Escuela de Hábitat y Sostenibilidad, Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental, Sin categoría

“En la UNSAM estamos apuntando a soluciones que combinan ciencia de materiales, energía sostenible y desarrollo tecnológico” Entrevista a la Dra. Lucía Toscani, Profesora de la EHyS e investigadora del ITECA.

En esta entrevista, Lucía Toscani, recientemente distinguida con el Premio Nacional L’oreal UNESCO por las mujeres en la Ciencia”, comparte su recorrido académico, su labor en el desarrollo de tecnologías de energía sostenible y su perspectiva sobre la participación de las mujeres en la ciencia. Además, reflexiona sobre cómo su trabajo contribuye a los desafíos ambientales y energéticos de Argentina, destacando el potencial de la ciencia de los materiales para impulsar la soberanía energética del país.

– Para empezar, nos gustaría que te presentes a la comunidad de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad y nos cuentes tu recorrido académico, en qué instituciones te formaste y cómo surgió tu interés en los temas que investigas.

– Soy Lucía Toscani, ingeniería química y doctora por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Hice mi doctorado en CITEDEF y tuve la suerte de tener a Susana Larrondo, hoy decana de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad como mi directora, quien fue fundamental en mi camino para llegar hasta donde estoy hoy. Luego de terminar mi doctorado, fui a hacer el posdoctorado al Departamento de Caracterización de Materiales en el Centro Atómico Bariloche bajo la dirección de Liliana Mogni, otra gran investigadora y persona con quien sigo trabajando muchísimo al día de hoy. Así que tuve la suerte de estar acompañada de dos grandes mujeres durante mi etapa de formación, algo sumamente destacable en especial si hablamos de este premio que distingue la labor de las mujeres en la ciencia. Por otro lado, durante todo mi recorrido siempre estuve abocada a la docencia: mis primeros pasos los di como ayudante en la UBA, para empezar en el año 2016 como JTP en el entonces 3iA, donde continúo como Profesora Adjunta de la materia de Fenómenos de Transporte de Ingeniería Ambiental. 

Mi interés por los temas que investigo comenzó cuando estudiaba ingeniería química justamente con la propuesta de Susana Larrondo de hacer mi trabajo final de grado en el área de catálisis para conversión de combustibles en hidrógeno, tema que me parecía sumamente interesante. A partir de allí, comencé con la investigación y el desarrollo de nuevos materiales cerámicos para distintas aplicaciones, primero, para el área de catálisis y después fui abriéndome a otras aplicaciones como la producción de energía en el tema de celdas de combustible que es el tema que estoy investigando actualmente. 

 

– Actualmente ¿cuál es tu tema o línea de investigación y de qué manera crees que puede ser un aporte que dialoga con los temas que desarrollan en la UNSAM? 

– Mi línea de investigación está enfocada en las celdas de óxido sólido, una tecnología muy prometedora porque permite producir energía de forma eficiente y sostenible. Lo interesante de estas celdas es que pueden funcionar como pilas de combustible, generando electricidad directamente a partir de distintos combustibles con alta eficiencia, o como electrolizadores, para producir hidrógeno a partir de agua e incluso otros productos útiles a partir del dióxido de carbono.

El punto clave de este proyecto es desarrollar materiales nuevos y avanzados que hagan estas celdas más resistentes y eficientes, especialmente cuando usamos gas natural, que es el combustible más común en Argentina o cuando queremos avanzar con el uso de biocombustibles como el biogás y el bioetanol. Uno de los grandes desafíos que enfrentamos es que este tipo de combustibles puede generar depósitos de carbono o tener impurezas como el azufre, que terminan afectando la durabilidad de las celdas. Por eso estamos diseñando materiales de electrodo que resistan mejor estos problemas.

Además, estos materiales optimizados también podrían usarse en la electrólisis de CO2, una tecnología que ayuda a capturar este gas y transformarlo en productos útiles para la industria, como combustibles o materias primas. Esto tiene un impacto positivo tanto en la reducción de emisiones como en la generación de valor agregado.

Todo esto dialoga muy bien con lo que se trabaja en la UNSAM, porque estamos apuntando a soluciones que combinan ciencia de materiales, energía sostenible y desarrollo tecnológico, temas que son súper relevantes no solo para la universidad, sino para el país en general. La idea es que esta investigación ayude a posicionarnos mejor en la transición hacia tecnologías más limpias y renovables, aprovechando recursos locales como el biogás o el bioetanol, y promoviendo una matriz energética más diversificada y sostenible.

 

– Contanos un poco sobre tu rol docente en la carrera de Ingeniería Ambiental, ¿qué es lo que más te gusta de la docencia universitaria? ¿qué desafíos encontrás para la formación de ingenierxs ambientales?

