#ComunidadUNSAM, Notas de tapa

Relato coral de una marcha histórica

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La comunidad UNSAM se movilizó para ser parte de la Marcha Federal Universitaria. Estudiantes, docentes, nodocentes, investigadorxs y graduadxs se encolumnaron bajo la bandera gigante. ¿Qué imágenes recuerdan de la marcha? ¿Qué sensaciones y reflexiones lxs habitaron cuando esa noche llegaron a sus casas? “Nuestras banderas están nuevas, intactas, recién salidas del horno. Sin dudas, esto es el comienzo de algo.”

Fotos: Pablo Carrera Oser y Leandro Martínez

Me conmueve haber visto a tanta gente en la calle, tantos amigues, compañeres y docentes. Ir desde mi escuela, pero hacer dos pasos y encontrarme con compañeres que cursan en toda la UNSAM. Todes entendimos la importancia de luchar y copamos las calles. Todes sabemos que, aunque es gratuita, no es gratis: cuesta horas de sueño, horas de viaje, horas de lectura y, por eso, estamos para defenderla. Es triste que, después de tantos años de universidad pública, se tenga que poner en cuestión su inclusividad, pero es un orgullo cómo nos organizamos y salimos a marchar. La universidad se va a seguir llenando de trabajadores y profesionales. Ara Segovia, estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (EPyG)

¡Qué lindo es estar en la calle! ¡Qué emoción defender a la universidad pública argentina! ¡Qué movilización histórica ! Hoy me vienen a la memoria fragmentos de mi historia familiar, de mis años de estudiante, de mi llegada a la UNSAM y de muchos momentos biográficos marcados a fuego por la universidad pública. Es emoción y compromiso para afrontar este contexto y seguir pensando la mejor universidad que podemos construir. Ariel Wilkis, decano (Escuela IDAES)

La marcha del martes me recordó que nunca nada está perdido por completo y que hay causas que son mucho más grandes que nuestras diferencias. Hay muy pocas cosas que pueden lograr atravesar a la mayoría de la gente y en la marcha se encontraron dos: la potencia de la educación pública y las ganas de un pueblo de defender los derechos que le pertenecen. Florencia Maseda, trabajadora nodocente (Gerencia de Comunicación) 

El 23/4/24 va a quedar marcado en la memoria de luchas en defensa de la universidad pública. En mi biografía docente va a ser imborrable el haber marchado con colegas, con estudiantes y comprobar que el lenguaje, que nos apasiona, hace mucho más que decir: íbamos descubriendo las manos que llevaban carteles, libros, porque sabíamos que esos textos eran acciones que, juntas, mostraban cómo miles y miles leemos y queremos leer el mundo. Cecilia Magadán, docente (EH)

Fue la primera vez que asistí a una marcha encolumnado a una organización. Camino desde la estación Congreso del subte hacia Callao y Perón y, a lo lejos, veo una bandera gigante celeste y blanca acercándose lentamente hacia mi dirección. Se me pone la piel de gallina cuando leo “Universidad Nacional de San Martín, pública, gratuita, de calidad e inclusiva”. Marchar con mi universidad, mis amigos y profesores se sintió estar bajo el ala protectora de algo más grande, colectivo. Nuestras banderas están nuevas, intactas, recién salidas del horno. Sin dudas, esto es el comienzo de algo y lo de martes fue el primer antecedente. Por primera vez, entendí lo que siempre escucho como comunidad UNSAM. Francisco Salzamendi, estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (EPyG)

“En estos tiempos de tanta angustia, inestabilidad e incertidumbre, el reencuentro masivo en las calles que supuso respaldar la educación pública, federal, gratuita y de calidad me conmovió profundamente. En lo personal, pude volver a sentir que mis labores como investigadora y docente son apreciados por nuestra sociedad. El encuentro genuino, en persona, en las calles, con gente de distintas pertenencias da cuenta de lo transversal de nuestro interés por sostener el crecimiento y el desarrollo basado en más educación, más cultura y, en definitiva, más inclusión y equidad”. Cynthia Quinteros, docente e investigadora (ECyT) 

