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El laboratorio de fabricación digital y estudio integral de diseño de nuestra Escuela de Hábitat y Sostenibilidad lleva adelante proyectos multidisciplinarios de bajo costo para la creación y el prototipado de objetos a pequeña escala. Conocé el taller pensado para resolver problemas de la Universidad y el territorio a partir del concepto de innovación abierta.
¿Te imaginás un taller en el que se pueda fabricar casi todo? ¿Y si te digo que existe y que la UNSAM tiene uno? El FabLab de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad (EHyS) funciona en la Universidad desde 2021 y cuenta con el equipamiento necesario para fabricar casi cualquier cosa a pequeña escala y a bajo costo. Una impresora 3D, un aerogenerador de energía eléctrica y hasta un detector polifuncional para análisis químicos son algunos de los proyectos que el equipo de este espacio innovador ya está llevando a cabo.
Un FabLab (Fabrication Laboratory) es un espacio de diseño y fabricación equipado con herramientas y tecnologías avanzadas para la creación y el prototipado de objetos a pequeña escala. El concepto FabLab fue acuñado y creado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en 2001. Hoy existen unos 3 mil en todo el mundo y, más allá de sus características particulares, todos suelen contar con el mismo equipamiento: una impresora 3D, una cortadora láser, una fresadora de precisión y una cortadora de vinilo.
El FabLab UNSAM, primero y único en una universidad pública argentina, surgió de la alianza entre el Instituto de Arquitectura y Urbanismo (IA) de la EHyS y Mario Suárez, socio fundador de la empresa Pendolari–MakerSpace. Desde su inicio, ofrece servicios de diseño, innovación, fabricación digital, prototipado y dinámicas ágiles utilizando materiales baratos y reciclados, provenientes de la Universidad. A fines de 2021 obtuvo la validación para integrar la Red Global de Fab Labs, una comunidad creativa y abierta de fabricantes, artistas, científicxs, ingenierxs, educadorxs, profesionales y estudiantes de más de 100 países.
“Todos los FabLab tienen las mismas tecnologías y herramientas. Si yo fabrico algo, no envío el producto terminado, sino los planos y las instrucciones para que cualquiera pueda replicarlo, lo que permite reducir la huella de carbono y los costos logísticos en traslados”, explica Suárez, que destaca la eficiencia del trabajo articulado por una red global.
Con eje en el concepto de innovación abierta, cada laboratorio de fabricación digital tiene sus características propias, dependientes del contexto en el que desarrolla sus actividades y la realidad social que lo circunda. “San Martín tiene sus particularidades y necesidades específicas, sobre las cuales buscamos trabajar. Eso que nos hace únicos, porque no hay otros municipios que tengan las mismas particularidades”, detalla Suárez.
Si bien el FabLab UNSAM está alojado en la EHyS y es utilizado por lxs estudiantes de Arquitectura para construir maquetas y proyectos, su impronta multidisciplinaria lo vuelve una herramienta que puede potenciar proyectos de cualquiera de las unidades académicas de la Universidad y el territorio. Un ejemplo es el detector polifuncional para análisis químicos desarrollado para la Escuela Secundaria Técnica UNSAM. “Al mostrarse abierto, el FabLab brinda un espacio de confianza para la generación de proyectos y alianzas estratégicas junto con emprendedores. De hecho, varios de nuestros proyectos fueron pensados y desarrollados por los jóvenes emprendedores que trabajan conmigo”, destacó Suárez.
El proceso de investigación para el desarrollo y producción de este equipo apuntó a la obtención de bajos costos de producción y gran capacidad de replicación con pocos recursos. La totalidad de la carcasa se realizó con impresión 3D y se utilizaron escasos componentes electrónicos. Se trata de un dispositivo que, además de dar respuesta a la necesidad de equipar un laboratorio, puede incorporarse como práctica educativa: lxs mismxs estudiantes pueden armarlo y desarmarlo.
El detector puede efectuar mediciones espectrométricas como absorbancia y transmitancia en cuatro longitudes de onda diferentes para detectar concentración de dicromato de potasio, realizar análisis de demanda química de oxígeno y detectar colorimetría RGB. Programado en el framework de la plataforma de código abierto Arduino, su diseño simplifica el añadido de curvas de calibración así como la detección de concentraciones de otras soluciones.