– Desde 2016 soy docente en la carrera de Ingeniería Ambiental, inicialmente como JTP, y desde 2022 como profesora a cargo de Fenómenos de Transporte, una materia del sexto cuatrimestre de la carrera. Lo que me parece súper interesante de esta asignatura es que se sitúa en el área de tecnologías básicas, en un momento clave para lxs estudiantes: el salto de las ciencias básicas a las tecnologías aplicadas. Es ahí donde empiezan a conectar los fundamentos físicos, químicos y matemáticos con el funcionamiento de los equipos y procesos principales que se encuentran en industrias relacionadas con la ingeniería ambiental.

Lo que más disfruto de la docencia es poder compartir el conocimiento que adquirí durante mi formación y, al mismo tiempo, seguir aprendiendo cada día porque lxs estudiantes tienen mucho para enseñar con sus preguntas y también con sus experiencias profesionales. Me pasa muy seguido de tener estudiantes que trabajan mientras estudian y lo hacen en áreas técnicas muy específicas y siempre es interesante el dialogo que se da en el aula que enriquece la dinámica de aprendizaje.

 

Además, actualmente soy tutora del proyecto final integrador (PFI) de dos estudiantes, lo que está siendo un proceso de aprendizaje enorme para mí. Acompañarlos en esta última etapa de su formación y en la toma de decisiones para estructurar sus proyectos es una experiencia desafiante pero muy gratificante.

La docencia universitaria me da una enorme alegría. Aunque estamos en tiempos difíciles, donde se cuestiona el valor del conocimiento y el rol de la universidad pública, estoy convencida de que estas son las bases sobre las que se debería construir nuestra sociedad. La posibilidad de contribuir desde la enseñanza y formar ingenierxs comprometidxs con los desafíos ambientales actuales es un privilegio y una gran responsabilidad.

 

– En tu opinión, ¿cómo podemos fomentar una mayor participación de las mujeres en la ciencia y en áreas como la ingeniería? ¿Qué acciones consideras clave para cerrar la brecha de género en estas disciplinas?

– En el campo de la ciencia y de la ingeniería en particular, la brecha de género sigue siendo notable. Aunque cada vez hay más mujeres, todavía enfrentamos desafíos como la falta de referentes, la subrepresentación en roles de liderazgo y los estereotipos que persisten. Por eso, este tipo de reconocimientos son tan importantes: ayudan a desmitificar estas ideas y a demostrar que las mujeres somos igualmente capaces de aportar en estas áreas y de que también somos capaces de liderar proyectos innovadores y contribuir con avances significativos. Además, tienen un impacto inspirador: animan a más mujeres jóvenes a confiar en sus capacidades y a considerar estas disciplinas como una opción de carrera.

Aun así, tenemos que ir más allá de los premios y trabajar para crear espacios de formación y trabajo más inclusivos, con políticas que promuevan la equidad en el acceso a recursos, oportunidades y reconocimiento profesional.

 

– Tu proyecto de trabajo fue distinguido por el premio nacional L’ORÉAL – UNESCO “Por las mujeres en la Ciencia”. ¿Qué significado tiene este reconocimiento para vos? ¿De qué manera puede contribuir para pensar la soberanía energética del país?

– Este reconocimiento es muy valioso para mí y me llena de orgullo, ya que visibiliza el trabajo que vengo desarrollando desde mis inicios en la carrera científica en el campo de las ciencias de los materiales. Obviamente, no lo considero un logro individual ya que somos muchas las personas trabajando en este proyecto, y muchas las que me formaron y acompañaron para llegar hasta donde estoy hoy. 

Además, este reconocimiento es una gran oportunidad para difundir el proyecto en el que estoy trabajando, con la esperanza de que no solo ayude a garantizar su continuidad a pesar de las dificultades actuales para hacer ciencia en el país, sino que también abra puertas a nuevas oportunidades, recursos y colaboraciones que nos permitan llevarlo aún más lejos.

En particular, este proyecto tiene el potencial de contribuir directamente a la soberanía energética de la Argentina, ya que apunta al desarrollo de una tecnología nacional que aproveche recursos locales, como el gas natural, el biogás y el bioetanol. Este tipo de avances no solo permitirían una transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, sino que también fortalecerían nuestra independencia tecnológica y energética, algo clave para el desarrollo del país.

Finalmente, este premio es también una oportunidad para mostrar al mundo el trabajo que hacemos en la UNSAM, una universidad pública y de excelencia, donde tengo el orgullo de poder combinar la investigación con la docencia en un entorno que fomenta el desarrollo científico, tecnológico y académico de alto nivel.

 

Muchas gracias Lucía por tu tiempo y felicitaciones por tu reconocimiento!!

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Nota actualizada el 29 de noviembre de 2024

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