Nunca imaginé ni pensé en volver a vivir algo así, ni en mis peores sueños: salir a la calle nuevamente para defender derechos básicos, (en esta oportunidad, nuestra educación pública). Pero allí estábamos, una multitud en un gran acto político, pero no partidario. Esto hizo que podamos ver gente joven, trabajadores, jubilados, gente de mayor edad, compañeros de trabajo, amigos, generaciones juntas de una misma familia, parejas, gente “conocida” entre sí dentro de sus ámbitos de actividad. No solo participamos docentes, no docentes, estudiantes y personas que estamos ligadas de alguna u otra manera a la universidad pública, sino también todas las personas que están dispuestas a defender lo que está siendo tan atacado en este contexto: la educación, los trabajadores y los derechos humanos. Lo único que puede salvarnos es la educación. Romina Clerc, trabajadora nodocente (EPyG)

 

“Qué hermoso ver a tanta gente”, fue la frase que repitió cada compañero nodocente, cada investigador, cada estudiante a quienes me crucé en la marcha luego de un sentido abrazo. Es que todos estábamos ahí: Lucía, cocinera de Mensa; Agustín, investigador de Humanidades; Pablo, fotógrafo; Gabriela, estudiante. Todos juntos defendiendo la Universidad Pública Argentina desde nuestro pequeño espacio, detrás de esa bandera gigante de la UNSAM, imponente recordándole al Congreso que “este pueblo no cambia de idea, pelea y pelea por la educación”. Gaspar Grieco, trabajador nodocente (Gerencia de Comunicación)

Lo de ayer fue hermoso. Es emocionante ser parte de un movimiento colectivo. El reclamo fue multipartidario porque el país que queremos, de trabajo, crecimiento y justicia nos necesita preparados y, a menos que imaginen un futuro para pocos privilegiados que excluya a los hijos de trabajadores, la universidad pública, gratuita y de calidad es el único camino. Vanesa Salomone, investigadora (EHyS)

“Me quedo con los abrazos, con los encuentros y la alegría de cruzarme con compañeros no docentes, docentes y estudiantes que conocí en estos 16 años trabajando en la Universidad. Como trabajadora y estudiante de la universidad pública, estoy orgullosa del espacio construido, de poder acompañar y ver distintas generaciones creciendo y teniendo nuevas oportunidades. Este encuentro renueva las ganas de poder continuar defendiendo la educación pública y todo lo que implica para la comunidad en general”. Carla Campagnale, trabajadora nodocente (EIDAES)


La marcha puso en movimiento el amor. Amor hacia nuestra “casa” (palabra que usaron tanto un egresado de arquitectura en el acto de colación de la semana pasada como una estudiante de circo en la gala del viernes anterior). Amor hacia nuestro trabajo, hacia el compromiso social que lo empuja. Amor hacia nuestros estudiantes, colegas y compañeros manifiesto en los miles de abrazos que se multiplicaron en cada encuentro (porque no solo las calles desbordaron, también la energía compartida). Amor hacia nuestro país y hacia nuestra historia: recuperación del orgullo, valoración de lo que sí supimos construir, de lo que hacemos bien. La marcha sirvió para renovar y reforzar nuestras convicciones: hacemos lo que hacemos convencidos de que la educación pública es pura potencia de igualación social. Mariela Cuadro, docente (EPyG)

Elegí marchar con la columna de mi sindicato, ya que me pareció algo muy lindo que el movimiento obrero salga a bancar a nuestra educación pública. Pasando Congreso, por Callao buscando un lugar para dejar la moto y acercarme a concentrar, me crucé con la columna de la UNSAM. Eran muchos compañeres con esa bandera blanca y azul hermosa. Tuve ganas de bajarme ahí de la moto y abrazarme a ellos, a tantos compañeres con los que compartimos esa gran casa en San Martín. Leandro Melluso, estudiante de la Licenciatura en Tecnología y Gestión Ferroviaria (EHyS)

En la marcha sentimos la emoción y la necesidad de garantizar y proteger una educación pública de calidad al alcance de todas las generaciones. Fue impactante la emoción con la que un taxista nos compartió que sus hijos, ambos estudiantes, estaban allí defendiendo la universidad pública. Pudimos estar presentes por todos los que entienden que la formación profesional y la investigación son el camino para construir una sociedad mejor. Beatriz Araoz, investigadora (ECyT)

