, contar con información de base sobre los patrones de ingesta sanguínea de las especies de mosquitos presentes en la región puede resultar de utilidad.
Las interacciones con otros miembros del doctorado fueron fundamentales para el desarrollo de mi tesis ya que permitieron un intercambio continuo de conocimientos, perspectivas e ideas. Asimismo, se gestaron contactos para coordinación de actividades y salidas de campo, fomentando el trabajo en equipo y fortaleciendo la integración interdisciplinaria en el proceso de investigación. Quiero resaltar algo esencial, “es fundamental estar acompañada (o)”. El doctorado es desafiante y en este sentido, el apoyo y la compañía de los miembros del doctorado junto a mi grupo de investigación fueron clave para transitar este camino. La investigación en sí es un esfuerzo colectivo.
Siempre hay retos. En primer lugar, la adaptación a un nuevo país, el aprendizaje de cómo orientarme en la ciudad, la logística del primer muestreo y la metodología de laboratorio fueron desafíos iniciales. Luego, la pandemia de COVID-19 presentó un obstáculo significativo, ya que las restricciones sanitarias impidieron la circulación en espacios públicos y el acceso al laboratorio. Esto nos obligó a repensar y reorganizar los muestreos y garantizar el procesamiento del material biológico. Además de lidiar con la incertidumbre y los ajustes continuos, lo que hizo que cada fase del doctorado fuera aún más desafiante. Sin embargo, estos obstáculos también me brindaron valiosas lecciones sobre resiliencia, flexibilidad y la importancia de contar con un gran grupo de trabajo para apoyarnos y adaptarnos a circunstancias imprevistas.
Si me lo hubieras preguntado hace una semana probablemente mi respuesta habría sido diferente (risas). Confieso que no quería ser la primera debido a la presión y responsabilidad que sentía. Ahora, me llena de emoción, se me aguan los ojitos pensar no solo en que soy la primera, sino en ser la primera mujer y extranjera egresada del doctorado. Este logro representa mucho más que un título; es el cierre de una etapa de esfuerzo y dedicación, de perseverancia, es el símbolo de las oportunidades que brinda la educación pública.
Este hito histórico no sólo marca un logro personal, sino que también simboliza el trabajo arduo y la consolidación de un espacio académico comprometido con la formación de investigadores en el campo ambiental. Es un reconocimiento al esfuerzo, la dedicación y al trabajo colaborativo con mis directores, docentes, colegas y la institución. Es un orgullo formar parte de este hito y espero que sirva de inspiración para muchas otras personas que están pensando transitar este camino en el futuro.
Mi mensaje es que sigan adelante con determinación y pasión. Aunque el camino sea una verdadera montaña rusa, cada paso cuenta y tiene un impacto significativo. Las ciencias ambientales requieren recursos humanos comprometidos para comprender y abordar los problemas emergentes y urgentes que enfrenta nuestro planeta, y cada aporte por pequeño que parezca contribuye al cambio que necesitamos.
También es fundamental mantener la curiosidad, la dedicación, la perseverancia, la humildad y sobretodo la pasión por lo que hacemos. No tengan miedo de enfrentar obstáculos, que hacen parte del proceso y son los que más nos enseñan. Además, es clave la colaboración interdisciplinaria y el trabajo en equipo, rodearse de personas que comparten el mismo compromiso y aprender de cada experiencia. Las ciencias ambientales son un esfuerzo colectivo. No se rindan.