“Este proyecto lo realizamos junto con el profe de la escuela Leonardo Piccinini, que nos brindó todo su conocimiento teórico. Yo me encargué de la parte electrónica y Fabián del diseño de la carcasa y la construcción del gabinete”, cuenta Matías Aguirre, estudiante de Ingeniería Electrónica en la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) y trabajador del FabLab. “El objetivo es que este desarrollo termine en el laboratorio de nuestra escuela secundaria técnica y pueda ser replicado por otras escuelas secundarias”, completa.
El proyecto responde a los lineamientos de autonomía y soberanía energética adoptados por el FabLab. La potencia nominal generada es de 60 Watts a 1000 RPM, por lo cual tiene potencial para formar parte de los diversos proyectos de la UNSAM que requieran el aprovechamiento de energía eólica.
Para la fabricación de su estructura se recuperaron maderas de embalajes de algunos equipos tecnológicos que llegaron a los laboratorios del Campus Miguelete, las cuales fueron readaptadas con herramientas de fabricación digital: corte, grabado láser, router CNC e impresión 3D.
El proyecto se expuso en el Pabellón de Energías Renovables de Tecnópolis durante todo agosto. En septiembre la parte central del equipo viajó a Alemania para colaborar con la plataforma de investigación académico-artística Terra Ignota, de la cual forma parte la investigadora argentina Florencia Curci.
“Este proyecto representa una solución para la autonomía energética de cualquier hogar o institución”, celebra Fabian Leguizamón, diseñador industrial y trabajador del FabLab, que destaca: “Está bueno el cruce de disciplinas con mis compañeros porque nos ayudamos y logramos que el rendimiento del equipo sea mejor”.
Alianza estratégica, ejecutiva y colaborativa entre el FabLab UNSAM y el emprendimiento G23D para la construcción y transferencia de conocimiento. Junto con el diseño y construcción del equipo se brindará un curso en el que se detallarán las habilidades y conocimientos necesarios para construir una impresora 3D, mientras se enseñará cómo la impresión 3D puede ser una salida laboral en el mercado actual.
“Estamos fabricando una impresora 3D de muy bajo costo. Una vez terminada, vamos a ofrecer un curso de capacitación para que los participantes puedan proveer servicio técnico a este tipo de impresoras. El curso tendrá un módulo gestionado por la Escuela de Economía y Negocios (EEyN) para que los participantes también pueda formatear sus propios negocios basados en la impresión 3D”, adelanta Suárez.
De la UNSAM a Alemania
Florencia Curci, integrante del proyecto chileno Terra Ignota, conoció el aerogenerador diseñado, producido y fabricado integralmente en el FabLab UNSAM durante su exhibición en Tecnópolis. En seguida supo que era lo que necesitaban para su proyecto artístico/científico y se contactó con Mario Suárez para conversar sobre una posible transferencia de recursos.
El proyecto Terra Ignota está centrado en la creación de un prototipo funcional de recolección de energía por medio del aprovechamiento del viento en áreas remotas de Tierra del Fuego y, ahora también, en otras partes del mundo. Dado que los tiempos con los que contaba el equipo de investigación chileno para presentar su proyecto en Alemania (en la Isla de Rüggen, en Kap Arkona, en el Seebrückenkopf de Binz y en Wreechen Strand) eran acotados, en lugar de compartir los diseños y archivos abiertos, el FabLab UNSAM prestó el generador y la caja multiplicadora —componentes claves del aerogenerador— ya fabricados.
Lxs ingenierxs de Terra Ignota fabricaron la estructura y la turbina adaptadas al sitio donde sería instalado el proyecto incorporando el generador y la caja multiplicadora provistos por el FabLab UNSAM como fuente de alimentación de sensores para la recolección y transcripción de datos dispersos en los “paisajes sonoros” del territorio alemán.
La segunda etapa de este proyecto consistirá en la instalación de un aerogenerador similar en el sur de Chile, lo que permitirá replicar el generador y la caja multiplicadora, y mejorar el equipo de forma colaborativa.
El FabLab de la UNSAM es un ejemplo fantástico de innovación y colaboración en la educación superior
Es un recurso increíble para la universidad y la comunidad en su conjunto, y su enfoque en la innovación abierta y la colaboración es inspirador. Este tipo de espacios son esenciales para impulsar la creatividad, el aprendizaje y el desarrollo sostenible.