El martes me sumergí en la multitud que formó parte de la marcha a favor de la educación pública en mi rol de fotógrafo de la UNSAM. Entre la marea de manifestantes, me sorprendió la cantidad de personas conocidas con las que me crucé. En cada encuentro surgía el entusiasmo de compartir experiencias: “¿Capturaste aquel momento? ¿Viste aquella escena?”. En ese momento, me di cuenta de que, de una forma u otra, todxs fuimos fotógrafxs, todxs fuimos testigxs. Con o sin dispositivo en mano, estuvimos inmersos en la tarea de capturar la esencia de un evento que trascendió lo individual. La Marcha no solo fue un llamado por la educación pública, sino también un pedido a nuestra capacidad colectiva para preservarla. Siento que, a través de ese abrazo masivo, quedó en evidencia la trascendencia de la educación pública en el tejido social nacional. Leandro Martínez, trabajador nodocente (Gerencia de Comunicación)

Llegamos temprano al punto de encuentro en Callao y Perón. Empezamos a reconocernos: colegas docentes de acá y de allá, autoridades, no docentes, amigos de las distintas escuelas atrás de nuestra bandera gigante. La cuadra se fue llenando, la columna se fue engrosando, Callao cada vez más cargada (hasta que se ocupó toda entera), el murmullo de la charla casual al rayo del sol y una espera: los chicos, los estudiantes que estaban viniendo todos juntos desde el Campus. Cuando ellos se sumaran a la columna, empezamos a marchar. Cada tanto, alguien venía y nos actualizaba: “Se están subiendo al tren. Ya salió uno lleno de Miguelete, ahora están en la línea B”. Y así fueron llegando en tandas, ocupando los trenes y los subtes, avanzando entre la gente, de San Martín al Congreso de la Nación, ellos, los protagonistas, los chicos y las chicas que hacen latir la universidad. En esos trenes venía el futuro. Sol Montero, docente (EPyG).

La experiencia de ayer fue muy emocionante, porque demostró que existe un punto de encuentro muy fuerte en la sociedad cuando se trata de defender la educación pública de excelencia y la ciencia. La energía que se sintió en la calle me devolvió la esperanza de que, juntos, vamos a lograr preservar estos valores que son imprescindibles para desarrollarnos, y son uno de los tesoros más grandes que tiene la Argentina. Una imagen que resumió la jornada fue la de un cartel contra el fondo del congreso que decía “Los sueños no se arancelan”. Lucía Chemes, investigadora (EByN)

Fue muy emocionante y fortalecedor ver a tanta gente movilizada, muches marchando por primera vez, otres manifestando con la misma convicción que ante otras crisis que pusieron en riesgo la educación pública. La unión entre colegas; la solidaridad de les trabajadores del subte que acompañaban con bocinazos, luces y por altoparlante; la gente que arengaba desde los balcones y se sumaba con cantos y carteles; el mezclarse con estudiantes, docentes y no docentes de distintas universidades; apretujarnos entre la multitud para tratar de seguir avanzando, detenernos para levantar nuestros libros y leer consignas que llevaban otres, recuperar la señal del celular para buscar fotos y repercusiones, celebrar ante cada imagen que llegaba desde las distintas provincias y volver cansades, pero felices por sentir que en todo el país hay consenso: “sin educación no hay futuro”, nos movilizamos en defensa de la universidad pública, gratuita y de calidad. Vanina Lombardi, trabajadora nodocente (Gerencia de Comunicación)

Salimos junto al gran grupo desde la UNSAM. Fue un día histórico y, aunque muchos estaban contentos por la respuesta del pueblo para visibilizar la realidad de las universidades, yo no pude sacarme de la mente un sesgo de tristeza.  Pensé que jamás tendría que salir a luchar por mis/nuestros derechos. Habrá que salir a marchar/luchar más: esto nos enseña a noveles micro y macro como sociedad, como personas y como pueblo. ¿Qué votamos cuando votamos? Fuera de este pensamiento que me acompañó con su halo, fue una jornada cargada de buenas energías y de un amor por las universidades del Pueblo, por nuestras Artes, Ciencias, Dignidades y Derechos. Renato Grazzini Villalba, estudiante de la Licenciatura en Antropología Social y Cultural (EIDAES)

