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Canela: “El cambio de país, de costumbres y de juegos me llenó de osadía para ser escritora”

La periodista cultural, escritora y editora Gigliola Zecchin, más conocida como Canela, estuvo en UNSAM para compartir su experiencia. Desde la década del sesenta es una promotora incansable de la literatura infantil y juvenil en nuestro país. Trabajó en radio, televisión, medios gráficos y también estuvo al frente de proyectos editoriales señeros. Su entusiasmo por el poder de la palabra no cesa.

Texto: Karin Miller

La periodista cultural Canela (Gigliola Zecchin) dialogó con Gustavo Bombini, director de la Especialización en Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Humanidades, acerca de su trayectoria como editora y escritora. La actividad fue en el marco de la materia Literatura Infantil y Juvenil y Proyectos Editoriales de dicho posgrado.

En el encuentro que tuvo lugar en la sede Volta de UNSAM, Canela repasó su historia personal y profesional, desde sus primeros años en la Italia de la década del 40. “Allí en el campo, después de la guerra, escuché por primera vez cuentos narrados en las noches de invierno. Mis padres nacieron en el siglo XIX, así que soy hija del siglo antepasado”, reflexionó.

Al llegar a Argentina, vivió primero en Mar del Plata y luego en San Francisco de Córdoba, en los hoteles que tuvo su familia. “Ese desorden de no saber dónde iba a dormir ni dónde estaba mi ropa me acompañó mucho y me ayudó a ser escritora, porque el desorden es un magma muy importante. También el cambio de país, de costumbres, de juegos, todo nutrió mi vida y me llenó de osadía y coraje. ¿Qué me podía pasar después de haber cruzado el mar?”, expresó.

Canela comenzó a trabajar en radio y televisión en los años 60. A lo largo de su vida, participó de diversos ciclos: Buenas tardes mucho gusto, La gallina verde, La luna de Canela, Café con Canela, entre otros. Publicó como escritora más de 40 títulos, y obtuvo en dos oportunidades el premio White Ravens, otorgado por la International Youth Library (Munich, Alemania). De 1987 a 2002, fue directora del Departamento de Literatura para Chicos y Jóvenes de Editorial Sudamericana, en donde editó más de 250 libros.

“Cuando se me apareció la oportunidad de hacer libros, lo único que yo tenía era una vasta experiencia en el uso del espacio, que me había dado la televisión. Lo que observaba en ese momento era que los editores no se ocupaban demasiado del aspecto formal del libro, porque estaban muy concentrados en el contenido de las historias”, señaló. Canela apostó por hacer libros atractivos, prestando especial atención a las ilustraciones, a la calidad de la impresión, al diseño y a las tipografías.

Canela relató el origen de la célebre colección Pan Flauta, habló de sus diálogos con Ema Wolf y Ana María Shua -autoras de dos de sus primeros volúmenes-, y de cómo escribió su libro Marisa que borra, inspirada en la historia real de una chica que le gustaba a su hijo de ocho años y lo había rechazado. “La escritura fue para mí un ejercicio cotidiano, nutrido por gente muy interesante que me acompañaba”, recordó.

Con respecto a su trabajo como editora, aseguró: “Un cuento o una novela te tienen que atrapar. Cuando recibía material, no tenía, como hay ahora, lectores que me pasaran informes, pero era muy curiosa, ávida de recibir algo nuevo, diferente. Entonces leía. Si la lectura me distraía, si me olvidaba que estaba leyendo para editar ese libro, era una buena señal”.

También explicó cómo aprendió a elaborar el presupuesto de un volumen, a conocer cómo se comportan los colores en la imprenta, a atender a los cambios en el lenguaje de los chicxs, a escuchar los requerimientos de lxs librerxs, a ver cómo funciona cada obra en las escuelas, entre muchos otros aspectos que involucran a la producción y circulación de los libros.

Además, habló acerca de la relación entre autor e ilustrador a la hora de crear un libro. Explicó que el ilustrador no debe someterse al texto pero sí “amigarse, cruzarse, y armar una unidad en la cual no haya oposición”, en donde los personajes que dibuje tengan que ver con el espíritu del cuento, para que no haya una disociación que los chicos puedan percibir y padecer como lectores.

A lo largo de la actividad, Canela leyó breves fragmentos de algunos de los títulos que escribió, como Todos mienten y Lo que cuentan los inmigrantes. Al final de la charla, invitó a los participantes a que cuenten sus historias: sobre cómo se conocieron sus abuelxs, sobre cómo se enamoraron ellxs, y sobre qué cuentos o relatos tenían en sus mentes y no se animaban a escribir aún.

Lxs estudiantes que participaron del encuentro compartieron con emoción sus relatos, sobre hechos reales e imaginados. Dialogaron con la periodista cultural acerca del momento presente del mercado editorial y la industria del libro y recordaron con cariño y nostalgia las diferentes obras de literatura infantil y juvenil que Canela mencionó durante la charla.

Nota actualizada el 24 de agosto de 2023

Un comentario

  1. Susana Itzcovich dice:

    Muy buena la experiencia contada por Gigliola acerca de su trayectoria por radio, televisión, como escritora y editora en la entonces editorial Sudamericana.
    Fue muy amena su exposición y útil para los alumnos, en un clima cordial y distendido.
    Gracias Bombini

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