Desde la perspectiva de la historia económica, el hito central para pensar el período democrático no es el de la normalización institucional, sino la transición a un nuevo modelo de acumulación que se verifica a partir de la década de 1970. Interdisciplina y nuevos enfoques para entender los procesos estructurales.
Milagros Rocío Rodríguez*
Desde las últimas décadas del siglo XX, la historia económica como campo de estudios se ha transformado notablemente. La crisis de las interpretaciones inspiradas en el estructuralismo y el marxismo dio paso al reconocimiento de nuevas dimensiones que desbordan a la historia cuantitativa, y que a su vez permiten estrechar lazos con otras disciplinas, como la economía, la antropología, la sociología económica y las ciencias políticas. Dado que la historia económica se configura por definición como un campo interdisciplinario, el encuentro con otras ciencias sociales ha permitido enriquecer la mirada sobre los procesos estructurales y fomentar el surgimiento de nuevos abordajes.
Es en este contexto en que comenzaron a producirse las primeras indagaciones sobre el período abierto tras el retorno de la democracia en 1983. Sin embargo, vale aclarar que desde la perspectiva de la historia económica, el hito central para pensar el período no es el de la normalización institucional, sino la transición a un nuevo modelo de acumulación que se verifica a partir de la década de 1970. En efecto, si 1983 marca una transformación política muy clara, en términos económicos, es fundamental remontarse al fin de Bretton Woods a partir de 1971, la crisis del petróleo de 1973 y, finalmente, la instauración de un nuevo modelo económico tras la irrupción del régimen dictatorial en 1976 para comprender las grandes transformaciones el período.
En los últimos años, es cada vez más evidente la adopción de enfoques desde una clave regional o local, así como también, la reconstrucción de procesos a partir de los actores, sobre todo, las empresas. La preocupación por el papel del Estado y el análisis de las políticas públicas también han desempeñado un rol clave en los nuevos abordajes. Por último, se ha producido crecimiento notable de los estudios basados en la desigualdad económica, la pobreza, los precios y los salarios. En suma, en los últimos años la historia económica argentina ha comenzado a avanzar sobre el período más reciente que se configura tras el retorno de la democracia. Además, se ha beneficiado de la renovación de enfoques y preguntas que ha caracterizado al campo desde comienzos del siglo XXI.
* Doctora en Historia. Profesora en la carrera de Historia de la Escuela de Humanidades de UNSAM.
40 años de Democracia y las Humanidades
Esta nota forma parte de una serie de reflexiones impulsadas desde la Escuela de Humanidades con motivo de los 40 años de democracia.
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