Marché con la UNSAM, mi universidad.  Todo fue masivo. Hubo preocupación pero también alegría. Muchísimos jóvenes. Instituciones, grupos, símbolos y consignas de todo tipo. Estábamos ahí, en la calle. Todos compartíamos algo. Ese sentimiento flotaba en el aire. Y quedó claro que, cuando identificamos lo que nos une y lo defendemos y celebramos colectivamente, puede haber solidaridad política sin que exista consenso político. Es por ahí. Máximo Badaró, investigador (EIDAES)

Esta marcha fue movilizadora hasta los huesos. Abrazos (muchos) pero de esos que transmiten orgullo, amor y compañerismo, esos que dicen estamos de pie y no vamos a negociar nuestros derechos. Compartirlo con todxs mis compañerxs no docentes, estudiantxs e investigadorxs fue hermoso, pero más hermoso fue compartirlo con un familiar muy cercano y joven que respiró su primera marcha. Su carita de emoción y asombro no me la olvido más. La educación pública es libertad. La educación pública iguala oportunidades. La educación pública transforma personas, familias, comunidades. Educación pública siempre. Carla Carrara, trabajadora nodocente (Gerencia de Comunicación)

Hablé con los compañeros con los que pudimos participar, algunos encolumnados con sus universidades, otros encolumnados con sus sindicatos, otros que fueron con un familiar o con un amigo. Hablé con familiares que no fueron, pero que vieron imágenes. Leí en redes las reflexiones de quienes fueron por primera vez a una movilización. A todos de alguna manera nos impresionó la misma certeza: fue inmensa. Y en algún sentido ese es un perfecto ejemplo de lo que la educación pública genera: te puede tocar ser parte de ella, te puede pasar por al lado, te puede llegar por oído, pero es tan inmensa que es imposible ser indiferente ante ella. Macarena Parlavechio, estudiante de la Licenciatura en Antropología Social y Cultural (EIDAES)

¿Una imagen o una reflexión? Difícil, son muchas las imágenes que me conmovieron porque ayer fue mi primera marcha. Creo que esa sería en sí una imagen. Ayer marchamos muchos que no lo habíamos hecho nunca; ayer salimos a la calle por primera vez. Sin embargo, una imagen me llamó la atención particularmente. Una chica sentada tenía un cartel hecho en cartón, que en letra manuscrita decía: ¿POR QUÉ TANTO MIEDO DE EDUCAR AL PUEBLO? Crecí en una familia de la que soy el primer universitario, soy primera generación. No conocí a mi abuelo ferroviario, de él se dice que siempre repetía: A NINGÚN GOBIERNO LE CONVIENE QUE EL PUEBLO SE EDUQUE. Lo recordé en ese momento. Entendí por qué era ese el día para marchar. Fernando Marte, investigador (EAyP)

Bajé del subte en Av. Córdoba y fui caminando por Callao hasta el punto de encuentro. Al llegar a Corrientes, mientras pasaba una columna de la UBA, vi a unas señoras mayores que estaban en un bar levantarse de sus mesas aplaudiendo emocionadas. Me encontré con mis compañerxs del CUSAM y fuimos caminando con nuestra bandera hasta donde pudimos, no más allá de unos metros del Congreso. La multitud había copado todo el recorrido. Una banda de música se escuchaba desde atrás y hacía que todo se sintiera como una fiesta. Desde los balcones la gente se asomaba con carteles y sonrisas. En la calle estábamos todxs, jóvenes muy jóvenes, otros que no tanto y los mayores. Y también los que no estaban pero igual los llevábamos con nosotrxs: lxs estudiantes del CUSAM, quienes nos dijeron que para ellos, en la cárcel, la universidad es esperanza y oportunidad. Con eso marchamos. Fue hermoso saber que somos tantos, que no estamos solos. Porque, como decimos siempre en el CUSAM, nosotrxs somos todxs. Laura Ares, profesora (CUSAM)

