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Enfermerxs UNSAM: Una nueva generación de verdaderxs profesionales de la salud

Nadia Cisneros, Victoria Maciel y Jhonny Edgar Escalante son estudiantes de la Licenciatura en Enfermería y están a un paso de culminar la carrera. “Crecimos mucho en el área y hoy abarcamos más actividades: estamos capacitados para administrar medicación, hacer curaciones de heridas, diagnosticar, acompañar a los pacientes, contener a sus familias y educar”. Conocé sus historias de vida dedicadas al cuidado de las personas.

Por Gaspar Grieco. Fotos: Pablo Carrera Oser

Nadia, Victoria y Jhonny son enfermerxs y están a un paso de culminar la Licenciatura en Enfermería del Instituto de Ciencias de la Rehabilitación y el Movimiento (ICRM) de la UNSAM. Lxs tres estudiantes demuestran sus habilidades en las salas de enfermería del Aulario del Campus Miguelete, donde atienden a los muñecos simuladores de media fidelidad como a verdaderos pacientes de un hospital. “Quedate tranquila, que ahora te voy a acomodar la vía”, le explica Jhonny a la muñeca acostada en una cama de terapia intensiva mientras Nadia observa sus signos vitales en el monitor y Victoria le toma la presión.

La Licenciatura en Enfermería hace foco en el pasaje de la atención centrada en la enfermedad y en los espacios hospitalarios hacia una atención que privilegie la salud y los servicios integrales de y para la persona en centros de salud comunitarios y en domicilios.

“Cuando alguien está enfermo, el médico diagnostica, medica y luego se va. El que está todo el día acompañando, el que te escucha, te asiste, te aconseja y te dice qué tenés que hacer para sentirte mejor es el enfermero”, dice Nadia con orgullo y explica que “no es lo mismo ser enfermera que licenciada en Enfermería. “Nosotros aprendemos sobre gestión, sobre cómo se maneja un hospital, cómo se trabaja con un grupo de personas, cómo se enseña y un montón de otras cuestiones que exceden el trabajo con pacientes”.

Hija de padres santiagueños campesinos, Nadia Cisneros empezó a estudiar enfermería “de grande”. Tras un primer intento fallido en la carrera de instrumentación quirúrgica, a los 20 años abandonó los estudios por necesidades de trabajo y, en los años siguientes, se ocupó de lleno al trabajo de cuidado de sus hijos. Hoy, con 44 años, ya terminó de cursar todas las materias y espera con ansias la fecha de entrega de diplomas.

“En Santiago, en la época de mis padres, estudiar era solo para ricos. ‘Estudiás o comés’ era la consigna. Pero mi mamá, que trabajaba en la algodonera y después limpiando casas, me fomentó mucho el tema del estudio, sobre todo para que terminara el secundario. Yo les agradezco mucho a ellos, porque si estudié y ahora me recibo es porque ellos me lo inculcaron”, cuenta Nadia, primera egresada universitaria de su familia y las más chica de tres hermanas. “Mi mamá falleció por cáncer. Mirá si me viera ahora…”.

Jhonny Edgar Escalante creció en Sucre (Bolivia) y llegó a Buenos Aires en 2016. Le costó adaptarse al país, pero tuvo la contención que necesitaba de sus amigos argentinos y de su pareja. “Yo tenía mucho miedo de no poder avanzar en la carrera: el área de salud era algo muy nuevo en mi vida. Por suerte, tuve grandes compañeros que me ayudaron mucho y siempre voy a estar agradecido con ellos”, cuenta Jhonny, a quien le faltan unas pocas materias para recibirse, pero ya trabaja como acompañante de un nene con dificultades para comunicarse.

Al igual que Nadia, Victoria Maciel comenzó a estudiar enfermería de grande. Oriunda del partido de San Martín cuenta que la carrera “le abrió la cabeza” y hoy, con 47 años y a un paso de recibirse, brinda capacitaciones para cuidadores en la villa de emergencia La Cava de San Isidro y trabaja como cuidadora en la casa de una señora mayor. “Para cuidar a alguien tenés que estar bien vos. Parece un cliché, pero es realmente así. Hay que cuidarse para poder cuidar”, dice Victoria.

Una carrera con amplia salida laboral

Nadia, Victoria y Jhonny destacan el nivel académico y práctico de la Licenciatura en Enfermería de la UNSAM y resaltan la amplia salida laboral que tiene la profesión. “Hay muy pocos enfermeros y siempre se necesitan. Nosotros estamos capacitados para administrar medicación, hacer curaciones de heridas, educar, hacer diagnósticos, opinar junto a los médicos y ellos nos tienen que escuchar. Nosotros sabemos muy bien el límite que tenemos como enfermeros, no nos vamos a sobrepasar ni vamos a perjudicar la parte médica. Además, al ser estudiantes de la UNSAM, tenemos la posibilidad de ser ayudantes de cátedra en las materias de la carrera”, cuenta Nadia.

Victoria afirma que “ser enfermero es ser muchas cosas” y opina sobre la necesidad de estar en condiciones adecuadas al momento de impartir tareas de cuidado. “Si yo no estoy bien no voy a poder ayudar a nadie”, sostiene y habla del carácter social de la profesión. “Tenemos que tratar de contener al otro y eso está muy relacionado con el entorno, con los determinantes sociales y con las carencias económicas y psicológicas que puede tener un paciente. Tenemos que estar ahí. Somos seres emocionales y para nada infalibles”.

Jhonny coincide con las afirmaciones de sus compañeras, pero lamenta el escaso reconocimiento social de la profesión. “Somos un poco mal vistos por la sociedad porque suele creerse que solo asistimos al médico y no tenemos autonomía. Nosotros tenemos un papel muy importante porque trabajamos con la familia, con el paciente y con el equipo de salud. Crecimos mucho en el área y hoy hacemos muchas más actividades de las que antes hacíamos. Pero la sociedad aún tiene ese concepto antiguo de que nosotros solo estamos para cuidar”, explica.

Al respecto, cabe señalar que el poder ejecutivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no reconoce a lxs enfermerxs como profesionales de la salud, lo que se traduce en salarios bajos —en ocasiones, por debajo de la línea de pobreza—. Esta decisión deriva en reiterados paros y manifestaciones sindicales en hospitales y centros de salud porteños por enfermerxs agrupados que exigen la inclusión de la profesión en la Ley N.° 6035 de Profesionales de la Salud. “Nosotros queremos que se tome en serio a los enfermeros. Queremos que se valore lo que nosotros hacemos por la gente”, dice Nadia.

Al respecto, Victoria recuerda el papel crucial de los enfermeros durante la pandemia, momento en el cual lxs tres compañeros realizaron sus prácticas laborales en hospitales plagados de casos de COVID-19. “La pandemia nos mató. Yo tengo hijos y tuve que adaptarme a las clases por Zoom y, además, trabajar en hospitales. Fue realmente muy difícil, pero lo hicimos con entusiasmo y pudimos salir adelante”, recuerda.

Lxs tres enfermeros de la UNSAM, quienes ya están pensando en realizar sus especializaciones en Emergentología y Cuidados Críticos, Unidad Coronaria y Educación, ya trabajan como profesionales y hablan con orgullo de su carrera. “La realidad es que el enfermero constantemente pone en riesgo su vida: por cualquier cosa te podés contagiar cuando estás atendiendo a los pacientes. Convivimos todo el tiempo con la muerte y es mejor tenerla de amiga que de enemiga”, concluye Nadia.

Nota actualizada el 7 de noviembre de 2023

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