La Diplomatura Superior en Intervenciones Pedagógicas en Contexto de Encierro cumple su primera década. Se trata de una formación destinada a capacitar desde una perspectiva de Derechos, con la intención de aportar a la transformación desde una apuesta por la educación.
La profesora de la Escuela de Humanidades Mg. Liliana Berenstein, junto a un grupo de docentes y estudiantes mayormente de la carrera de Psicopedagogía, comenzó a coordinar un Proyecto de Voluntariado en el año 2010, “Alfabetizar para la libertad”, que consistía en que personas presas puedan enseñarle a leer y a escribir a otras personas en su misma condición. “Cuando empezamos a capacitar nos dimos cuenta que había una especificidad en el contexto que requería armar un espacio de formación para trabajar pedagógicamente en las cárceles”, cuenta Berenstein. En ese entonces no existían casi instancias de este tipo, por eso impulsó la creación de la Diplomatura Superior en Intervenciones Pedagógicas en Contexto de Encierro, la cual coordina desde sus inicios, y que este 2023 cumple 10 años educando para la libertad.
La Diplomatura dura dos cuatrimestres, con una dedicación de dos sábados mensuales. Se cursa de manera virtual y el plan de estudios incluye las distintas perspectivas de la psicopedagogía, pedagogía, legislación y derechos humanos, la especificidad del contexto, la potencialidad del arte y el aprendizaje en jóvenes y adultxs. Todos los aprendizajes del curso se ponen en práctica en un trabajo final basado en los escenarios reales en los que lxs estudiantes se encuentran interviniendo.
Miguel Antonio Gutierrez Ruiz cursó la Diplomatura desde Santiago de Chile y coordina el área de “Educación en Contextos de Encierro” en la Región Metropolitana de Santiago. “En las clases nos reuníamos docentes, jueces, abogados, penitenciarios, personas privadas de libertad y profesionales interdisciplinarios, y convivíamos en un diálogo siempre respetuoso. El aula virtual se transformó en un espacio de aprendizaje democrático”, recuerda Gutierrez Ruiz .
De la Diplomatura pueden participar egresadxs de carreras universitarias o terciarias del campo de la educación, la salud, las humanidades y las ciencias sociales, egresadxs de carreras de formación docente para cualquier nivel y modalidad y agentes sociales que acrediten la participación en tareas relacionadas con este campo.
Marcos Perearnau es director del Centro Universitario San Martín (CUSAM), creado por la Universidad Nacional de San Martín en la Unidad Penal N° 48 en José León Suárez y docente de la Diplomatura. Sostiene que “una de las cuestiones más ricas de esta formación son sus cohortes, ya que muchas de las personas que se inscriben en la Diplomatura están trabajando en contextos de encierro en diferentes lugares, por lo que se producen intercambios muy provechosos y se da una transdisciplinariedad necesaria”. Respecto de lxs egresadxs, Perearnau cuenta que quienes se formaron en la Diplomatura actualmente ocupan cargos directivos o de gestión no solo en el CUSAM sino también en los programas de educación en contexto de encierro en todo el país y en otros países de Latinoamérica.
“La población no puede circular y convive con ese sentimiento tan terrible de haber perdido la libertad ambulatoria -explica Berenstein- pero por lo demás tiene los mismos Derechos Humanos que todos los sujetos y, por supuesto, también tiene derecho a la educación”.
Sin embargo, las cifras muestran la dificultad de sostener la educación a lo largo de las trayectorias de vida de quienes están privadxs de su libertad. En la provincia de Buenos Aires, el 6% de la población de las cárceles no cuenta con ningún nivel de instrucción educativo según el Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP). El 20% el secundario incompleto y el 41% sólo el nivel primario completo.
Dar clases a personas privadas de su libertad es transformador para lxs estudiantes pero también lo es para lxs docentes. Perearnau sostiene que “para dar una clase en contexto de encierro lo primero que hay que hacer es generar las condiciones para que esa clase suceda. La cárcel es muy dinámica y la regularidad no es tan sencilla para lxs estudiantes”.
La Diplomatura finalmente es una apuesta por la Educación como vehículo de la transformación social. Berenstein ejemplifica con la experiencia de un estudiante en el espacio de alfabetización en el CUSAM, “recuerdo que tenía unos cincuenta años, era analfabeto, de profesión maestro panadero calificado y recordaba sus recetas de memoria porque no sabía leer ni escribir. El último día de clase nos dijo con lágrimas en los ojos que estaba muy agradecido porque se le había abierto un mundo diferente y había aprendido a usar la palabra en vez del golpe”.
Las inscripciones para la Diplomatura terminan el 14 de marzo y quedan pocas vacantes. La cursada comienza el 18 de marzo.
Para obtener más información se puede escribir un mail a dipece@unsam.edu.ar.
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