La marcha más gloriosa que mis ojos pudieron ver, vivir  y sentir. En cada esquina se llenó de personas que apuestan por nosotros, y por los que vendrán. No tengo palabras, te juro, fue tan grande que se me infló el pecho de orgullo, se me caían las lágrimas. Pude hablar con un adulto mayor egresado de la UBA, abogado, 90 años, defendiendo ahí a la par nuestros derechos. Viajé con docentes de la UNSAM, me abracé con estudiantes de otras universidades. Nadia, estudiante de Enfermería (ICRM)

Fuimos miles en las calles. Fue conmovedor vernos todxs caminando. Delante, una bandera celeste que flameaba. Celeste también el cielo limpísimo. Paso tras paso, educación pública para la libertad. Paso tras paso los tambores, las trompetas de la banda musicalizando la alegría. Un cartel que decía: primera universitaria en familia de obreros. Era mi voz y la de muchxs. Paso a paso con lxs compas del CUSAM en representación de nuestrxs estudiantes que no pudieron estar. Cuando en el taller les preguntamos qué es la universidad para ustedes dijeron: esperanza y oportunidad. Eso fue para mí la marcha de ayer. Esperanza y oportunidad. Vanina Santoro, profesora (CUSAM)

Estudio Administración Pública y veo día a día el poder institucional que tiene la universidad pública: es el lugar donde muchxs podemos aspirar a una mejor calidad de vida. El progreso es para mí una posibilidad de las mayorías, no un logro individual, es el abrazo a un sentir colectivo: tener una comunidad donde poder realizarnos. Ayer se fueron poblando los distintos espacios del Campus y, cuando salimos de la UNSAM, éramos un mar de gente. Fue la primera vez que vi una estación de tren y luego la de subte tan llenas de gente y con un orden ejemplar: cada compañerx se preocupó de que todxs llegaran y se sumaran a la columna de la universidad, nos cuidamos unxs a otrxs. Me emocionó ver y ser parte de la masividad que tuvo la marcha. Llevar la bandera de la UNSAM nos renueva la energía y nos hace saber que para la sociedad ese abrazo colectivo en las calles representa un consenso fundamental. Facundo Gayoso, estudiante y consejero (EPyG)

Fue increíble la cantidad de personas que me encontré en las calles el día de la marcha universitaria. Sentir esa energía tan positiva a favor de que la universidad continúe de forma gratuita y pública fue realmente emocionante. Me sorprendió ver que había gente de todas las edades, incluso menores, que exigían tener acceso a la universidad gratuita en un futuro para poder salir adelante y acceder, mediante un título universitario, a trabajos que les interesen. No podemos permitir que el país pierda un pilar fundamental para su desarrollo. Micaela Campos, docente (ECyT)

Fuimos a defender nuestro derecho a estudiar. A mí en lo personal me pasa que soy la primera generación de mi familia que está estudiando una carrera universitaria y me gustaría poder recibirme y darle la felicidad a mi familia de saber que hay alguien con un título universitario. Dana, estudiante de la Licenciatura en Turismo (EEyN)

Fue una de las marchas más emocionantes y  movilizadoras a la que asistí, si bien tengo una formación anterior privada (pero no universitaria), a la hora de seguir estudiando ELEGÍ la universidad pública. Tanto la  UNSAM cómo cualquier universidad te abre la cabeza, te forma como persona y uno sale de la universidad siendo otra persona a la que era cuando comenzó. Creo firmemente que no existe la  manera de que educar al pueblo sea un mal negocio. Juliana, estudiante de Ortesis y Prótesis (ICRM)

La marcha del 23/04, hito consolidador de las emociones y reflexiones que la universidad nos permite y nos ha permitido sentir y elaborar. En el presente ahí mismo, mis compañeres, amigues y docentes, gente adorada defendiendo y protegiendo, marchando y cantando, enunciando y abrazando nuestro espacio transformador. Sentí la memoria como una parte más de nuestra piel, que sabemos portar como argentines. Sentí orgullo y agradecimiento por los movimientos estudiantiles y tantas otras luchas que me permitieron estudiar y formarme. Nos sentí parte de algo más grande, lo colectivo, que abraza, da consuelo y, a la vez, fuerzas, empuje. Milagros Ricci, estudiante de Educación (EH)

La galería completa de fotos, acá.

Nota actualizada el 26 de abril de 2024

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