“Mis expectativas son profundizar aún más el vínculo con investigadores formados y en formación, y poder aportar a CENIT mis conocimientos y experiencia”, dice Murguía, quien es Licenciado en Geografía (Universidad de Buenos Aires), Magister en Manejo Sostenible de Recursos (Universidad Técnica de Múnich, Alemania) y Doctor en Ingeniería Ambiental (Universidad de Kassel e Instituto Wuppertal para el Clima, el Medio Ambiente y la Energía, Alemania). Sus investigaciones actuales versan sobre cadenas de valor, innovación y desarrollo local de proveedores para el sector minero, institucionalidad minero-ambiental y regímenes para la gobernanza del cobre y del litio (estándares privados, regulaciones públicas y sus interacciones).

Murguía colabora hace algunos años como investigador externo en proyectos del Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT-EEyN-UNSAM). A partir de ahora, este centro será su nuevo lugar de trabajo. “Conocí al CENIT hace cinco años participando en charlas y presentaciones de algunos de sus integrantes que estaban exponiendo avances de investigaciones vinculadas a innovación en el sector minero. Me parecieron muy interesantes los enfoques teóricos y metodológicos de esas investigaciones, así que comencé a colaborar de a poco como externo en proyectos. Este año decidí cambiar mi lugar de trabajo a CENIT, ya que era el siguiente paso lógico al tener mayor vinculación laboral con investigadores de dicho centro”, explica. 

Sus investigaciones se enmarcan en la temática de la minería y la sostenibilidad. Más específicamente, en los aspectos vinculados al desarrollo local de proveedores y la cadena de valor minera, aspectos de gobernanza como ser la interrelación entre estándares privados de sostenibilidad para minería y regulaciones públicas como también temáticas vinculadas al fortalecimiento de la institucionalidad minero-ambiental.

 En cuanto a su recorrido, Murguía remarca dos puntos de inflexión: el primero fue ingresar a trabajar muy joven en una consultora para la industria minera, y el segundo, su doctorado: “Comencé en una consultora haciendo estudios de impacto social y ambiental de grandes proyectos mineros en Argentina. Este fue un punto de inflexión importante ya que pude conocer desde adentro el funcionamiento de las empresas mineras, sus fortalezas y debilidades. Lo que me dio la base para poder seguir la evolución del sector en aspectos importantes como la transparencia, cómo se relacionan con la sociedad civil, qué hacen frente a los que se oponen al sector, entre otros, y poder también entender y evaluar el trabajo de las autoridades responsables de controlar al sector. Luego hice estudios de especialización en gestión ambiental y manejo sostenible de recursos en Argentina y Alemania, y también mi doctorado, enfocado en cuestiones de ecología industrial aplicadas a minería, que también fue un punto de inflexión en el que tuve que decidir si dedicarme a investigación científica o volver al mundo privado”, recuerda.

 Su trayectoria lo convirtió en investigador asociado del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y del Instituto para el Desarrollo de una Minería Sustentable (IDeMiS) de la Universidad Católica de Salta; y en miembro ad-honorem del panel interdisciplinario del programa “Hacía una Minería Sustentable” de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros.

Acerca del presente de la investigación, Murguía reflexiona: “Creo que la generación de conocimiento científico y el aporte a la literatura debe estar lo más basado posible en conocer en profundidad los objetivos, motivaciones, nivel de información, conocimiento y horizontes temporales de los diferentes actores que juegan dentro de un sector. Ello permite minimizar los sesgos y tratar de realizar evaluaciones lo más objetivas posibles”. 

Sobre qué palabras le diría a estudiantes que estén dudando en seguir el camino de la investigación, dice: “La investigación en Argentina, especialmente en áreas de ciencias sociales, es bastante autodidacta y con dificultades, tiene muchas ventajas que hacen que valga la pena. Primero, permite armar una agenda propia, manejar los tiempos y elegir con quién investigar, tanto investigadores, grupos de investigación como también gente del mundo empresario, de gobierno, ONGs o comunidades, según el caso. También permite participar en proyectos de investigación nacionales y de cooperación internacional, además de brindar posibilidad de acceso a becas e intercambios en el exterior con instituciones prestigiosas muy  recomendables. Además, el camino de la investigación permite abordar y profundizar en las temáticas desde diferentes perspectivas, tratando de entender la perspectiva del otro y reducir los sesgos que a menudo se escuchan o leen. Creo que para saber si uno quiere comenzar el camino de la investigación lo mejor es tratar de buscar algunos referentes, ver el camino que han hecho y evaluar si vale la pena seguir un recorrido similar”. 

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